Rápidos huyen nuestros días
como el agua de los ríos y los vientos del desierto.
empero, dos días me dejan indiferente:
El que pasó ayer y el que vendrá mañana.
En los monasterios, sinagogas y mezquitas
se refugian los débiles temerosos del Infierno.
Pero el hombre que conoce la grandeza de Dios,
no cultiva malas semillas del terror y de la súplica.
Admitamos que hayas resuelto el enigma de la creación.
Pero, ¿cuál es tú destino?
Admitamos que hayas despojado de todas sus vestes a la Verdad.
Pero, ¿cuál es tú destino?
Admitamos que hayas vivido feliz cien años y que te esperan otros cien.
Pero. ¿cuál es tú destino?.
Convéncete bien de esto:
Un día tu alma abandonará el cuerpo
y serás arrastrado tras el velo fluctuante entre el mundo y lo incognoscible.
Mientras esperas, ¡sé feliz!.
No sabes de donde vienes ni sabes a donde vas.

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