El alba colmó de rosas la cúpula del cielo.
Por el aire cristalino se pierde el canto del último ruiseñor.
El perfume del vino es más ligero.
¡Y pensar que en este instante
hay insensatos que sueñan con la gloria y los honores!
¡Cuán sedosos tus cabellos bienamada!
Amigo mío:
No forjes proyecto alguno para le mañana.
¿Sabes acaso si podrás concluir la frase que empezaste?.
Mañana quizás estemos tan lejos de esta caravan
como los que se fueron hace siete mil años.
A nadie pedí el vivir.
Me esfuerzo por aceptar, sin admiración y sin cólera,
todo lo que la vida me brinda.
Partiré sin indagar al prójimo sobre mi extraña estada en este mundo.
No dejes de recoger todos los frutos de la vida.
Corre a todos los festines y elige los más grandes cálices.
No creas que Dios lleve cuenta
de nuestros vicios y virtudes.

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