Todos hemos escuchado o leído las
locuciones “recuerdos o archivos akáshicos” y “memorias del tiempo”.
La
primera, ante la incomprensión de su significado real, quedó atrapada en la
jerga esoterista y recientemente usada por los movimientos de nueva era, aunque
sin llegar a desentrañar su significado e implicaciones, por lo cual con
frecuencia la relacionan con ‘vidas pasadas’ de personas, lo cual es cuanto
menos ambiguo, dado que las personalidades son únicas, irrepetibles y no
vinculantes, pues las encarnaciones las realiza el Espíritu, no las personas,
es decir, que a ninguna persona le incumben las encarnaciones sucesivas del Espíritu.
La segunda locución, quedó limitada al estrechísimo margen de la historia
oficial imperial.
Sólo hasta 1.926 cuando Vladimir Vernadsky descubre el axioma
de La Constante de Biomasa y la
existencia de la Cronosfera como capa
envolvente de la atmósfera terrestre y asociada al Campo Magnético Exterior del planeta, la cultura occidental ha
tenido un asomo al significado de dichas expresiones:
La Mente Planetaria
y por tanto sus Memorias, entre ellas las del
colectivo humano como Memoria Colectiva,
está indisolublemente ligada al magnetismo terrestre e influenciada por el
solar, de la misma manera que el disco duro de todo ordenador funciona
necesariamente por magnetismo.
Los Hilos
del Tiempo, son ‘líneas de fuerza de
frecuencias’ que requieren ser sostenidas desde soportes biológicos capaces
de pensarlos.
El Tiempo por tanto, tiene sentido, si existen seres que le
objetiven, así como los ritmos son importantes en tanto exista quien los asuma,
no existen per se.
Web de Ituci Siglo XXI: www.itucisigloxxi.com
Web de Guillermo Hernández Barbosa: www.retornomaya.com
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