"Un grito de indignación"
Aquel trabajador por
cuenta ajena notó que le habían subido el IRPF, pero no hizo ningún
comentario porque le dijeron que era por el bien de España y de todos
los españoles.Cuando llegó el momento de abonar el IBI de su vivienda
hipotecada, advirtió que a la subida municipal se había añadido la del
Gobierno, con lo cual casi iba a pagar el doble que el año anterior; sin
embargo, por solidaridad, también calló. Una mañana, al levantarse,
escuchó en la radio algunos aspectos de la reforma laboral y dedujo que,
muy probablemente, pronto le bajarían el salario. Esta vez la noticia
le hizo murmurar algo poco amable.
Unos
meses después se puso enfermo, y el jefe de recursos humanos envió al
médico de la empresa a su casa para decirle que si faltaba 9 días de
manera intermitente durante 2 meses seguidos, le despedirían pagándole
20 días por año, con un máximo de 12
mensualidades. El trabajador, aunque continuaba enfermo, fue al
ambulatorio y pidió el alta médica. Al salir, en la farmacia de al lado
le cobraron las recetas. Ahora, pensar en el bien de España no consiguió
calmarle, y aquel murmullo poco amable se convirtió en un grito de
indignación que retumbó en toda la manzana.
Enrique Chicote Serna."
¡Que el grito de indignación retumbe el 29-M!




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