
La Mezquita de Córdoba fue construida entre los años 780 y 785 por
Abderramán I. Doce siglos después, el 2 de marzo de 2006, la Iglesia
Católica inscribió el inmueble a su nombre en el registro de la
propiedad número cuatro de Córdoba (tomo 2381, libro 155, folio 198). El
trámite costó apenas 30 euros. Tal robo fue posible por dos milagros.
El primero, que José María Aznar cambió la ley hipotecaria en 1998 para permitir a la Iglesia apropiarse de edificios de dominio público,
aunque sean patrimonio de todos los españoles: basta con que el señor
obispo dé fe y certifique que pertenecen a la Iglesia, sin necesidad de
notario. El segundo milagro, que disponer de un edificio de 23.400
metros en pleno centro de Córdoba le sale gratis a la Iglesia: no paga
el IBI y tampoco se ocupa de los gastos de conservación.
La entrada en la Mezquita de Córdoba cuesta 8 euros por persona; al año recibe más de un millón de visitantes. No te entregan factura y es dudoso que el dinero recaudado pague impuestos: se considera un donativo y, como tal, está exento de tributación. El obispado de Córdoba dispone de la Mezquita como su absoluta propiedad. También decide quién puede trabajar en ella como guía y quién no. No es raro que haya días en los que se cierre el acceso a los turistas porque hay, por ejemplo, una convención de sacerdotes en su interior. Sin embargo, los gastos de restauración y conservación no los paga la Iglesia: los cubre el Estado.
Desde 1998, la Iglesia ha inscrito a su nombre cientos de edificios, muchos de ellos financiados por los vecinos de cada pueblo o ciudad. Zapatero no cambió la ley en ocho años, Rubalcaba prometió reformarla en su programa electoral. Es improbable que tal abuso lo vaya a eliminar el PP pero, con algo de suerte, tal vez la Unión Europea obligue al Gobierno a cobrar el IBI a la Iglesia, igual que ha hecho con Italia. No es poco dinero. Que la Iglesia esté exenta de...
pagar algunos impuestos, un privilegio medieval, nos cuesta 3.000 millones de euros al año, según Europa Laica. Es una décima parte del déficit que le falta por recortar a Rajoy.
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En la mezquita primitiva de Abd al-Rahman I construida en 786, la gran sala encolumnada abre a un patio, al estilo Omeya.
Posiblemente el arquitecto sirio encontró alguna inspiración en la mezquita de Aqsa en cuanto a la orientación de las arcadas y la forma de los tejados. Pero también se introdujeron novedades arquitectónicas.
Sobre columnas se apoyaron una serie de dobles arcos, uno de herradura y otra de medio punto, logrando subir la altura de los techos a 13 metros y admitir más luz en el edificio.
Esta distribución del peso estructural fue una solución nueva.
El arquitecto les dio color con segmentos de mármol blanco intercalados con ladrillo rojo.
Se reutilizaron muchos materiales traídos de edificios en ruinas, y por lo tanto hay una gran variedad decorativa.
De hecho, no hay ninguna columna hecha a medida para la mezquita en esta fase
ANICONISMO:
El arte islámico es ICONOCLASTA, porque el Dios único en el que creen los musulmanes no se puede representar en imágenes.
No hay, por tanto, imágenes en las artes plásticas, ni en el interior de sus mezquitas.
Cuando Mahoma destruyó los ídolos reafirmó la idea central de la trascendencia de Dios, que hace imposible poseer una imagen de Él, pero sobre todo reforzó la idea de que ningún artista puede competir con la divinidad en la creación de seres reales. Así, aunque el Corán, no prohíbe expresamente la representación de figuras, el arte islámico evita "crear" figuras porque que esta facultad sólo se le reserva a Dios.
Se trata de recrear, a través del arte, un ambiente puramente religioso, donde no cabe la representación de la realidad. Es, por tanto, una manifestación del misticismo y la espiritualidad de los musulmanes. Por ello abundan las composiciones geométricas y abstractas.
• La composición geométrica se usó también para evitar toda representación humana de la divinidad. En el arte, el entrelazado geométrico fue la forma en que se plasmó la idea de unidad divina proclamada por Mahoma y subyacente en la infinita variedad del mundo según el Islam.
• La armonía del mundo se expresa para el arte islámico en la complejidad del entrelazado geométrico, porque en la unidad se muestra la multiplicidad y la multiplicidad se encuentra en la unidad.
• La ornamentación geométrica siguió el trabajo de los matemáticos árabes, que fueron los más notables del mundo medieval. La base de muchos de los patrones geométricos es una estrella central con las puntas mirando en todas las direcciones para formar una compleja red de líneas que se cruzan entre sí. En todos los casos el objetivo era el mismo: romper el espacio bidimensional en partes pequeñas para agradar a la vista y retar a la mente.
La entrada en la Mezquita de Córdoba cuesta 8 euros por persona; al año recibe más de un millón de visitantes. No te entregan factura y es dudoso que el dinero recaudado pague impuestos: se considera un donativo y, como tal, está exento de tributación. El obispado de Córdoba dispone de la Mezquita como su absoluta propiedad. También decide quién puede trabajar en ella como guía y quién no. No es raro que haya días en los que se cierre el acceso a los turistas porque hay, por ejemplo, una convención de sacerdotes en su interior. Sin embargo, los gastos de restauración y conservación no los paga la Iglesia: los cubre el Estado.
Desde 1998, la Iglesia ha inscrito a su nombre cientos de edificios, muchos de ellos financiados por los vecinos de cada pueblo o ciudad. Zapatero no cambió la ley en ocho años, Rubalcaba prometió reformarla en su programa electoral. Es improbable que tal abuso lo vaya a eliminar el PP pero, con algo de suerte, tal vez la Unión Europea obligue al Gobierno a cobrar el IBI a la Iglesia, igual que ha hecho con Italia. No es poco dinero. Que la Iglesia esté exenta de...
pagar algunos impuestos, un privilegio medieval, nos cuesta 3.000 millones de euros al año, según Europa Laica. Es una décima parte del déficit que le falta por recortar a Rajoy.
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Una síntesis de la Mezquita de Córdoba
La Mezquita de Córdoba se construyó entre 786 y 988 en cuatro fases, y fue consagrada como catedral en 1236. Joya
del arte hispano-musulmán, la Mezquita, con sus columnas, arcos dobles y
mosaicos bizantinos, es el ejemplo principal del patrimonio que el
califato Omeya ha dejado en la península Ibérica.
En la mezquita primitiva de Abd al-Rahman I construida en 786, la gran sala encolumnada abre a un patio, al estilo Omeya.
Posiblemente el arquitecto sirio encontró alguna inspiración en la mezquita de Aqsa en cuanto a la orientación de las arcadas y la forma de los tejados. Pero también se introdujeron novedades arquitectónicas.
Sobre columnas se apoyaron una serie de dobles arcos, uno de herradura y otra de medio punto, logrando subir la altura de los techos a 13 metros y admitir más luz en el edificio.
Esta distribución del peso estructural fue una solución nueva.
El arquitecto les dio color con segmentos de mármol blanco intercalados con ladrillo rojo.
Se reutilizaron muchos materiales traídos de edificios en ruinas, y por lo tanto hay una gran variedad decorativa.
De hecho, no hay ninguna columna hecha a medida para la mezquita en esta fase
Primera expansión
Expansión de Abd al-Rahman II (833)
Adb
al-Rahman II hace la primera expansión a la mezquita 64m hacia el sur
en 833. Las columnas no llevan basa, pero se decoran con los primeros
capiteles islámicos.
La Segunda expansión:
En
964 Al-Hakam II lleva a cabo la expansión más rica, ampliándola 47m más
al sur y dotándola con un lucernario, un mihrab decorado con mozaicos
bizantinos, 3 cúpulas y una maqsura delimitada por arcos entrecruzados y
lobulados.
La Tercera expansión
Expansión de Almanzor (988)
Almanzor
casi duplicó el tamaño del edificio con su expansión en 988,
ampliándolo hacia el este y volviéndolo a sus proporciones originales.
Así la mezquita llegó a su presente tamaño:
*.- 178 metros de norte al sur,
*.- 125 metros de este a oeste,
*.- y un total de 22.250 metros cuadrados incluyendo el Patio de los Naranjos.
*.- Consagración como catedral
Cuando
Fernando III de Castilla conquistó Córdoba en 1236, la Mezquita fue
consagrada como catedral ("catedral" significa una iglesia donde se
encuentra el asiento del obispo, y que no todas las catedrales son
enormes iglesias góticas).
En
1266, bajo los auspicios de Alfonso X de Castilla y León, se construyó
una Capilla Mayor gótica ocupando parte de la expansión de Al-Hakam II y
utilizando su lucernario, hoy en día la Capilla de Villaviciosa, como
altar mayor.
ANICONISMO:
No hay, por tanto, imágenes en las artes plásticas, ni en el interior de sus mezquitas.
Cuando Mahoma destruyó los ídolos reafirmó la idea central de la trascendencia de Dios, que hace imposible poseer una imagen de Él, pero sobre todo reforzó la idea de que ningún artista puede competir con la divinidad en la creación de seres reales. Así, aunque el Corán, no prohíbe expresamente la representación de figuras, el arte islámico evita "crear" figuras porque que esta facultad sólo se le reserva a Dios.
ESTILIZACIÓN:
Las artes plásticas del mundo islámico son ANTINATURALISTAS.Se trata de recrear, a través del arte, un ambiente puramente religioso, donde no cabe la representación de la realidad. Es, por tanto, una manifestación del misticismo y la espiritualidad de los musulmanes. Por ello abundan las composiciones geométricas y abstractas.
• La composición geométrica se usó también para evitar toda representación humana de la divinidad. En el arte, el entrelazado geométrico fue la forma en que se plasmó la idea de unidad divina proclamada por Mahoma y subyacente en la infinita variedad del mundo según el Islam.
• La armonía del mundo se expresa para el arte islámico en la complejidad del entrelazado geométrico, porque en la unidad se muestra la multiplicidad y la multiplicidad se encuentra en la unidad.
• La ornamentación geométrica siguió el trabajo de los matemáticos árabes, que fueron los más notables del mundo medieval. La base de muchos de los patrones geométricos es una estrella central con las puntas mirando en todas las direcciones para formar una compleja red de líneas que se cruzan entre sí. En todos los casos el objetivo era el mismo: romper el espacio bidimensional en partes pequeñas para agradar a la vista y retar a la mente.
MUTABILIDAD:
Se
basa en el principio de que sólo Dios es eterno y, por tanto, el único
que permanece inalterable en el tiempo. Todo lo demás cambia. El arte no
aspira a la perduración, como en Roma, sino que prefiere mostrar la
condición efímera y cambiante de las cosas. Lo único verdaderamente
inalterable es Alá.
La
mutabilidad de las cosas se expresa a través de los recursos
ornamentales. Con los efectos de luz se consiguen sensaciones de
desmaterialización arquitectónica (reflejos, contrastes de color, etc.).
Los materiales que se emplean son pobres (yeso, ladrillo, madera), pero revestidos con gran riqueza.
Los materiales que se emplean son pobres (yeso, ladrillo, madera), pero revestidos con gran riqueza.
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