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LEER EVANGELIO EN JUDAS |
En efecto, la doble naturaleza que la Iglesia afirma poseía
Jesús Cristo es, en realidad, la condición natural de todo virya, el cual
PARTICIPA de la divinidad absoluta del Espíritu eterno. Para ocultar este
hecho, y evitar que el hombre se convierta en Dios, la Iglesia comenzó por
destruir la Gnosis*
con una implacable persecución y continuó por apoderarse de la verdad para
aplicarla solamente a Jesús Cristo. Después de la traición de Constantino a
los Dioses del Imperio Romano, y del concilio de Nicea y posteriores, la verdad
Gnóstica de la doble naturaleza del virya se transformó en el dogma de la
divinidad de Jesús Cristo. Y todo posterior intento por revelar este secreto a
los hombres, desde los maniqueos y cátaros hasta Nietzsche e Hitler, fue
ahogado en sangre por la conspiración sinárquica de la judeomasonería, el
judeomarxismo, el judeocristianismo, etc..
En lo interno: posee un “Yo perdido” sumido en el sujeto consciente, es decir, casi permanentemente temporalizado. Sin embargo es capaz de intuir
fugazmente al... Espíritu, a su eternidad, a su infinitud…, y desea alcanzarlo,
más, sin saber hacia dónde hay que buscar. Ignora, por supuesto, que la
búsqueda del Espíritu, que debe comenzar por el selbst o foco de reflexión
gnóstica, solo puede emprenderse con éxito si se parte de una “hostilidad
esencial”; y lo ignora porque la Estrategia sinárquica y la cultura judaica le
han convencido que “nada hay más opuesto al Espíritu” que “la hostilidad” o
cualquier otra forma de enemistad o contrariedad hacia la “Obra de Dios”, vale
decir, hacia el demencial y nefasto Universo del Demiurgo. Por eso, por tal
esencial engaño, el virya no encuentra habitualmente al Espíritu, ya que en
lugar de buscar a un Dios, que eso es su Espíritu Hiperbóreo, se entrega a
perseguir una caricatura con muletas, la vil ilusión de un espiritucillo dulce
y asexuado que declama cánticos sagrados en torno del Trono de Jehová. Esta
repugnante criatura espiritual es la que algunos viryas perdidos, y otros
mentecatos, creen ser o quisieran ser algún día, “después de la muerte”, o el
“Día del Juicio Final”, etc., Habrá que convencer a los viryas, pues, que el
Espíritu Hiperbóreo pertenece a una raza guerrera y que la hostilidad hacia el
mundo material es la principal cualidad de su esencia.
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