De joven, en la
pre-adolescencia y la adolescencia, solía escuchar largas charlas y
debates sobre el espíritu y el alma que mis parientes sostenían en la
cocina de casa después de cenar, que se extendían hasta altas horas de
la noche. El espíritu y el alma desde el punto de vista de la religión,
del agnosticismo, desde el ocultismo, el esoterismo, de las escuelas
iniciáticas rosacruces, masónicas, cabalísticas, pitagóricas, que si
eran lo mismo, que si eran cosas diferentes, la interpretación de uno,
la del otro, e infinidad de deducciones y visiones más, donde la
intuición y la razón danzaban juntas intentando comprender, pero nunca
se llegaba a un acuerdo, a una conclusión final y consensuada de qué era
el espíritu y el alma. Aturdido por tanta información absorbida, me
retiraba a mi cuarto para pasar una noche de traumático insomnio con
miles de imágenes y pensamientos intentando armar el cubo de Rubik de mi mente, dejado por el aquelarre de ideas de la noche anterior.
Si bien el
ejercicio dialéctico sobre el espíritu y el alma no había arribado a una
conclusión definitiva, había servido para expandir mi esfera de
consciencia y abarcar conceptos que antes no formaban parte de mi
realidad y no les prestaba la más mínima atención. Ahora sabía que
posiblemente yo también tenía un alma y un espíritu esperando ser
reconocido y utilizado de forma consciente. Muchos años después, pude
llegar a una conclusión lógica aceptable y verdadera de lo que son el
alma y el espíritu de las cosas, que no hubiera podido conocer, sin las
primeras incursiones conscientes de su existencia. Hay dos formas
valederas de procesar la información recibida, una es por silencio del
centro intelectual y la otra por ruido del centro emocional. A mi
entender, cualquiera es válida si se hace desde la consciencia del Ser y
no desde la inconsciencia del ego. Con la primera desarrollamos la
conexión, acallando al intelecto para escuchar a nuestro Ser y con la
segunda expandimos la esfera de consciencia escuchando nuestras
emociones que produce nuestro intelecto, así que lo aconsejable es el
equilibrio entre ambas, o mejor aún, la simbiosis, logrando escuchar el
silencio e intelectualizar la emoción percibida. Por tal motivo estoy
muy conforme con la octava de los comentarios del artículo anterior,
donde se desarrollaron las dos formas de procesamiento en un equilibrio
justo. Ahora es tiempo de retirarse al insomnio interior intentando
armar el puzzle de cada uno.
“El ser no se encuentra en el cuerpo, el espíritu es el enlace con la materia, a través del centro espiritual, y el alma es el enlace del espíritu con la personalidad o "yo", a través del centro emocional…” EL ÁRBOL DE LA VIDA
“La mayoría de las unidades de carbono funcionan con esta energía, algunas a tal punto que no tienen el cuerpo de enlace espíritu del ser con la materia, tienen sólo el cuerpo de enlace alma, que al faltar el espíritu, enlaza directamente entre el centro emocional y el ego o personalidad, no teniendo ninguna posibilidad de conexión con el ser, hasta que no logre el cuerpo espiritual…” LOS BUSCADORES DE LA MENTIRA
“La forma energética de la unidad de carbono sigue una línea descendente que comienza en la creación y termina en el cuerpo físico, esto se define como “línea de creación” (octava descendente), y se puede resumir en lo general como (Logos → creación → universo → ser → espíritu → alma → cuerpo físico), el espíritu y el alma como dije anteriormente son cuerpos de enlace. Todos los seres vivientes tienen alma, pero no todos tienen espíritu, éste está directamente relacionado con la consciencia del ser. El espíritu se forma y se otorga por derecho divino, el alma se obtiene por derecho de vida…” LA UNIDAD DE CARBONO
“Lofus buyesca y los filuantes tobos giraban baldos del larón en torno, danzaban urlimur los cabersonos y andaban urchimul los chuversonos. Esta frase incomprensible y sin sentido en la realidad subjetiva, es plenamente comprensible y coherente en la realidad general, porque el significado no está en las palabras sino en la esencia de la frase misma. La realidad general es la dimensión de lo posible, del milagro mismo, porque en ella se encuentra el alma de todas las cosas, el cuerpo de enlace entre la materia y la energía que...
la forma..” IRG
La formación
del cuerpo espiritual no es un tema fácil, pues su comprensión demanda
un esfuerzo de voluntad extra de nuestro centro intelectual superior, no
siempre disponible. La creación del arquetipo espiritual lleva a
asociar al lector al concepto de arquetipo tradicional, y no al concepto
de arquetipo como programa
(Ver más abajo) que corre bajo el sistema operativo utilizado, como describí en los
primeros artículos del blog. De esta manera construir un arquetipo
espiritual, es desarrollar un programa que corra exclusivamente en
nuestro sistema operativo y que lo abarque nada más que nuestra esfera
de consciencia, de ese modo el espíritu es particular y único para cada
Ser. La formación del espíritu lleva eones de existencias, no es de un
día para otro, no existe un manual de formación del cuerpo espiritual,
el espíritu se tiene o no se tiene, porque no pertenece a esta realidad y
el programa que corre sólo en nuestro sistema operativo es el que nos
identifica como unidad dentro de la generalidad, pues aunque seamos
Seres diferentes para nuestro actual estado de percepción, somos el
mismo, el creado en el primer choque consciente (fa-mi) de la primera
octava descendente de creación, somos la vida consciente del universo,
la “Mónada” o SER supremo.
El espíritu es
el arquetipo que nos conecta con esa Mónada y por asociación, con todos
los Seres del universo conocido y desconocido, pues la Mónada los abarca
y contiene a todos. El primer paso hacia el espíritu es conocer su
existencia, por tal motivo al tratarlo de la forma que lo hago, aunque
no tenga un sentido práctico, les doy la oportunidad de que sean
consciente de su propio espíritu, si lo tienen, al abarcarlo en su
esfera de consciencia, transformándolo en sujeto y cristalizando su
existencia en esta realidad. Como me sucedió al ser testigo de
interminables horas de discusiones en la cocina de mi hogar, ustedes
también encontrarán su propia respuesta al descubrir su alma y forjar su
espíritu en sus silencios y discusiones hasta cristalizarlo...no tienen
que tomar mis palabras como verdaderas, tienen que tomar las suyas y
hacerlas verdad mediante su propio espíritu, para que tengan el sustento
adecuado para lograr que su verdad viva en su espíritu como arquetipo
que los diferencie y los una a la vez a todo lo demás, respetando el
equilibrio entre la creación y el espíritu de la vida que la conecta a
cada Ser.
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