¿De dónde viene la palabra “olé”?
- Por cookingideas
¡Olé, olé y olé!
Con acento en la “o” o con acento en la “e” y alargando las vocales
tanto como nos lo pida el alma. Es una palabra clave del español y tal
vez la más característica –preguntádselo si no a los guiris-.
Todos,
quien más quien menos, lo decimos cuando estamos contentos –y en
especial los aficionados al mundo taurino y al flamenco-; y todos nos
hemos preguntado alguna vez cuál es el origen de esta singular
interjección intraducible a otros idiomas.
Existen muchas hipótesis sobre el origen de la palabra “¡olé!”: hay quienes afirman que viene del griego, del verbo “ololizin” (ὀλολύζειν), que es una palabra onomatopéyica y designa el grito ritual de júbilo de duelo.
Hay quienes también dicen que “¡Olé!” viene del episodio de la Biblia
en el que Jacob es engañado el día de su boda con Raquel, al quitar el
velo a la novia, descubre que en realidad se trata de Lea, no de Raquel.
El público durante la ceremonia, intenta avisarle “¡Oh, Lea!”. Y de ahí
derivó a olé.
Pero la hipótesis más extendida y la que más cuerpo tiene es aquella que dice que “¡olé!” viene del árabe, de la expresión “allah” (Oh, Dios), concretamente.
Todos
sabemos la enorme influencia que ha tenido el árabe en el español, y es
que siete siglos de invasión árabe dieron para mucho, sobre todo para
dejar un buen legado cultural, artístico y lingüístico. Se dice que más de 4.000 palabras del español provienen del árabe. Y “olé” es una de ellas.
Según la escritora estadounidense Elizabeth Gilbert, “¡olé!” viene de la exclamación de “¡Alá!” (Allah).
Los moros solían hacer grandes celebraciones que incluían espectáculos
de baile. Cuando un bailarín lograba maravillar al público con sus
movimientos llenos de gracia y...
su arte de gran nivel, se creía que ese
momento permitía a los testigos entrever el poder de Alá a través del bailarín. Por eso, cuando los bailarines embrujaban al público, este exclamaba “¡Alá!”.
La RAE, por otra parte, recoge que “¡olé!” proviene de la exclamación árabe Wa-(a)llah (¡Por Dios!), una exclamación de entusiasmo ante una belleza o alegría sorprendente o excesiva. En el idioma árabe, no existe la vocal “e” y, en ocasiones, la vocal “a” suena parecido a la “e”.
Sea como sea, poco a poco, la palabra fue perdiendo conexión con el Dios de los musulmanes; pero sigue manteniendo ese concepto de sorpresa y maravilla ante algo bello y asombroso,
que nos deja boquiabiertos y nos incita a aplaudir. Bien sea una
fabulosa actuación musical, un gol de nuestro equipo de fútbol, o,
simplemente, expresar alegría ente una buena noticia. Aunque
principalmente se emplee en el mundo del flamenco y el toreo.
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