El viejo refrán de "a perro viejo todo son pulgas" le cae que ni pintado al actual PSOE.
Después de décadas en donde ha jugado magistralmente a dos barajas: izquierdista en la oposición y neoliberal en el gobierno, con unos afiliados solidarios, comprometidos y hasta un punto revolucionarios (yo conozco algunos casos) dirigidos por una élite anquilosada y totalmente sumisa ante los grandes poderes fácticos, líderes que después son recompensados vergonzosamente como buenos lacayos del capital con suculentos puestos en diferentes consejos de administración de las más grandes empresas del país, parece que al final al PSOE le ha llegado la hora de mostrar en toda su palpable evidencia la terrible esquizofrenia que ha desarrollado desde la espuria Transición.
Así, mientras la militancia acude a las manifestaciones en apoyo a la III República, las juventudes del partido o diversas agrupaciones solicitan un referéndum constitucional, la esclerótica dirección del PSOE con el muerto viviente Rubalcaba a la cabeza se alía con el Partido Popular Nazionalcatólico en defensa de la corrupta monarquía y el mantenimiento del status quo de esta pseudodemocracia agónica, que no representa a los ciudadanos y que sirve de tapadera para que el expolio perenne de los de siempre: banqueros, gran capital, iglesia y ejército continúe año tras año sin que nada cambie. Esquizofrenia tan evidente que ahora ya solo falta que su militancia y la ciudadanía en general abran los ojos y certifiquen en las próximas elecciones el entierro del cadáver hediondo en el que se ha convertido el PSOE. Descanse en paz.
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