Hoy se conmemora el natalicio del poeta español Federico García Lorca.
Dalí, Moreno Villa, Buñuel, Lorca y José Antonio Rubio
Hace 115 años nació el
escritor español Federico García Lorca, quien perteneció a la Generación
del 27 conformada por Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre,
Luis Cernuda, Jorge Guillén, Rafael Alberti, entre otros.
Después de haber vivido un
importante periodo de prosperidad y florecimiento intelectual en su país
—antes y durante la Segunda República— el poeta sería silenciado, como
otros cuantos, al estallido de la Guerra Civil Española. Lorca fue
asesinado por el bando nacionalista en 1936, después de dos días de
haber sido detenido en la casa del poeta Luis Rosales, en Granada, cerca
del 16 de agosto, pues los datos de su fusilamiento no se conocen con
exactitud. Fue enterrado en una fosa común en Alfacar que en 2009 se
abrió para recuperar sus restos, sin embargo no se encontró rastro
alguno del cadáver. Lo único que conserva España de su más grande poeta
es su...
estupenda obra.
No hace falta destacar que Federico García Lorca fue creador de piezas angulares en la literatura
hispánica, pero si hiciera falta alguna recomendación La casa de Bernarda Alba, Bodas de Sangre, el Romancero gitano y Poeta en Nueva York son algunos de sus trabajos más representativos.
Romance Sonámbulo
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas le están mirando
y ella no puede mirarlas.
*
Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha,
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde…?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.
*
Compadre, quiero cambiar
mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.
Compadre, vengo sangrando,
desde los montes de Cabra.
Si yo pudiera, mocito,
ese trato se cerraba.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
Compadre, quiero morir
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda.
¿No ves la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?
Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
Dejadme subir al menos
hasta las altas barandas,
dejadme subir, dejadme,
hasta las verdes barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua.
*
Ya suben los dos compadres
hacia las altas barandas.
Dejando un rastro de sangre.
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristal,
herían la madrugada.
*
Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento, dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.
¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
¿Dónde está mi niña amarga?
¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!
*
Sobre el rostro del aljibe
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche su puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos,
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.
Fuente: pijamasurf
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