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sábado, 28 de abril de 2012
EXPLICANDO AL DEMIURGO VS. DEMIURGO
En
 estos últimos artículos se ha nombrado al Demiurgo en varias 
oportunidades, asociándolo primero a los dioses menores y luego 
separándolo de ellos.
 Es necesario explicar el concepto de Demiurgo para
 entender esta supuesta contradicción o paradoja. Trataré de hacerlo de 
la forma más sencilla y clara posible, aunque la explicación correcta 
esté dentro de la realidad general fuera de nuestra actual comprensión y
 dimensión.
 
Cuando
 la octava descendente de creación llega a su tercer armónico 
3ã↓(do-si-la-sol-fa-mi-re-do) entran en escena los Demiurgos o dioses 
menores de creación. Estos dioses menores conocidos como Elohim,
 Yhaveh, Jeova, Allah, Anunnakis, etc. son los que hablé en el artículo “los Creadores” y forman parte de la tercera octava descendente de 
creación correspondiente al “Do”, pero a la vez están dentro de la 
octava paralela del Demiurgo que los contiene. 
Es como la unidad de 
carbono y los distintos “yo” que la componen, ¿quién es usted? El yo del
 trabajo, el de la casa, el de sus amigos, el de su familia. En realidad
 es todos y ninguno a la vez, porque usted en realidad es su “ser”, el 
que los amalgama para que siempre sea el mismo.
 En este caso es igual, 
“el Demiurgo” es quien contiene a todos los Demiurgos, por consiguiente 
son todos y ninguno a la vez. Podríamos decir que el Demiurgo no se 
encuentra en esta dimensión tridimensional, pero “los Demiurgos” sí y 
son tan palpables como usted y yo. Podríamos hacer la analogía 
siguiente, el Demiurgo es a los Demiurgos, como el Ser es a las unidades
 de carbono. Si bien su “ser” es su... individualidad divina, también es su
 generalidad creadora, por lo tanto lo identifica ante la vida pero lo 
generaliza ante la creación como voluntad del “Do”. 
El Demiurgo es 
igual, pero comete un error cuando atrapa al ser en la materia sin su 
consentimiento, en ese momento se necesitaba un choque consciente en la 
octava descendente de creación en (fa-choque mi) para mantener su curso,
 pero el choque no se produce porque el Demiurgo no se perdona el error 
cometido.
 El choque era “el perdón”, al no producirse, automáticamente 
comienza una octava paralela en (fa) que se convierte en (do) y el 
Demiurgo queda como (Do) involuntario de una nueva octava de creación, 
donde el “ser” no es consciente de si mismo hasta que la unidad de 
carbono que lo contiene no lo reconozca a través de la consciencia del 
“ser”. 
El primer choque (do-choque-si) de la nueva octava es llenado por
 el revertimiento de la esfera de consciencia. El segundo choque 
(fa-choque-mi) es llenado por la búsqueda del ser. Uno es llenado por el
 mismo Demiurgo, el otro por la unidad de carbono y su búsqueda de la 
verdad.
 El Demiurgo se ve obligado entonces, a mantener su octava en 
curso manteniendo este esquema, hasta el próximo choque consciente del 
“Do” en el armónico siguiente, de lo contrario perdería la oportunidad 
de corregir su doble error, el del “ser” y el del “perdón”, por eso hace
 todo lo posible para mantener a la unidad de carbono alejada de la 
verdad, para inducirlo a la búsqueda que produzca el choque necesario 
para mantener su octava y darle la oportunidad de encontrar la verdad, 
que no se la niega si la encuentra, a través de la consciencia del ser. 
 Contrariamente los demiurgos (de ahora en adelante usaré minúsculas para
 diferenciarlos) y sus representantes aprovechándose de la situación de 
la octava paralela que los favorece, quieren seguir eternamente en esta 
condición particular para seguir siendo los amos de esta realidad, 
 haciendo todo lo posible para lograrlo. 
El Demiurgo, algunos lo llaman Sanat Kumara (señor del mundo), es el creador de esta realidad y el que nos contiene a nosotros y a los demiurgos,  creadores
 de las unidades de carbono, sea Enki-Enlil, Lucifer-Yhaveh, 
Jehova-Allha, Elohim-Anunnakis o cualquier otro, y aunque forme parte 
del “Do” como todo lo creado y lo increado, no es el “Do”. Pero a
 la vez sí lo es para esta realidad, porque él comenzó la octava actual 
en curso cuando transformó por su error, el (fa) en (do), e inició con 
esto la octava de la vida inconsciente del “ser”.
No
 es nada sencillo tratar de explicar algo tan paradójico, pero todo 
cierra perfectamente cuando lo entienden no con palabras sino con 
energías. Todo son energías, más sutiles, menos sutiles, más visibles, 
menos visibles, pero solo energías, y lamento muchas veces que mis 
palabras no alcancen para mostrárselas. Por esa razón es tan difícil a 
veces para mi,  decidir como y 
que decir y que no, para no crear conflictos opuestos que en realidad no
 lo son. Espero haber logrado esta vez aclarar este concepto de Demiurgo
 vs. demiurgo, y tener más cuidado en futuras diferenciaciones para 
evitar malos entendidos y confusiones. 
Por Morféo
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Tú eres tu conciencia eso es tu verdadero ser, pero hay que saber diferenciar la conciencia de la consciencia. ¿qué es la conciencia? es tener conocimiento de todo lo que nos rodea en base a los organos de los cinco sentidos externos.
ResponderEliminar¿Qúe es la consciencia? es tener conocimiento de si mismo. La consciencia define al "ser" se es consciente de si mismo y de lo que nos rodea en base a lo que uno "es".
Yo soy el que ve lo que estoy viendo, estarlo viendo me hace sentir que yo sea, pero yo no soy lo que estoy viendo.
Saludos HORUS
http://para-mentes-despiertas.blogspot.com.es/