Y la pregunta mía es ¿se mezclaron o les manipularon?
El investigador Antonio Rosas ha participado en este proyecto, como director de las investigaciones paleontológicas en una cueva asturiana de donde ha salido parte del ADN utilizado.
De la entrevista del periódico El Mundo a Antonio Rosas, destaco:
(continuar leyendo abajo en más información)
presenta una huella genética de similitud. Comprender esta diferencia posiblemente será el siguiente paso en la investigación.
¿Son los genes de Ninki?
Ahora esa porción del genoma compartido se convierte en la prueba necesaria de que el cruce ocurrió realmente y de que tuvo lugar «muy poco después de que los primeros homo sapiens abandonaran África».
Por eso, advierte De la Rasilla, «los que se quedaron en el continente no participaron de ese cruce y su mapa genético es diferente.
Sólo los no africanos llevaron la mezcla en su ADN».
Una mezcla, en palabras de Lalueza, que supone «que llevamos ADN neandertal en, al menos, 10 de los 23 cromosomas».
Añade Rosas a ese dato que «la región implicada debió de ser el Próximo Oriente o el Oriente Medio, porque el fenómeno afectó por igual a los genomas de Europa, Asia y Oceanía»
.Narran para contar los hechos los investigadores que pertenecen al Centro Superior de Investigaciones Cientíticas (CSIC), que hace entre 50.000 y 80.000 años un pequeño grupo de homo sapiens -probablemente no más de unos centenares- se encontró en Oriente Próximo u Oriente Medio con poblaciones neandertales, y ambos se mezclaron.
Más adelante se multiplicaron, dividieron y expandieron por Eurasia. Portaban ya material neandertal en su genoma.
El ADN materno es exacto y el paterno desconocido.
Parece que la implicación de la esposa de Enki en el proceso de creación de Adapa, el «Adán modelo», generó algún tipo de relación genealógica entre el nuevo Hombre y su dios:
¡pero era Ninki la que estaba embarazada de Adapa!
Representación del dios Enki (Ea), el artífice de la creación del ser humano. Su idea de modificar genéticamente a un antiguo homínido que habitaba cerca de las minas africanas donde extraían metales los dioses, supuso ese "gran paso evolutivo" que la ciencia del hombre del siglo XXI aún no ha sabido esclarecer.
Algunos sellos muestran a la diosa, flanqueada por el Árbol de la Vida y matraces de laboratorio, sosteniendo al ser recién nacido.
Y las contradicciones parecen agudizarse más en el segundo capítulo del Génesis, que es el que, concretamente, nos cuenta que Adán estuvo solo por un tiempo, hasta que la Deidad lo hizo dormir y elaboró una Mujer a partir de su costilla.
Estas fuentes nos informan de que, después de intentar forjar un Trabajador Primitivo «mezclando» homínidos con animales, los dioses llegaron a la conclusión de que la única mezcla que funcionaría sería la de los homínidos con los mismos nefilim.
Después de varios intentos infructuosos, se hizo un «modelo» -Adapa/Adán. Al principio, sólo había un Adán.
¿Qué nos dicen las tablas sumerias?
Tres hermanos, Ea (luego llamado Enki), Enlil (señor de Mandato, a quien se asigna la Misión de la Tierra) y Ninki son los protagonistas principales de esta historia, los tres hijos de Anu, soberano de Nibiru.
El relato sencillamente narrado resume la historia de cientos de miles de años desde la Llegada de los Annunaki a la tierra hasta el ascenso de Marduk, el primogénito de Enki, al poder en Egipto. Ellos fueron los primeros “Annunaki ” que “llegaron a la Tierra del Cielo”.
Su Misión y la de sus descendientes en la Tierra comenzó a complicarse seriamente cuando decidieron crear al “Trabajador Primitivo”, no sin antes sortear muchos obstáculos éticos, políticos y técnicos.
Lo importante sobre el origen de la humanidad es que es un hecho absolutamente único. Aparentemente, a juzgar por la crónica de Enki, nunca se había oido hablar del hecho de crear un ser de la nada ya que “todos los seres descienden de una simiente evolucionada a lo largo de eones”; pero la necesidad de forjar un Trabajador Primitivo, motivó que se diera via libre a una idea de Ea ( o Enki ) basada en poner la señal de los Annunaki a una simiente ya existente en la Tierra, homínidos que caminaban erectos en dos piernas hace 300.000 años, y que vivían entre los animales de las estepas.
Enki convenció a su hermano, Enlil, quien dirigía la “Misión en la Tierra” de llevar a cabo semejante idea con un argumento importante: no se trataba de crear esclavos, ya que la esclavitud había sido abolida en su propio planeta miles de años atrás, sino de crear “un ayudante”.
No se trataba de crear un ser de la nada, algo en manos únicamente del Creador del Todo, sino de favorecer la evolución poniendo la marca de los Annunaki en seres homínidos propios de la Tierra. La idea de Enki no era crear una nueva criatura, sino “hacer más a su imagen y semejanza a una ya existente” con una sola gota de la existencia de los Annunaki.
No fue una decisión fácil. Se preguntaron si era Hado o Destino llevar a cabo tal plan y el Dios Creador de Todo daría el visto bueno a un plan para salvar de la destrucción a Nibiru o no. Pero al final se puso manos a la obra y de esta forma Enki, Ninki, su hermana y Ningishzidda, el hijo de Enki, comenzaron el proyecto. Se trataba de mezclar una hebra de la esencia del ser ya existente en la Tierra con la otra hebra de ADN del Annunaki.
Estos relatos tienen 6000 años de antigüedad y hablan claramente de un proceso de manipulación genética en el que se planeó el primer bebé probeta de la historia, empleando un óvulo de una madre homínida y fertilizando el óvulo con material genético (medido en proporciones exactas con objeto de conferirle la imagen, pero no todas las capacidades ni ciclo vital), para después insertarlo en una matriz Annunaki.
Tal y como se narra en el Libro Perdido de Enki, colocaron un óvulo de la hembra bípeda en un recipiente (probeta) de arcilla (de la Tierra, después de varias pruebas fallidas empleando material de cristal) y se mezcló con “objetos diminutos” con fórmulas que contenían la simiente Annunaki (en una clara referencia al ADN) y posteriomente, una vez fecundado el óvulo de la hembra bípeda lo colocaron en una matriz Annunaki, concretamente en la matriz de Ninki, la hermanastra de Enki, tras lo cual hubo concepción y ésta dio a luz un varón sano, sin pelo en el cuerpo, con los sentidos perfectos y capacidad para hablar, al que llamaron Adamu (el Adán del Antiguo Testamento).
Posteriormente Ninki se reunió con siete sanadoras Annunaki de la ciudad y les pidió que aceptaran la tarea de ser “matrices” para otros óvulos fecundados de la...
misma forma.
Pero esta vez, colocaron óvulos de hembras vípedas y los fecundaron con la esencia (material genético) de Adamu, pronunciando una frase de encantamiento enlazando de esa forma la esencia del Cielo y de la Tierra por parentesco sanguíneo. Insertó los óvulos en matrices Annunaki y las Annunaki dieron a luz a siete trabajadores primitivos más.
Viendo que la tarea de crear un ejército de esta manera era demasiado ardua, decidieron crear a la contraparte femenina, a la que llamarían “Tiamat ” (con el mismo nombre de la Tierra primitiva antes del cataclismo) y esta vez cambiaron las esencias Annunaki para ajustarlas a este fin de creación de una fémina. La matriz de Tiamat esta vez fue la esposa de Enki, Ninti, quien estuvo encantada con esta tarea.
De esta forma, crearon más hembras posteriormente para que éstas se reprodujeran de forma natural con los varones ya creados; sin embargo observaron que no había procreación entre hombres y mujeres primitivos.
Ninguna de ellas tenía descendencia; volvieron a repasar las “esencias” Annunaki empleadas (las hebras y componentes genéticos empleados para el proceso) y vieron que las esencias estaban dispuestas como 22 ramas en un Arbol de la Vida, pero no incluían la capacidad de procrear.
Se puede inferir, por lo que viene a continuación, que se estaba produciendo un rechazo que impedía la procreación.
Sin embargo, la presión por crear a “trabajadores primitivos” para extraer el oro de Africa era cada vez mayor. ¿Qué harían en este momento después de tanto trabajo empleado y de que Enlil aprobara a regañadientes la operación?.
Ningishzidda, el hijo de Enki, experto en estos temas, tenía la solución; tal y como se describe en “El Libro Perdido de Enki” durmió a Enki, Ninki, Adamu y Tiamat y extrajo de la costilla de Enki y Ninki su esencia vital y en la costilla de Adamu insertó la de Enki y en la de Tiamat la de Ninki, añadiendo al Arbol de la Vida dos ramas más con fuerzas procreadoras.
Sin duda, todo ello tiene relaciòn con el relato de la costilla de Adan y Eva conocido por el Génesis y que muchos entendíamos como “mito” o “leyenda”.
Parece estar describiendo algún tipo de implante que permitió que ese rechazo inmunitario que impidió la original descendencia fuera superado por medio de la inserción de material genético de dos seres productivos a dos seres sin capacidad de procreación.
Al igual que en el Antiguo Testamento, el texto sumerio recoge la idea de que a partir de ese momento, en que Adamu y Tiamat se “encontraron” y tomaron conciencia de su desnudez y de su feminidad y virilidad algo cambió por completo.
Todo ello horrorizó a Enlil que creyó que se les había dado a esos seres creados, las últimas porciones de la “esencia vital” Annunaki y que quizás se les había conferido incluso sus ciclos vitales (de miles de años de vida) y la capacidad de autocuración y autoregeneración.
Fue entonces cuando el hermano de Enki, Enlil, inseguro con el proyecto humano desde el principio, decretó que Adamu y Tamat se marcharan del Edin, donde hasta entonces estaban alejados del duro trabajo, pues el objetivo original era que permanecieran como “moldes” perfectos de la creación humana, sólo dedicados a la procreación. Fue Enlil quien decidió que fueran exiliados allí donde se les necesitaba, al Abzu (Afica Sudoriental) dedicados de pleno al trabajo de extraer el oro, como todos los demás humanos creados.
De esta forma fueron expulsados del Edem.
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GRacias por tanta inteligencia
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