La etimología de la palabra religión, del latín religare o re-legere siempre fue motivo de controversia. Según Cicerón, re-legere (para re leer), según Lactancio, religare (para
obligar), y tengo que confesar aunque les pese, que según la historia
conocida y no conocida, ésta es la correcta interpretación y sentido de
la religión. Obligar, cuyos sinónimos son imponer,
forzar, exigir, intimar, presionar, apremiar, que pueden interpretarse
sin lugar a ninguna duda como manipular y programar. En artículos
anteriores dije que la religión fue el primer método utilizado por los
amos para la reprogramación, manipulación y control de las unidades de
carbono, pues ha llegado el momento de conocer la verdad de lo que se
oculta tras las religiones, y que descubran si su “fe” es hacia el
Demiurgo o hacia el “Do”.
Desde
el comienzo de la historia conocida las religiones tuvieron un papel
fundamental en los arquetipos del hombre y la sociedad. También a lo
largo de la historia hubo pueblos “elegidos” por los dioses para reinar
sobre los demás, desde los sumerios pasando por los egipcios, hasta los
tiempos Bíblicos de Moisés y Jesús.
En la cultura occidental estos
últimos fueron los que marcaron diferencia, uno por el pueblo judío y
otro por el pueblo cristiano. Los cinco primeros libros de la biblia
cristiana, llamados pentateuco son tomados de la Torá, tradición escrita
judía, los evangelios son posteriores y hacen la diferencia pues son el
nuevo testamento de la vida y obras de...
Jesús. Como verán las raíces del
cristianismo son el judaísmo, y Jesús era judío. Aclarado esto
comencemos con el relato.
El Demiurgo programa sus pasos con mucho
tiempo de antelación, dicen que un día son mil años y mil años como un
día, pero como el tiempo es espacio en movimiento, esto se traduciría
como que un movimiento del Demiurgo equivale a mil movimientos del
hombre. Mientras usted nació, vivió y murió catorce (14) veces, el
Demiurgo pestaño una vez. Que quiero decir con esto, que en la dimensión
donde habita, el tiempo de la nuestra no tiene sentido. Pasado,
presente y futuro son imperceptibles para su lógica, por eso necesita
representantes que mantengan la octava por él creada, en el curso
correcto en el tiempo lineal de nuestra dimensión.
La octava “correcta”
para el Demiurgo es mantener al hombre (unidad de carbono) lejos del
“ser”, para que toda su energía sea redirigida hacia él y tenga sentido
su creación (octava secundaria). En la época de Moisés Jehová le entrega
en el monte Sinaí, supuestamente, las tablillas de la ley, los diez
mandamientos, estos son sobre todo leyes morales cuya interpretación se
resume en la religión católica de la siguiente manera:
1º Amarás a Dios sobre todas las cosas.
2º No tomarás el Nombre de Dios en vano.
3º Santificarás las fiestas.
4º Honrarás a tu padre y a tu madre.
5º No matarás.
6º No cometerás actos impuros.
7º No robarás.
8º No dirás falso testimonio ni mentirás.
9º No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
10º No codiciarás los bienes ajenos.
Hasta
aquí la historia oficial, ahora veamos la historia real. Jehová, que no
es el Demiurgo en sí, sino su manifestación a través de una raza que lo
representa, le entrega a Moisés, no en el monte Sinaí sino en otro
lugar al que fue llevado, el código de algoritmos de manipulación de la
octava del Demiurgo, conocido con el nombre de Cábala o Kabbalah.
Desde
ese momento el pueblo elegido para dirigir (mantener la octava en curso)
pasó de Egipto a Israel. No estoy hablando del pueblo judío, estoy
hablando de un sector religioso (manipulador/programador) de su etnia.
Cuando el “Do” percibe el engaño o mas precisamente el error del
Demiurgo desviando la octava de creación inicial, manda cada vez que la
octava lo permite, para corregir dicha desviación, un choque consciente.
Hace poco mas de dos mil años nace una unidad de carbono llamada Jesús,
cuyo “ser”, Cristo, se manifiesta plenamente consciente en
representación del “Do”, para transmitir el choque que acomodaría
nuevamente la octava. Este fue el último intento del “Do” para hacerlo.
Los representantes del Demiurgo sabían muy bien a que venía y quien
era, por eso lo negaron como su mesías, porque no representaba al
Demiurgo, representaba al “Do”. Muy astutamente y viendo que a pesar de
todo, el cambio se estaba produciendo, el Demiurgo a través de sus
representantes toma el mando y crea la religión Católica Apostólica
Romana, para mantener controlada la información que el “ser” Cristo vino
a transmitir.
Desde ese momento el poder se bifurcó entre el judaísmo y
el cristianismo. Todos los evangelios que podían comprometer la
seguridad del Demiurgo fueron catalogados como apócrifos, y solo cuatro
de ellos fueron incluidos en las escrituras después de ser manipulados
por sus representantes.
Todas las demás religiones occidentales son
derivadas de ésta, y cubren todos los frentes del Demiurgo. “Por sus
actos los conoceréis”, basta observar que en su nombre se cometieron y
se cometen las mas atroces barbaridades para ver a quien responden. En
la religión judía y católica, sus representantes adoran al mismo dios,
aunque esta última reconozca falsamente a Cristo como el salvador, se
asegura de mostrarlo muerto y crucificado, vencido ante el Demiurgo,
implantando en el subconsciente de sus seguidores el triunfo de su dios
sobre el “Do” y que nadie llega al padre si no es a través de ellos, sus
representantes.
El
“Do” no necesita representantes, ni alabanzas, ni oraciones, ni
pleitesía, ni nada que se vincule remotamente con el ego. El “Do” no
castiga, no lastima, no reprende. Porque el “Do” no es consciente de
usted hasta que usted no sea consciente de él. El “Do” es consciente de
su “ser”, pero no conoce a la unidad de carbono que lo representa en
esta dimensión. Lo que las religiones del Demiurgo le dijeron es falso,
la única religión real, verdadera, representativa del “Do”, es usted
mismo y su conexión con la consciencia del “ser”, su verdadera esencia
divina, el “Do” que lo liberará de usted, su carcelero, y del falso
dios. Y ahora pregunto ¿su “fe”, es hacia el Demiurgo o hacia el “Do”?
muy interesante publicasion gracias
ResponderEliminarExcelente, gracias!
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