13x20:260 TZOLKIN
El
concepto "Tzolkin" es complejo no sólo por la dificultad de ser
comprendido por la inteligencia intelectual sino por la riqueza que
alberga, pero lo que más comprensible puede resultar a nuestra
conciencia es la percepción espacial del Tzolkin, que es un ciclo de 260
días, y nosotros tenemos conciencia espacial y estamos en un planeta
que flota desplazándose cierta distanca a cada segundo, hora y día en la
levedad del Espacio universal. El concepto cronológico "día" lo basamos
en un hecho espacial: el movimiento de rotación del planeta Agua, y
durante varios días se desplaza una sección curva de su órbita en torno a
la estrella Sol. Esto ocurre en la dimensión espacial (3 primeras
dimensiones de las que tenemos
conciencia), no en nuestra mente. En 260 días la nave espacial planetaria recorre el 71,2% de su órbita, unos 2,6 millones de kms x 260.
(260 días x 100) / 365,2422 = 71,18%.
Es el 71,2% de la órbita.
Esto significa que recorriendo 100 tramos de 260 días, la Nave espacial
Agua Aire y Tierra da 71,2 órbitas a su fuente de energía. Esto, en
términos cronológicos, significa 71,2 años ó 26.000 días, que es la
duración media de una persona moderna, y también cada 71 años el eje de
rotación del planeta bambolea 1 grado y los puntos equinocciales y
solsticiales retrogradan 1 grado del círculo orbital. De hecho, el ciclo
completo de bamboleo/precesión del planeta es de 25.920 años divisibles
en 365 "días" de 71 años, es decir, un "año" de mayor dimensión.
También, en 26.000 días el planeta Venus da justo 107 de sus giros, es
decir que cumple 107 días venusianos en 100 Tzolkines.
En esta animación
interactiva puedes pulsar consecutivamente sobre el punto central (el
Sol) y descubrir qué ocurre cada 260 días, es decir, cada Tzolkin.
La
Nave espacial Tierra llega casi al mismo punto tras 7 periodos de 260
días, es decir tras 7 Tzolkines. El resultado geométrico de proporciones
entre el círculo interior y el círculo orbital de la Tierra es el mismo
que si dibujamos un círculo A y dibujamos otro círculo B que guarde la
proporción Phi y los centramos y comenzamos y trazar líneas rectas desde
el círculo B y que sean tangentes al círculo A, terminamos trazando una
estrella de 7 puntas en cuyo heptágono interior se inscribe el círculo
A. En la siguiente animación interactiva puedes pulsar consecutivamente
sobre la escena para recrearlo.
En el círculo de la órbita
de la Tierra, la unidad Tzolkin (260 días que como grados son 256 ó la
8ª potencia de 2) es la idónea para recrear ese mismo juego geométrico
heptagonal con dos círculos que guardan la proporción Phi.
Esa estrella "tzolkiniana"
da una vuelta al Sol en cierto periodo de tiempo fácilmente calculable
teniendo en cuenta que 7 Tzolkines son 1820 días y que 5 años son
1.826,211 días y que la diferencia es de .6'211 días.
En cuanto a la
sincronización del Tzolkin con el año terrestre de 365,2422 días ambas
ruedas sincronizarían cada 42 años (59 vueltas del Tzolkin). Pero si
usamos un año de días enteros (el Haab maya de 365 días) ambos se
conjuntan cada 18.980 días, que son 73 Tzolkin ó 52 años Haab (= 51,96
años terrestres). Podemos llamarlo el periodo de Sincronización de los
ciclos Haab y Tzolkin.
También podemos
representar los 260 días como un círculo que llamemos "Tzolkin", de modo
que el año terrestre equivale a 1'4 Tzolkin.
Así
mismo, aunque estamos acostumbrados a dividir el círculo en 360 partes o
grados, podemos hacerlo en 260 partes o grados. Si lo hacemos sobre la
órbita de la Tierra obtenemos 7 días cada 5 grados, 14 días cada 10
grados y 28 días (13ª parte del año) cada 20 grados (13ª parte del
círculo de 260 grados). Es decir 13 meses de 28 días o 13 secciones de
20 grados. Incluso si tomamos 260 como metros y buscamos su acoplamiento
con el kilómetro (1000 metros) encontramos que...
50 tramos de 260 metros
son 13 kilómetros.
La teoría de que 260 días
sea un patrón coordinador de ciclos planetarios está para ser
investigada y comprobada. Por eso, también la certeza o falsedad de tal
teoría es demostrable una vez se exploran y conocen los patrones
cíclicos y orbitales de los planetas en los que interviene el propio
Planeta en el que hemos construido las ciudades en las que sobrevivimos.
Independientemente de que la existencia tenga o no tenga propósito (y
de tenerlo se cumpla o no se cumpla), el propósito de nuestra Sociedad y
nuestros propósitos personales (el común a todos es sobrevivir) no
exige -evidentemente- conocer del Tzolkin ni de los ciclos planetarios, y
por ello es lógico que no los conozcamos ni percibamos su
trascendencia, si bien la ciclicidad es una cualidad de la Naturaleza y
por eso ésta es un aspecto íntegro del Universo, y nosotros -o al menos
el organismo humano- somos parte de la Naturaleza, necesitemos o no
venderla/comprarla. Un simple y primer ejemplo de sincronicidad del
Tzolkin con ciclos planetarios es con relación con el planeta Marte y
su ciclo sinódico de 780 días, que es 3 periodos de 260 días, es decir 3
Tzolkines. El ciclo de 260 días no es reflejo de algún ciclo de algún
astro, pero sí es un patrón que conforma ciclos más amplios.
También, así como hablamos
de 260 días terrestres (Tzolkin terrestre) podríamos hablar de 260 días
venusianos como un Tzolkin venusiano, y como un día venusiano dura 243
días tenemos que 260 días venusianos ocurren en un periodo de 63.180
días que son prácticamente 173 años. En 63.180 días la Tierra se cruza
81 veces con Marte, es decir que en 260 días venusianos ocurren 81
ciclos sinódicos de Marte, pues 63.180 días son 81 periodos de 780 días,
periodo del ciclo sinódico de Marte.
También
podemos expresar el número 260 como las unidades de una matriz de 20
series del 1 al 13 dispuestas en vertical y distribuidas en 13 columnas y
20 filas. La forma original de expresarla es empleando los números
mayas. A tal matriz se le llama de diversas formas como por ejemplo
"Módulo Armónico".
En esta matriz de
13x20=260 números hay una columna central, la 7ª, como los siete
vértices de la estrella "tzolkiniana". Es llamada "Columna Mística". La
matriz no tiene una fila central ni por ello un número central aunque
sí puede tener un número clave. Si sumamos los números de la Columna
Mística de la Matriz Tzolkin obtenemos 140 (20 veces 7), que es la media
de la suma de todas las columnas. La suma de los números de la Columna
Mística en pares desde sus extremos hasta el interior empezando por el 4
y el 10 hasta el 13 y el 1 da 14,
2 veces 7. También en la
matriz de 13 meses de 28 días, el 7 y el 13 son los números clave, y en ella el día central (24 de enero gregoriano) es el dia 14 (
7+7) del Mes
7.
Cada fila suma 91 (13 veces 7),
pues cada fila tiene todos los números una sola vez. 91 es el sumatorio
de 13: 13+12+11+10+9+8+7+6+5+4+3+2+1 ó el producto 13x7. Como dias, 91
es 13 semanas (13x7), 1/4 de año u órbita, duración de cada estación.
Así, 91 x 20 filas = 1.820, que también es 260 veces 7, es decir 7 Tzolkin (5 años menos 5 días). Así podemos considerar al 7 como el número clave de la matriz.
La relación entre 140 (la
media de las columnas) y 91 (la media de las filas) es, lógicamente, la
misma que entre 20 y 13: 1'538461(periodo). Si convertimos esta cifra
en entera multiplicándola por 1.000.000 obtenemos 1.538.461 cuyo divisor
más cercano a un cociente entero/racional es el 666, pues 1.538.461 /
666 = 2310,0015. Y si seguimos jugando, vemos que 2.310 Tzolkines son
600.600 días. Esta curiosa matriz y sus números puede esconder muchos
más secretos numéricos, y la intuición, la imaginación y el juego es lo
más indicado para descubrirlos. Incluso otras dimensiones
(dimensionalidad como cualidad de la conciencia).
260 es el resultado de la
multiplicación de 13 y 20. Podemos encontrar los números 13 y 20 en
ciertos aspectos de nuestra propia naturaleza humana, concretamente del
cuerpo y organismo, en las 13 uniones fundamentales del esqueleto y en
los 20 dedos de manos y pies, o los 20 aminoácidos (ácidos carbónicos del grupo amino), componentes elementales de esas moléculas que con cierta frecuencia nombramos como proteínas.
La diferencia entre 13 y 20 es 7, como las 7 glándulas y sus
correspondientes chakras, o los 7 orificios. La suma de ambos números es
33, como el número de vértebras de la columna. También, 33 como años es
el periodo en el que la esfera que llamamos "La Tierra" cumple un
número entero de giros (o de días) en sincronía con un número entero de
órbitas (33), considerando que el año dura 365'2422 días.
Diversos argumentos se
manejan como razones de los 260 días del Tzolkin. Uno es en relación al
periodo de gestación humano desde la última falta menstrual hasta el
parto. También se asocia en relación con el planeta Venus, pues quizá
260 días es el periodo que transcurre sin que veamos a Venus durante su
ciclo sinódico de 584 días; es una teoría difícil de comprobar y
confirmar. También se le relaciona con un periodo de cosechas. También
podemos verlo como una onda en el espacio cuya longitud en millones de
kms es la distancia recorrida por el Sol/Sistema solar durante 260 días
(según la velocidad de traslación del Sol que sugieren los astrofísicos
-216 km/sg-, durante 260 días el Sol/Sistema solar recorrería unas 2.5
veces el diámetro del propio Sistema solar). Otro argumento sugiere su
vinculación con los ciclos magnéticos solares, pues teóricamente los
ciclos en los que los campos magnéticos polar y ecuatorial del Sol
interactúan cierran un ciclo completo cada 260 días. En la novela "La
Serpiente Emplumada" (2ª parte de "La Profecía Maya", del escritor
brasileño Alberto Beuttenmüller) en los capítulo 13 y 15, uno de los
personajes menciona:
Los 260 días del Tzolkin se refieren a la interacción entre los campos magnéticos polar y ecuatorial del Sol.
El Tzolkin se vincula a
los ciclos magnéticos solares. Si analizáramos los ciclos en los que
los campos magnéticos polar y ecuatorial del Sol interactúan, vemos que
ambos cierran un ciclo completo cada 260 días.
En el Capítulo 2 de "El Factor Maya" (
http://www.factormaya.com/capitulo2.htm) puede leerse lo siguiente:
Evidentemente, para los Mayas Clásicos, más importante que
adquirir territorios y hacer la guerra, fue la necesidad de rastrear
los ciclos del planeta Tierra mediante un singular sistema de
matemáticas. El objetivo de este bien elaborado sistema para la
conservación de la información parece haber sido la relación recíproca
de los ciclos terrestres y de los otros planetas dentro de nuestro
sistema solar, con la matriz armónica de un programa maestro. Esta
matriz, que abarca los armónicos cíclicos de los planetas que están
dentro de nuestro sistema solar, era de naturaleza galáctica, ya que
ésta representaba una perspectiva más grande y más amplia que la que
pudiera obtenerse desde dentro de nuestro sistema solar.
Con el objeto de que
todos los sistemas puedan lograr el mismo nivel de coordinación
armónica, el conocimiento o la información habrían de ser
sistematizados en el código más simple que sea posible, de modo que éste
pueda ser utilizado en común. Sistematizar y transmitir este código
también es responsabilidad de los mayas. El código es denominado módulo armónico o Tzolkin,
que es la matriz matemática más simple posible y que acomoda el mayor
número posible de transformaciones armónicas, transmisiones y
transducciones. En una palabra, es una verdadera tabla periódica de
frecuencias galácticas.
Explorando e investigando
los ciclos de los planetas con el planetario del programa profesional de
astronomía DISTANT SUNS 4 (de Virtual Reality Laboratories, 1996)
encontré que los 4 grandes planetas Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno
repetían sus posiciones cada 18.512 años (ó 18.512 órbitas de la Tierra
durante las que Neptuno da 112 ó 7x16). Lo interesante viene al
convertir esos 18.512 años (Haab) a periodos Tzolkin (de 260 días):
18.520 años (de 365,2422 días) son 6.761.363,6 días. Divididos
en periodos de 260 días son 26.005, es decir que son prácticamente
26.000 periodos de 260 días.
6.761.363,6 días / 260 días (Tzolkin) = 26.005 Tzolkines
Es decir....
prácticamente 26.000 Tzolkines. Y 26.000 es fractal de 260, el patrón
del Tzolkin. Y 26.000 Tzolkines es el periodo de gestación multiplicado
por 26.000.
También podemos expresar los 6.761.363,6 días como el cuadrado de 2.600'26, es decir:
2.600'26 x 2.600'26 = 6.761.363,6
de modo que tanto el
entero como el decimal de esta cifra es armónico del 260. Un dato de
gran precisión. Y al tiempo que la Tierra cumple 18.512 órbitas, Neptuno
da 112: 28+28+28+28 ó 7 x 16 (Ver
ciclos de los planetas). Esto se puede explorar también con el programa que se puede descargar gratis en la página
http://stellarium.org o directamente en el planetario tridimensional
http://solarsystemscope.html.
El cuadrado de 260 días es 67.600 días, que son 260 Tzolkin, que son
185 años completos ó 185 órbitas de la Tierra. Y 100 ciclos de 185 años
son esos 18.512 años (2.600,26 x 2.600,26 días) del ciclo completo de
los 4 grandes planetas.
También, por ejemplo,
aunque más como curiosidad que como argumento consistente, los dos
grandes planetas exteriores Urano y Neptuno, sincronizan sus órbitas en
1.324.180 días que son 5.093 periodos de 260 días, o sea 5.093
Tzolkines. Mientras Urano da 42 órbitas, Neptuno da 22.
100 Tzolkines
(26.000 días = 71,2 años) es el centenario en tzolkines. Desde que se
inició la sofisticación de la medicina en la civilización humana que
sobrevive en este Planeta originalmente puro y por ello saludable, la
edad media de vida humana ha aumentado paralelamente a la población, lo
cual no significa "evolución". En nuestra sociedad nos fabricamos y
vendemos/compramos un producto comercial que llamamos "la longevidad"
(que no es juventud ni eternidad) como respuesta a la necesidad de
conseguir el "vital" dinero gracias al sueldo obtenido en el trabajo de
fabricación o de venta de tal producto, y ante el visceral impulso de
conseguir más tiempo de "vida" (y de sufrimiento y de búsqueda y compra
de ilusión, seguridad y alivio) lo cual responde a la incertidumbre por
no saber si hay más vida después de "la vida" o al instintivo impulso de encontrar el sentido de la existencia.
Y tal deseo de longevidad va acompañado del lema de "alcanzar el
centenario" (los 100 años). Evidentemente 71'2 años no es el centenario
en años pero sí lo es en términos Tzolkin, pues 26.000 días son 100
Tzolkines. Y 1 Tzolkin es el ciclo de gestación desde la última falta
menstrual, es decir que es la base proporcional de la actual duración
media de una persona moderna. Podríamos decir que 100 Tzolkines hacen el
centetzolkinario. y que una supervivencia de 26.000 días es
fractal del periodo de gestación, y tras el periodo de gestación humano
nace un nuevo humano. Así, la conciencia también tiende a renovarse tras
un periodo mayor de gestación.
En relación con los otros
ciclos mayas, el ciclo de Cuenta Larga mide 1.872.000 kines que son
7.200 ciclos de 260 kines, es decir 7.200 Tzolkin (de 260 kines) ó 260
Katunes (de 7.200 kines). Otro ciclo es el AHAU que mide 360 Tzolkin
(256.26 años) y 20 AHAU forman la Cuenta Larga. Así, el patrón de 260
días sincroniza con la Cuenta Larga.
Esta misteriosa Matriz
Tzolkin es versátil (y compleja) en el sentido de que cada una de las
260 unidades puede representar conceptos diferentes que expresan
diferentes tiempos, desde 1 kin/día hasta 1 Katun (7.200 kines), de modo
que las 260 unidades completas pueden expresar tanto un Tzolkin (260
kines) como una Cuenta Larga (260 Katunes, 7.200 Tzolkines). De hecho la
Cuenta Larga está estructurada en 13 Baktunes, pero también -en una
segunda capa cíclica- en 20 ciclos llamados AHAU (=13 Katunes, 260
Tunes, 360 Tzolkines).
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Los 20 ciclos AHAU de la Cuenta Larga y sus equivalencias.
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Un ciclo Baktun equivale a
20 Katun y a 400 Tun, pero el Tzolkin no se acopla a él, pues en un
Baktun caben 553,8 Tzolkin. Para lograr la sincronía está el ciclo AHAU,
pues cada uno equivale a 360 Tzolkin, y además se mantiene la
coordinación con el ciclo Katun (13) y con el ciclo Tun (260).
En los ciclos mayas, a
escala del ciclo AHAU (13 Katunes, 260 Tunes) el patrón de 260 días
(Tzolkin) sincroniza en número entero como 360 Tzolkin (número que
obedece a la regla de ser reducible a 9). En términos de
proporcionalidad, el ciclo AHAU es el propio Tzolkin escalado 360 veces.
A escala de ciclo BAKTUN (20 Katunes) el Tzolkin no cuadra, pero sí a
escala de 13 Baktunes (la Cuenta Larga) como 7.200 periodos de 260 días
= 7.200 Tzolkin. Proporcionalmente, la Cuenta Larga es el propio
Tzolkin escalado 7.200 veces (también reducible a 9). Esta imagen es una
recreación artística de la Cuenta Larga (7.200 Tzolkines) como ruedas
concéntricas.
Los últimos 5.125,36 años
de tiempo (y 5.125,36 órbitas de desplazamiento circular del planeta
Tierra) han transcurrido en el ciclo de Cuenta Larga: 13 Baktunes, 260
Katunes, 5200 Tunes y 93.600 Uinales. Formando ciclos de trecenas de
cada ciclo, el Tzolkin sincroniza con todos:
13 UINALES = 1 TZOLKIN
(13x13 UINALES = 13 TZOLKINES)
13 TUNES = 18 TZOLKINES
(13 X 360 = 18 X 260)
13 KATUNES = 360 TZOLKINES (Ciclo AHAU)
13 AHAUS = 4.680 TZOLKINES
13 BAKTUNES (=20 AHAUS = CUENTA LARGA) = 7.200 TZOLKINES
Y los últimos 25.626,8
años han transcurrido en el Ciclo completo de 5 cuentas largas que
equivale a 36.000 Tzolkin. Los ciclos AHAU, BAKTUN y Cuenta Larga
sincronizan con el Tzolkin con cifras que cumplen la regla de reducirse a
9.
AHAU = 360 TZOLKINES (3+6+0 = 9)
CUENTA LARGA = 7.200 TZOLKINES (7+2+0+0 = 9)
CICLO COMPLETO = 36.000 TZOLKINES (3+6+0+0+0 = 9)
Las cifras base que
definen el patrón 260 del Tzolkin son el 13 y el 20 que son los
armónicos o múltiplos en base a los se define la estructura proporcional
de los subciclos del Ciclo Maya. Así, usando el armónico 20 podemos
expresar los 36.000 Tzolkin de forma que quedan como 20 x 1800 Tzolkin = Ciclo Maya.
EL TZOLKIN EN EL TEJIDO DE LOS CICLOS PLANETARIOS
Existen ciertos
periodos de tiempo en los que se conjuntan el Tzolkin y otros ciclos
mayas como el Haab de 365 días (el año maya). La conjunción básica es de
73 Tzolkines y 52 Haabs en 18.980 días (51,9 años). En otros también
interviene el ciclo Tun de 360 días. Y en otros también ciertos ciclos
planetarios básicos como el ciclo sinódico de Venus de 584 días y el de
Marte de 780 días. En la siguiente tabla vemos la distribución de
Tzolkines, Tunes, Haabs y ciclos sinódicos de Venus y de Marte en
diversos ciclos de kines o días. Los ciclos más importantes son el
Tzolkin y los naturales como son los ciclos sinódicos de Venus y Marte.
|
|
|
|
Ciclo Sinódico Venus |
(584 kines) |
|
Ciclo Sinódico Marte |
(780 kines) |
|
18.980 (51,9 años) |
73 |
|
52 |
|
|
x 2 = 37.960 kines (103,9 años) |
146 |
|
104 |
65 |
|
x 3 = 56.940 kines (155,9 años) |
219 |
|
156 |
|
73 |
x 4 = 75.920 kines (207,9 años) |
292 |
|
208 |
130 |
|
x 5 = 94.900 kines (259,8 años) |
365 |
|
260 |
|
|
x 6 = 113.880 kines (311,8 años) |
438 |
|
312 |
195 |
156 |
x 7 = 132.860 kines (363,7 años) |
511 |
|
364 |
|
|
x 8 = 151.840 kines (415,7 años) |
584 |
|
416 |
260 |
|
x 9 = 182.520 kines (499,7 años) |
702 |
507 |
|
|
234 |
x 13 = 246.740 kines (675,5 años) |
949 |
|
676 |
|
338 |
x 18 = 341.640 kines (935,38 años) |
1.314 |
949 |
936 |
585 |
468 |
Los diversos ciclos son
múltiplos del primero de 18.980 días, y 18 de estos forman el
superciclo de 341.640 días en el que intervienen todos. También en el
ciclo de 113.880 kines, aunque no interviene el ciclo Tun, sí
intervienen los ciclos sinódicos de Venus y Marte. 3 ciclos de 113.880
días forman el ciclo de 341.640 días.
También hay otro ciclo de
conjunción del Tzolkin y el día de Venus (de 243 días) en forma que 260
días de Venus conjuntan en 63.180 días con 243 Tzolkines y con 81 ciclos
sinódicos de Marte. Y por supuesto también el del Tzolkin y el ciclo
sinódico de Marte, pues 260 ciclos sinódicos de Marte y 780 Tzolkines
conjuntan en 202.800 días.
A su vez 4 de estos
superciclos de 341.640 kines forman un ciclo mayor de 1.366.560 kines (=
3.741,5 años = 3.744 Haabs) considerado un número clave en la
cosmología maya. Este ciclo abarca el 73% de la Cuenta Larga, y qué
mejor que verlo gráficamente en la estructura del Ciclo de la Cuenta
Larga simultáneamente a la cronología histórica (a la que nuestra mente
está habituada) y de la que el año 550 a.e.c. cae en mitad de la Cuenta
Larga, y por ello es para nosotros un buen punto de referencia, y
termina hacia el año 630 d.e.c.
Y con más detalle podemos verlo en las siguientes dos imágenes:
Y cinco de estos, a su
vez, forman un ciclo de 18.707 años ó 18.720 Haabs que son 26.000 + 260 +
20 Tzolkines que teóricamente definen un superciclo del sol compuesto
por 100 ciclos de manchas solares.
El desconocimiento humano general acerca del Tzolkin se debe a que no fue exportado a Europa ni, por ello, a la mente humana (
1)
ni, por ello, pudo ser "tanteado" por la conciencia humana. Con la
llegada desde Europa del poder católico y militar a las tierras que
luego serían llamadas "América", los eclesiásticos estudiaron la
cultura maya y conocieron la existencia del Tzolkin así como del
calendario de 13 meses de 28 días (de una estructura regular, y usada
también por etruscos o por celtas) aunque por interés -y por no
interesar- no fue exportado a Europa. Era el tiempo en que los
eclesiásticos derogaron el calendario juliano e instauraron el
calendario (romano) gregoriano cuando el Papa de la Iglesia de Roma era
Gregorio XIII (13º de su saga) que no aceptó el calendario de 13 meses
(ni el Tzolkin 13:20) y fue Papa durante 13 años (13x13 = 169 meses de
28 días). El Tzolkin no es comprensible a la razón por sí sola, ni
siquiera para la exclusivamente científica ni para la religiosa ni
dogmática. El intelecto sólo puede ver la luz contando con la intuición
igual que un hombre sólo puede concebir descendencia contando con la
mujer.
Como un rápido y
breve recordatorio de la historia del calendario, el calendario de 13
meses fue usado por los celtas, y también por los etruscos que poblaban
las tierras que luego fueron el núcleo del nacimiento del Imperio de
Roma, que inició con un calendario de 10 meses, el séptimo llamado
"septiembre" y el décimo llamado "diciembre". Más tarde Julio César y
César Augusto les añadirían "julio" y "agosto", y de ahí que actualmente
septiembre (originalmente el 7º mes) sea el 9º, y diciembre
(originalmente el 10º mes) sea el 12º. En el año 707 desde la fundación
de Roma (más o menos 45 años antes del parto de María -nacimiento de
Jesús) Julio César estableció el calendario que lleva su nombre, el
Juliano. 371 años después (año 1.078 desde la fundación de Roma) fue
fundada la Iglesia Romana, y 200 años después (año 1.278 desde la
fundación de Roma) fue establecido el inicio de la era cristiana en un
punto que estaba 525 años antes en la cronología: el supuesto momento
del nacimiento de Jesús. (Es como si nosotros, desde el 2012,
establecemos el inicio de una nueva era que empieza en un día del año
1.487). Entonces se comenzó a hacer referencia a las fechas en relación a
ese momento, como el mismo año de la fundación de la organización
eclesiástica, el 325 después del teórico momento de nacimiento de Jesús.
977 años después (año 2.255 desde Roma), el imperio militar y católico
español llega a las costas del futuro México; el poder militar y
religioso católico cristiano -que no crístico- entra en contacto con la
cultura maya y con el Tzolkin. Roma -ahora como institución "religiosa"-
vuelve a encontrarse con una cultura que usa el calendario de 13 meses
de 28 días, como los etruscos hacía 2.230 años. 90 años después, 1.582
de la era cristiana y año 2.229 desde la instauración del calendario
juliano, éste fue modificado, y fue instaurado el calendario gregoriano,
llamado así por el nombre del Papa: Gregorio XIII. La primera medida
fue considerar el día 15 de octubre como 5 de octubre, "borrándose" (o
reescribiéndose) 10 días de historia cristiana y europea en la mente
cristiana, aunque no de la memoria del resto de culturas del planeta.
Según la novela
del escritor e investigador brasileño Alberto Beuttenmüller titulada
"La Serpiente Emplumada", los atlantes enseñaron los secretos
interdimensionales y la tecnología de los cristales a los olmecas, y
estos la tranmitieron a los mayas, pueblo prehistórico. Los olmecas,
mayas, incas y egipcios lograron tantas realizaciones monumentales
-inexplicables para el hombre moderno tecnológico- porque estaban
abiertos a la inteligencia de la Tierra como puente a las inteligencias
cósmicas. Por su lado, la raza de los toltecas practicaban la magia
negra y eran muy agresivos, y sojuzgaron a los aztecas (mexicas) y a los
mayas. Con los mayas, los toltecas fundaron la cultura maya/tolteca en
Yucatán en donde existen lugares de energía negativa. Esta es la cultura
con la que se encontró el Conquistador, y de ahí nació el mito entre
los eclesiásticos acerca de la barbarie de los mayas como practicantes
de sacrificios humanos, costumbre que realmente era propia de los
toltecas y que el propio tribunal eclesiástico de la inquisición también
practicaría con la quema de personas en la hoguera (en el libro del
Levítico 21:9 aparece el precepto de quemar en la hoguera a la mujer
que siendo hija de sacerdote perdiera la honra y se hiciera prostituta).
En la película "Apocalipto", dirigida por Mel Gibson, se narra la
aventura de un muchacho maya que pertenece a una tribu que es masacrada
por otra raza indígena muy violenta que buscaba hombres jóvenes y
fuertes de los que extraer el corazón como ofrenda para su dios y
demonio.
Los
260 días son representables como 20 grupos de 13 días. Astrológicamente
a estos 20 grupos se les asocia con los llamados símbolos sagrados o
glifos mayas. Las 260 combinaciones entre las 13 unidades y los 20
glifos representan diferentes cualidades energéticas, cósmicas y
espirituales, y cada número/glifo corresponde a una fecha de cualquier
calendario lineal, como por ejemplo un día gregoriano. Si concebimos el
Tzolkin como una onda cuya longitud es la distancia recorrida por el Sol
durante 260 días (kines), cada 260ª parte de esa onda tendría unas
propiedades electromagnéticas determinadas que el Sol (cual receptor
cósmico) recibiría y a la vez emitiría a los planetas, entre ellos la
Tierra, influyendo así en la conciencia humana.
Cualquiera de las 260
combinaciones sirve de complemento para describir las cualidades de un
determinado kin de un uinal de un tun de un katun de un baktun del Ciclo
maya. El concepto "kin" (Tzol kin) también sería referente a una
estrella (como el sol) como receptor de la cualidad electromagnética
recibida de la onda Tzolkin, y a la vez la emisora hacia el planeta
Tierra y la conciencia humana.
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