A niveles más
allá de la tercera dimensión, la realidad toma formas exclusivas que escapan a
todo análisis euclidiano o pitagórico. Por tal motivo usar términos
cuantitativos para explicar propiedades cualitativas de conceptos
adimensionales, es un gran error, y yo lo cometí. Fuera de toda analogía, en
las dimensiones superiores y sobre todo en la adimensionalidad, los conceptos
para nosotros de infinito, pasan a ser finitos y viceversa, lo que para
nosotros es infinito, para el Do y el Ser, es finito. Por ejemplo, para un
organismo microscópico o un átomo, el planeta es infinito, cuando para nosotros
es evidentemente finito. Partiendo de este concepto o premisa como verdadera,
todo lo creado tiene entonces un principio y un final, y lo infinito es solo el
límite de algo inmensurable para nosotros.
Cuando se crea
la vida consciente en el universo, también se crea un entramado o matriz por
donde ésta se desplaza. Ese entramado es el Espacio-consciencia del Do, formado
por una matriz de 7x7 octavas entrelazadas como formando una tela. Este entramado
está sustentado por siete dimensiones espacio-temporales, formando lo que se
llama “Realidad General Matricial de base siete” (RGMB7).
Cuando la vida
consciente se desplaza por esta matriz, utiliza coordenadas espaciales
matriciales de siete planos, (t; u; v; w; x; y; z) donde (t) es el alfa
(inicio) y (z) la omega (final) del movimiento. El movimiento sobre los planos
lo hace de forma proyectiva, o sea que como en realidad el Ser es adimensional,
no puede sustentarse completamente en la RGMB7 y tiene que usar
indefectiblemente avatares para... desplazarse por los planos inferiores. Estos
Seres creados por el Do, que en realidad son sus Avatares por el mismo concepto
explicado anteriormente, pero a un nivel inmensamente superior, están
conectados a 49 unidades de carbono, una por octava, que forman todas sus
existencias (rencarnaciones) del pasado, presente y futuro, cubriendo en su
totalidad la matriz 7x7 por donde se desplaza. De esas 49 unidades de carbono
enlazadas al Ser, 42 corresponden a los planos inferiores de la materia física,
y siete a los planos superiores del espíritu. Para el desplazamiento de las
unidades de carbono en los planos inferiores, se crea otro entramado o matriz,
en este caso de 4x4, que es la matriz espacio-tiempo de la realidad subjetiva
matricial de base cuatro (RSMB4) de cuatro dimensiones y 16 octavas, una por
cada “clon” de la unidad de carbono. Tres dimensiones espaciales perceptibles
por los sentidos, y una mental percibida como tiempo. Cada unidad de carbono
clon, a su vez está conectada a (x) cantidad indefinida pero finita, de
“avatares virtuales” de ella misma, que cubren toda la gama de posibles realidades
de la “ecuación de elección”. Desconozco si son dos millones o más o muchos menos, eso es
irrelevante e imposible de saber por lo menos en esta realidad y dimensión tridimensional.
De esos seres creados por el Do en esta
realidad y universo, aproximadamente el 52% está y pertenece a la octava del
Demiurgo, y el 48% está, pero pertenece a la octava del Do. Por consiguiente
un porcentaje igual de unidades de carbono tiene la conexión abierta o cerrada
con el Ser. Los que tienen conexión abierta es porque tienen formado el cuerpo
espiritual y solo les queda activar esa conexión, estos son los 144.000
elegidos de los que habla la biblia, pero ese número no representa una cantidad
de personas o Seres, sino un porcentaje y una frecuencia vibracional específica
y exacta, 14.40 Hz. El 52% restante tienen la conexión cerrada y solo lograrán
abrirla con el primer acto consciente del perdón, para luego recién comenzar a
formar el cuerpo espiritual. Para el que
quiera visualizar un diagrama de correspondencia, podríamos exponer la
siguiente aproximación: Do conectado a (x) Seres (avatares), cada uno conectado
a 49 UdC (avatares), y cada una de éstas conectada a 16 clones conectados cada
uno a su vez a (x) avatares virtuales. ¿Cuántos Seres y avatares virtuales
existen en este universo?, lo desconozco. El término expuesto en el artículo
anterior de 300.000, fue el error cometido, y fue solo para expresar una
totalidad finita y un porcentaje aproximado, cuantificando lo inmensurable para
llegar a una idea que no pude transmitir correctamente, la de la finitud de la
vida consciente en el universo, dentro de la infinidad de la creación. Lo
infinito dentro de lo finito y lo finito dentro de lo infinito. La expresión
300.000 fue tomada por mí, como parámetro para mostrar el porcentaje y la relación del número bíblico esotérico 144.000
de la cábala, y representa la velocidad de la luz, componente y constante
primordial en la ecuación de proyección holocuántica y el quinto elemento
fundamental para la vida consciente en el universo. Los 144.000 elegidos,
representan la frecuencia de los seres
correspondientes a la octava del Do, que es de 14.40 Hz., esta vibración del
efecto Tesla es la necesaria para subirse al tren de la Matrix 15.64.
En los textos
sagrados hebreos más antiguos, se dice que cuando se acaben las almas (Seres) del
lugar donde residen, nacerán hombres sin alma, unidades de carbono sin Ser ni
espíritu, sólo máquinas, programas dentro de la Matrix, señores Smith sin
sentimientos, y aunque a todos nos disguste la idea, el mundo está lleno de
programas que nosotros vemos como personas, hijosde las sombras coexistiendo en esta realidad, sin ninguna posibilidad de
convertirse en Humanos en esta existencia, porque son sólo programas creados
por el Demiurgo. ¿Cómo reconocer un programa? Por sus actos de crueldad y sus
ojos, cuya mirada transmite odio, miedo y el vacío de su alma. Si bien están dentro
del 52% de la octava del Demiurgo, estos se diferencian porque les pertenecen
al Demiurgo directamente y no solo a la octava, son sus creaciones, los demás son
creaciones del Do dentro de la octava del Demiurgo. Yo no hago las reglas, a mi
tampoco me gusta lo que digo, pero la realidad es así, nos guste o no, y no voy
a engañarlos pintando margaritas donde no las hay. Todo esto es conocimiento
oculto solo conocido por un pequeño grupo de iniciados comparado con la
totalidad de la humanidad, conocimiento que en su momento fue de todos y
tendría que ser de todos, pero que hace eones algunos consideraron que no todos
estarían preparados para conocer la realidad, y a veces pienso que tenían
razón, porque nuestros miedos son tan grandes, profundos e incontrolados, que
aunque tuviéramos delante de nuestras narices al mismísimo Do, lo negaríamos
para proteger nuestro sueño seguro de margaritas pintadas brillando al sol.
Como en la película Matrix venderíamos nuestro despertar por una sabrosa
hamburguesa. Preferimos volvernos a dormir antes que afrontar la cruda
realidad.
El Ser es sólo
una de las infinitas manifestaciones de la vida consciente del universo, una de
las más simples comparadas con otras formas de vida, en otros universos
inimaginables aún para el mismo Ser, y que forman también la cosmogénesis del
Do. Nosotros como avatares, representantes en esta realidad de la consciencia
del Do, tenemos, debemos, por responsabilidad divina, transitar este mundo con
las reglas correspondientes al Ser, por y para el Ser, reglas que solo usted
puede vislumbrar, manifestar y respetar, porque es su universo, su realidad, su
vida, su creación, y los demás son invitados a compartir su mundo formando la
red de Seres conectados a la trama sagrada que hace posible que todos
compartamos una gota de la consciencia infinita del Do para formar el mar de la
vida y la creación.
Contacto personal con Morféo
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