Esta es la noche perfecta para observar las lágrimas de San Lorenzo (Hemisferio Norte)

 
 Una estrella fugaz vista desde una aldea suiza, en las Perseidas de 2009. (Reuters)

Como cada año por estas fechas, el Hemisferio Norte será testigo de uno de los acontecimientos astronómicos más populares entre el gran público. Se trata de la lluvia de estrellas conocida como las Lágrimas de San Lorenzo -técnicamente, las Perseidas, debido a que su radiante se encuentra en la constelación de Perseo-, que vivirá su máximo apogeo este fin de semana.
Las Perseidas se conocen como lágrimas de San Lorenzo desde la Edad Media, porque el 10 de agosto, cuando la lluvia es ya bastante intensa, se conmemora el día de este santo. Así el imaginario popular asoció las estrellas fugaces con las lágrimas que vertió San Lorenzo, que según la tradición cristiana fue quemado vivo en una parrilla.
Este año, tal como ha anunciado el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), las Perseidas tendrán su máximo de actividad el domingo 12 de agosto entre las 14:00 y las 16:30 horas en la Península, momento en el que se espera una media de 100 meteoros por hora.
Como el punto álgido se producirá durante la mañana, el mejor momento para observar la lluvia coincidirá con las noches anterior y posterior al mismo, es decir, esta noche de sábado y la de mañana.  

El período óptimo de observación será la primera parte de la noche, una vez que el cielo esté oscuro 

Aunque la máxima actividad de los meteoros tendrá lugar durante el día, esta será una buena noche para observar la lluvia de estrellas, pues la Luna estará en fase menguante y su brillo no  será un obstáculo para la observación de las estrellas fugaces. No obstante, su cercanía al radiante (la zona del cielo de la que parece proceder la lluvia por un efecto de perspectiva), sí puede dificultarla. Tal como explica el IAC, el período óptimo de observación será la primera parte de la noche, una vez que el cielo esté oscuro y antes de que la Luna haga su aparición sobre el horizonte, es decir, entre las 22:00 y las 2:00-3:00 horas de la madrugada.
Para disfrutar de la lluvia de estrellas no se necesita nada especial. Basta con observar el cielo a simple vista, sin prismáticos ni telescopios, y en una posición cómoda. Cualquier punto de observación es bueno, siempre que tenga un horizonte despejado hacia el Nordeste (dirección en la que se encontrará el radiante) y esté alejado de luces brillantes (en las grandes ciudades observar...
eventos astronómicos es prácticamente imposible). Se recomienda mirar a unos 20º alrededor del radiante, ya que la mayor parte de los meteoros aparecerá en esta región.
¿De dónde vienen las estrellas fugaces?
Cada año por estas fechas nuestro planeta cruza la órbita del cometa Swift-Tuttle
Las llamadas estrellas fugaces son en realidad pequeñas partículas de polvo de distintos tamaños, algunas menores que granos de arena, que van dejando los cometas a lo largo de sus órbitas alrededor del Sol. Cuando un cometa se acerca a las regiones interiores del Sistema Solar, su núcleo,     -formado por hielo y rocas-, se sublima debido a la acción de la radiación solar y genera las características colas de polvo y gas. La corriente de partículas resultante se dispersa por la órbita del cometa y es atravesada cada año por la Tierra en su recorrido alrededor del Sol. Durante este encuentro, las partículas de polvo se desintegran al entrar a gran velocidad en la atmósfera terrestre, creando los conocidos trazos luminosos que reciben el nombre científico de meteoros.
Cada año por estas fechas nuestro planeta cruza la órbita del cometa Swift-Tuttle, que tiene un período de 133 años y que pasó cerca del Sol por última vez en 1992.
 La lluvia de meteoros que se produce suele tener su máxima actividad entre el 12 y 13 de agosto, aunque el fenómeno es apreciable en menor intensidad desde el 16 de julio hasta el 24 de agosto.
El cometa en cuestión, que fue descubierto en 1862 por Lewis Swift y Horace Parnell Tuttle de forma casi simultánea –de ahí su nombre– ha sido ampliamente estudiado, no solo por la lluvia de meteoros. Según un artículo publicado en la revista New Scientist en 2005, la órbita del cuerpo celeste podría llevarlo a impactar con la Tierra o la Luna en el próximo milenio.
Fuente:  http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2012/08/11/la-noche-perfecta-para-observar-las-lagrimas-de-san-lorenzo-103482/