Ya
hace años, os hablé de este reino subterráneo llamado Agharta, donde se
ha desarrollado desde hace milenios una civilización fantástica. Este
reino escondido está en comunicación con la superficie de la tierra
porque existen aberturas en diferentes países del mundo: en los polos,
en América del Sur, en Mongolia, en el Tibet…e incluso en Francia, en
los Pirineos.
Desde
tiempos muy lejanos se han transmitido leyendas - sobre todo entre los
pueblos nórdicos – que hablan de un país, más allá de los hielos
polares, una tierra donde reina una eterna primavera. Y según una
conocida tradición de la Ciencia iniciática, las auroras boreales
estarían producidas por seres extremadamente evolucionados que habitan
en estas regiones y por una luz que procede del centro de la tierra.
Algunas
personas en el mundo han tenido conciencia de la existencia de Agharta.
Incluso se ha hecho una película, «Shangri-La» en la que se cuestionaba
la existencia del país de la eterna juventud. Pero en todos los países
existe esta tradición. Ya sea en Grecia, en India, en Egipto, todos los
pueblos han tenido sus ideas respecto a este país de la juventud y de la
eterna felicidad; y es precisamente el reino subterráneo de Agharta al
que otras culturas han llamado el país del Santo Grial, Thulé, el jardín
de Hespérides ...
Ahora,
cada vez más, se habla y se escribe sobre Agharta, pero hace años era
una cuestión poco conocida. Había el libro de un ruso, Ossendowski:
«Bestias, hombres y dioses» que cuenta todo lo que le ha sido dicho a
este respecto en los monasterios del Tibet. Pero sobre todo es el libro
del marqués Saint Yves d'Alveydre: «La misión de la India», el que
aporta las mayores revelaciones sobre Agharta. Saint- Yves d'Alveydre
era un escritor, un erudito e incluso un Iniciado. Poseía la facultad de
desdoblarse, y por eso revela en esta obra que ha podido entrar
personalmente en Agharta. Da detalles extraordinarios sobre este reino
subterráneo iluminado por una especie de sol central, donde, al igual
que sobre la tierra, crecen árboles y flores, donde viven animales y
hombres. Habla de bibliotecas y de archivos que se extienden a través de
kilómetros y que contienen toda la historia de la humanidad. Sí, libros
extraordinarios que fueron escritos por grandes Iniciados y que
contenían grandes secretos; fueron retirados de las manos de la
humanidad, pero están allá, en Agharta, y sólo aquéllos que están
evolucionados tienen derecho a leerlos.
Todo
lo que pasa en el mundo desde un principio está registrado y conservado
en estos archivos. Todo lo que ha desaparecido de la superficie de la
tierra y que se cree definitivamente perdido, se encuentra allá abajo.
Si queréis saber cómo eran ciertos personajes históricos, allá lo
encontraréis. Y también vosotros estáis allí, en miniatura. Porque todos
nosotros existimos bajo la forma de un doble para que se nos estudie.
En...
Agharta hay siempre un reflejo en miniatura de todo lo que pasa aquí.
Y los Aghartianos saben incluso que en este momento estoy hablando de
ellos.
Algunos,
que han investigado, piensan que los bohemios, los zíngaros, proceden
de Agharta, de donde fueron expulsados, y que es de allí de donde han
traído los conocimientos que tienen sobre el Tarot, por ejemplo, y que
se transmiten de generación en generación. Se cree también que los
Aghartianos proceden de los Atlantes y de los Lemures. Antes de que el
continente comenzara a zozobrar - habrían pasado quince mil años según
ciertos investigadores - deberían haber huido con sus máquinas
extraordinarias para refugiarse en las entrañas de la tierra donde han
creado ciudades, asentándose allá.
Evidentemente
se cuentan toda clase de historias extraordinarias respecto a Agharta.
¿Son verdaderas o falsas? No es esto lo que me interesa. Lo que me
interesa es la filosofía, los principios sobre los que se ha fundado
este reino, y cómo propagarlo, y sobre todo cómo hacer comprender a los
humanos que acabarán rompiéndose la cabeza si continúan siguiendo
filosofías erróneas.
Agharta
es un reino muy sabiamente organizado y gobernado, donde millones de
hombres viven en la prosperidad, la paz y la felicidad, al abrigo de
enfermedades e incluso de la vejez. Saint-Yves d'Alveydre habla en
detalle de esta organización. En la cumbre reina una trinidad de seres:
el Brahatma, el Mahatma, y el Mahanga (que Ossendowski cita bajo los
nombres de Brahytma, Mahytma y Mahynga). A Brahatma está confiada la
Autoridad, a Mahatma el Poder, y a Mahanga, la Organización. Y como
Agharta posee una estructura que es un reflejo del orden cósmico, por
debajo de esta trinidad superior hay un grupo de 12 personas, a
semejanza del zodíaco, y después un grupo de 22, a semejanza de los 22
principios del Verbo, con cuya ayuda Dios creó el mundo; después 365,
como los 365 días del año, etc.
Durante
años he reflexionado y meditado mucho sobre Agharta y he trabajado para
entrar en comunicación con su reino invisible. Quizás no lo creáis,
pero ha llegado el momento de decíroslo; os traigo la misma
organización. Es preciso que los humanos comprendan ahora que aún no han
encontrado el gobierno que les conviene y que sólo la sinarquía, el
gobierno de los Iniciados, puede resolver todos los problemas políticos,
sociales, económicos.
Os
traigo la misma cultura que existe en Agharta. Todavía no puedo en
verdad, desvelarla, revelarla, porque parece ser algo tan lejano, tan
absurdo, que me arriesgo a que me metan en algún sitio especial... Sí,
si os digo todo lo que sé, me meterán en un manicomio. Es por ello que
no me atrevo a haceros ciertas revelaciones. Pero todo está aquí, en mi
cabeza, y cada vez os hago penetrar más y más en estas verdades de la
Ciencia iniciática. Por otra parte, si actuáis de buena fe, no podéis
dejar de reconocer que todo lo que os he revelado hasta ahora era
verdad. Así pues, os dejo libres, haced lo que queráis.
Y
lo que es absolutamente verídico es que os traigo una nueva cultura. La
Enseñanza de la Fraternidad Blanca Universal tiene por misión el
introducir en el mundo la filosofía de Agharta. Una tradición cuenta que
Rama, después de haber conseguido asentar la Edad de Oro en la tierra,
fue a habitar a Agharta y que muchos otros grandes espíritus, como Buda o
San Juan, o incluso el alquimista Nicolás Flamel, también han ido a
vivir en Agharta. Pero lo que no se sabe, es que en nuestra época los
Aghartianos se reencarnan sobre la tierra para traer su ciencia, su
organización, su gobierno: el gobierno de los Iniciados.
Puedo
explicaros cómo viven los Aghartianos, cómo nacen, cómo entienden el
amor. Saben que la fuerza sexual es una energía preciosa, por eso no la
malgastan, sino que por el contrario la utilizan para convertirse en
criaturas superiores, en divinidades. Por otra parte es de Agharta de
donde procede el verdadero Tantra-yoga, tan conocido en el Tibet y en la
India, pero del que muy pocos Occidentales tienen una buena
comprensión. ¡En cuanto a la práctica, mejor no hablar...! Muchos no han
logrado otra cosa que enfermar y desequilibrarse. Así pues, atención,
no os aconsejo que os embarquéis en este sentido. Estudiad, preparaos,
purificaos, y enseguida obtendréis todo tipo de revelaciones sobre la
extraordinaria ciencia de aquellos seres.
Porque
la ciencia de los Aghartianos concierne también a los descubrimientos
más avanzados de la física. Tienen la posibilidad de vigilar y controlar
todo lo que pasa sobre la tierra; pueden incluso destruir completamente
a toda la humanidad desencadenando la potencia de los cuatro elementos.
Pero como son seres evolucionados y pacíficos, no lo harán. Incluso es
muy probable que los platillos volantes cuya existencia ahora ya no se
puede dudar, no procedan de otros planetas, sino del centro de la
tierra, pasando por el polo Norte o Sur. Muchos observadores situados en
el Ártico o en el Antártico han visto platillos volantes que iban o
venían en esta dirección.
Los
Aghartianos tienen pues, medios de locomoción completamente
excepcionales. Lo que es notable, es que se hayan manifestado sobre todo
a partir de 1945, después de la bomba atómica de Hiroshima. Vienen para
vigilar, saben que los humanos son tan insensatos que podrían destruir
la humanidad; y en este caso, también ellos, bajo tierra, serían
alcanzados, y evidentemente están un poco inquietos. Puede ser que
dentro de algunos años se decidan a salir para dar mensajes,
advertencias. Puede que también ¿por qué no? se lleven consigo a algunos
de vosotros, para mostrarles el esplendor de su país devolviéndolos
enseguida a la tierra. Hasta el presente ninguno de los que han podido
ir a Agharta han vuelto. Pero los Aghartianos son de una bondad y
generosidad tan grandes, que no hay que temerles. Han vencido todas las
debilidades humanas.
Naturalmente
muchos han intentado perseguirles. Pero sus platillos volantes están
rodeados de un campo magnético que les hace invulnerables, y si ven que
les persiguen proyectan rayos que detienen o bloquean las máquinas de
sus perseguidores. Trabajan siempre con la luz; su poder está en la luz,
con ella neutralizan todas las fuerzas hostiles. Se ajustan a esta
regla iniciática según la cual hay que utilizar la luz como protección
contra los elementos nocivos. Pronto, los humanos comenzarán a descubrir
muchos de sus secretos.
Y
yo, os lo estoy diciendo desde hace años: no hay nada tan importante a
estudiar como la luz, porque la luz tiene todos los poderes. Últimamente
la ciencia ha descubierto la potencia del rayo láser. Quedan muchos
descubrimientos por hacer, pero un día todo lo que os he revelado será
reconocido y comprobado. Hasta el presente no se han tomado en serio
estas revelaciones, porque no han sido confirmadas por la ciencia
oficial. En lugar de sentidas interiormente, de tocadas casi con su
alma, con su espíritu, los humanos, que están tan intelectualizados,
esperan el veredicto de la ciencia oficial para creer las más grandes
verdades. Pero os lo digo: tarde o temprano lo que os he revelado en mis
conferencias será comprobado científicamente. Esto empieza por otra
parte con las experiencias que se han hecho en Rusia; los demás países
están retrasados, pero seguirán a los Rusos y aceptarán la realidad del
poder del pensamiento, del aura, de la clarividencia. Unos técnicos han
preparado ahora unos aparatos que pueden registrar ciertos fenómenos
llamados «parapsíquicos» y estamos obligados a aceptar los resultados de
estos registros. Los humanos esperan siempre el veredicto de los
aparatos externos, sólo confían en estos aparatos. Mientras que los
aparatos que el Creador ha puesto en ellos mismos, no los tienen en
cuenta, no los utilizan. Sin embargo debería ser al revés.
Os
he dicho que Agharta me interesa desde el punto de vista filosófico por
el modelo de organización, de gobierno y de vida colectiva que nos
presenta. También nosotros debemos trabajar para la colectividad con el
mismo desinterés que los Aghartianos, con este amor infatigable, con el
fin de formar una familia sobre toda la tierra, y que no haya más
fronteras, guerras ni miserias.
En
aquel momento, los intereses de cada persona serán respetados. Cuando
todo marcha bien en la colectividad, cada uno de sus miembros se
encuentra bien. Mientras que si sólo están bien algunos individuos, pero
no la colectividad, estos individuos tarde o temprano son amenazados y
aplastados porque este bienestar no es una situación estable y duradera.
Por eso cuando se ve que cada cual no tiene otra idea en la cabeza que
estar bien él, burlándose abiertamente de los demás, se puede predecir
que se trata de una situación inestable. Si los humanos hiciesen un
esfuerzo por olvidarse un poco de sí mismos, para consagrarse a la
colectividad, todo el mundo tendría sus intereses salvaguardados. Porque
el interés de todos está ahí. Por eso siempre digo: no sabéis lo que os
conviene, vuestro comportamiento lo prueba, tarde o temprano os
desmoronaréis.
La
vida colectiva nos envuelve, nos domina, nos dirige, no se puede jamás
ser libre e independiente frente a la colectividad. No hay pues que
ocuparse en buscar un pequeño abrigo para sí, porque estos no son más
que paños calientes. ¡Pero se está aún tan lejos de esta amplitud de
conciencia! Las personas son como los insectos: desde el momento en que
algo no va, se esconden en su agujerito pensando que allí estarán
seguros. Bueno, lo comprendo, se ha recibido esta herencia de los
insectos, es fantástico. Pero ahora podemos, por lo menos, cambiar un
poco. Naturalmente, los humanos han progresado en el sentido colectivo.
Pero no es suficiente porque aún siguen destruyéndose entre sí. Su
conciencia se ha ampliado un poco, es verdad, pero la situación no ha
cambiado. Antes, se mataba a un hombre, ahora se pueden matar a millones
de golpe. ¡Ahí está el progreso! ¡Ah! en eso se ha progresado. También
las ciudades son mayores, pero interiormente la naturaleza es la misma:
cada cual en su agujerito. Son unos «trogloditas»; como en el pasado,
están aislados, divididos, se muestran hostiles entre sí.
Hay
que ir a buscar soluciones en lo alto, en el espíritu, en la luz.
Mientras que los humanos intenten resolver los problemas sin esta luz,
incluso las mayores transformaciones políticas, sociales, etc., no serán
verdaderamente eficaces; habrá siempre un germen de interés personal
que irá contra el interés colectivo y que, poco a poco, contaminará todo
el resto. Es preciso pues que consulten esta sabiduría eterna a la que
consultan los Aghartianos y que yo siempre consulto, entonces ella les
dirá qué hacer. Pero tampoco la Iglesia la consulta. La Iglesia incluso
reemplaza el interés del Señor por su propio interés; y por ello la
predicción de Fátima es terrible para ella. Pero la gente ya no cree en
nada, son el interés y el dinero los que ocupan ahora el primer lugar.
Por
eso sé muy bien que el sistema que os traigo aún no tiene posibilidades
de ser comprendido ni aceptado. E incluso si ciertas autoridades
supiesen que nuestra Enseñanza está basada en la sinarquía, serían
capaces de intentar clausurar nuestro establecimiento. ¡Se detesta la
sinarquía! Pero las condiciones van a cambiar, y pronto resultará
imposible detener la propagación de estas verdades. Nadie en el mundo
podrá impedirlo. Es la época de Acuario que se está acercando y que nos
trae la Enseñanza de la colectividad.
El
orden sinárquico llegará y será probado. Cada sistema debe probarse, y
si se demuestra que es ineficaz, es reemplazado por otro, y luego por
otro más... Es así como, ensayando, se acaban por encontrar las
soluciones correctas. En realidad, en lugar de continuar haciendo
experiencias dolorosas y que cuestan muy caras, se podría adoptar de
golpe este sistema que existe ya en alguna parte desde hace millares de
años.
Desgraciadamente
por el momento cada cual quiere experimentar personalmente para
descubrir solo las grandes verdades. Claro está que a través de este
sistema se termina por llegar, y todos llegarán, pero será muy largo, y
se necesitarán siglos, milenios. Todos están preparados por el Creador
para encontrar la verdad, pero es el tiempo para encontrarlo el que no
es el mismo para todos. Los que aceptan guías, instructores, Maestros,
acortan el tiempo, las pérdidas y los sufrimientos. Los que no aceptan
estos medios eficaces y rápidos harán también los mismos descubrimientos
que los demás, pero en millares de años. Prefieren encontrarlo solos,
quieren permanecer libres y no aceptan someterse, seguir a otro; también
ellos acabarán por encontrar un día, pero ¿en cuánto tiempo?
Este
estado de espíritu está sobre todo muy propagado entre los
intelectuales. Sí, hay alguien en alguna parte, pero es muy raro
encontrar intelectuales que no sigan este camino, son una excepción.
Personalmente, me encuentro entre estas excepciones. Felizmente la
Providencia me ha salvado privándome de toda clase de posibilidades
intelectuales, que ha dado, por el contrario, a los demás. Por esta
razón me he preocupado en aceptar la sabiduría de los que me superan.
Todos los que tienen grandes facultades intelectuales se creen muy
capaces... Pues bien, encuentro que la Providencia no se ha cuidado
mucho de ellos. No aceptan ninguna autoridad, sólo cuentan consigo
mismos, y por lo tanto van a necesitar millares de años aún para
descubrir la verdad.
Desde
hoy hasta dentro de algunos años se harán grandes descubrimientos. La
cuestión está en saber si habrá bastante gente preparada para
comprenderlos, sentirlos y realizarlos en su vida. Está dicho en la
Biblia que al final de los tiempos todo será desvelado. Y este tiempo
está próximo. Evidentemente, cuando se dice «el fin de los tiempos», no
hay que imaginarse que se trata verdaderamente del fin del mundo.
¡Cuántas veces se ha anunciado ya el fin del mundo... incluso dando la
fecha! Pero he aquí que la fecha pasaba y el mundo continuaba. Se
producían, naturalmente, algunos trastornos pero el mundo continuaba. La
humanidad nunca desaparecerá completamente. Los humanos son sólidos, no
os preocupéis, lo resisten todo. Pero que pronto se producirán todo
tipo de trastornos y de desórdenes, y que se producirá el fin de una
época, eso sí es cierto.
En
su libro: «Bestias, hombres y dioses», Ossendowski cuenta que una
tarde, cuando atravesaba una región desértica de Mongolia en una
caravana de camellos, se hizo de pronto un silencio impresionante (y
Saint-Yves d'Alveydre también menciona este fenómeno): los hombres y los
animales se detuvieron, e incluso los pájaros dejaron de volar. Su guía
le explicó que este recogimiento de toda la naturaleza correspondía al
momento en que el Rey del mundo entraba en el santuario de su palacio
subterráneo de Agharta para orar en él. Muy pocos hombres han podido ver
al Rey del mundo, aunque algunas veces se muestra, en ciertas fiestas
religiosas, y su aparición cada vez ha estado acompañada de prodigios.
Ha hecho predicciones, algunas de las cuales ya se han cumplido, y otras
también se realizarán. Sí, el Rey del mundo existe; espera el momento
para manifestarse. Y también, ya os lo he dicho, algunos seres de
Agharta vienen a encarnarse sobre la tierra para poder realizar los
proyectos del mundo invisible. Muchos están a punto de trabajar en este
sentido para un gobierno mundial.
Entonces,
veamos, entendedme bien: arriba está la nueva Jerusalén, Iérouschalaîm
Hadascha, de la cual habla San Juan, y abajo, Agharta. Nosotros, los
humanos, estamos situados entre ambos. Entonces, la nueva Jerusalén va a
descender y Agharta va a ascender, y ello constituirá el Reino de Dios
entre los hombres. Como la Jerusalén celestial, Agharta es una idea de
la vida interior.
La imagen alquímica de la estrella de siete
puntas V.I.T.R.I.O.L. (septagrama) revela –como casi ninguna otra
imagen– el profundo conocimiento de los grandes alquimistas
como Paracelso. Muestra su conocimiento sobre la influencia de los
siete planetas en el curso de la energía vital en el ser
humano e incluso en el cuerpo viviente de nuestra Tierra
Los alquimistas aludían a Agharta con la palabra
VITRIOLUM, en la que cada letra representa en realidad el principio de
una palabra, lo que produce esta frase latina: «Visita Interiora Terrae
Rectificando Invenies Occultum Lapidem Veram Medicinam». Lo que
significa: «Visita el interior de la tierra. Rectificando, encontrarás
la piedra escondida, la verdadera medicina.» Agharta, también es esta
tierra interior que es preciso visitar. Porque el hombre esta hecho a
imagen del universo y todo lo que existe fuera de él existe también en
él.
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