El eneatipo cuatro, cuya pasión en la envidia, visto por la pintora Ana Roldán. | Ana Roldán
- El eneagrama es un instrumento que es usado para el desarrollo personal
- Para actores y guionistas es una herramienta para construir personajes
- Desde el 'coaching' es empleado para sacar lo mejor de las personas
Si usted tiene algún amigo que sabe de eneagrama es muy probable que
ya le haya colgado un número y le haya dicho que es un 2 porque le
encanta ayudar o un 7 porque lo que más le gusta en el mundo es irse de juerga.
Y si no lo tiene, pues quizás se haya topado en cualquier librería con
algún volumen, porque lo cierto es que abundan, que trata sobre este
sistema de identificación de tipos de personalidad y que disecciona cómo
son los nueve caracteres que, en teoría, describen el funcionamiento de
los seres humanos.
"El eneagrama es un GPS que te puede guiar, pero el volante de tu
vida lo llevas tú", explica el doctor en Psicología Lluís Serra, quien
realizó su tesis doctoral sobre este sistema de identificación de tipos de personalidad y quien acaba de publicar el libro 'El eneagrama de las pasiones' basado en este trabajo.
Esta tesis es pionera en el análisis desde la universidad del
eneagrama, un sistema que ha levantado recelos en sectores de la
psicología más tradicional que argumentan que no tiene ninguna base
científica. "Esto pasa con algo que puede ser muy novedoso o cuando se
conoce de manera parcial o de forma no correcta", explica Serra, quien
también es licenciado en Teología y en Filosofía.
Serra cree que el hecho de que el eneagrama se asocie a un símbolo
geométrico "puede hacer pensar en otro tipo de conocimiento, de tipo
astrológico, pero el eneagrama es un planteamiento que tiene su rigor y su estudio".
Además, recalca que la tesis que él ha hecho "cumple todos los
requisitos" que dan seriedad y que validan un trabajo de este tipo. De
hecho, está basada en seis entrevistas por cada tipo de personalidad en
lenguas española e italiana.
Este mapa de la personalidad que distingue nueve patrones básicos de conducta,
también llamados eneatipos y representados por números que van del uno
al nueve, tiene como símbolo una figura con nueve puntas -de ahí su
nombre, enea significa nueve- unidas por varias líneas que muestran las
interrelaciones entre los diferentes caracteres.
Aunque se cree que sus orígenes son anteriores a Cristo, lo recupera
el armenio Georges Gurdjieff (1866-1949). En los años 60 el boliviano
Óscar Ichazo retoma su estudio y se lo enseña en Estados Unidos, entre
otros, al psiquiatra chileno Claudio Naranjo, quien lo reformula usando el lenguaje de la psicología moderna.
A partir de los años 80 Helen Palmer y Don Richard Riso y Russ Hudson
comienzan a propagarlo y empieza a extenderse este sistema que, en la
actualidad, es usado por psicólogos, 'coachs', responsables de recursos
humanos, profesores, guionistas, actores e incluso artistas.
El eneatipo 2. | Ana Roldán
Serra destaca el potencial que el eneagrama tiene como herramienta de desarrollo personal.
Explica que, una vez se tiene conocimiento del propio eneatipo es
cuando se "tomar conciencia" de qué es aquello que mueve a cada persona y
es posible "despertar a mi forma de ser". "Lo primero sería abrirse a
la realidad de sí mismo, a los patrones repetitivos de conducta que me
impiden ser libre porque cuando empiezo a darme cuenta del mal que...
me
hace este tipo de comportamientos porque me quitan mi capacidad amorosa y
mi libertad es cuando me doy cuenta de que hay que operar un cambio",
subraya.
Nueve pasiones
El eneagrama desarrollada por Naranjo incide en la neurosis de cada número, en eso que él denomina las pasiones
y que se corresponderían con los siete pecados capitales más la vanidad
y el miedo, mientras que el desarrollado por otros autores, como Helen
Palmer o Don Richard Riso y Russ Hudson, incide más en lo virtuoso de
cada eneatipo. Así, para Naranjo el eneatipo 1 es el iracundo, mientras
que para Riso y Hudson es el perfeccionista (ver cuadro de abajo).
"Aquí usamos dos lenguajes: en el psicológico hablamos de las
pasiones dominantes y el moral, de los pecados capitales", señala Serra,
quien explica que, originariamente, los pecados capitales eran ocho y
no siete, ya que el orgullo acabó absorbiendo a la vanidad. En cuanto al
miedo, asociada al eneatipo 6 en el eneagrama y que no es un pecado
capital, Serra destaca que "el miedo se confundió con el santo temor a
Dios y se entendió como algo positivo". Además, señala que ya en el siglo XIV Ramon Llull dibujó un símbolo parecido al del eneagrama pero formado por tres triángulos equiláteros.
Para Serra el eneagrama "es un instrumento muy interesante que tiene que ser usado con mucha inteligencia, sabiendo que es el mapa no es el territorio".
Él está convencido de que uno de sus inconvenientes es su uso de forma
frívola, "de método de control de los demás porque es algo que hace
daño", señala.
Tráiler de la película '9' producida por Tim Burton.
Antonio Díaz Deus, 'coach', ha desarollado un modelo de 'coaching', el integrativo, basado en el uso del eneagrama como instrumento de desarrollo y de cambio personal. "Yo no lo uso para encasillar a mi cliente sino para que se sienta en su número.
Por ejemplo, hace poco trabajando con un alto directivo que era un 3
[personas prácticas, orientadas al éxito y con muy buena imagen] le puse
una lista de competencias, asociada a su eneatipo, con la que se sintió
cómodo", explica Díaz Deus.
El nombre de integrativo que Díaz Deus le da a este tipo de 'coaching' es porque intenta que sus clientes integren el pensar, en sentir y el hacer.
El eneagrama establece tres tríadas: las personas que se guían por sus
sentimientos, que corresponden con los eneatipos 2, el 3 y el 4; las que
se centran en el pensamiento, que son el 5, 6 y el 7, y en las que
predomina la acción, que son el 8, el y el 1.
El eneatipo 6. | Ana Roldán
"Para mí el trabajo es, por ejemplo, un 2 que es emocional integre la cabeza y el instinto, la acción,
pero la dificultad está en que al ser demasiado emocional tiene que
conectar con el cuerpo e irse un poco más a la cabeza", señala Díaz
Deus, quien trabaja con el eneagrama desde hace más de 20 años.
Este sistema de identificación de tipos de personalidad aporta al 'coaching', según Díaz Deus, el "conocimiento de uno mismo, proporciona mecanismos de desarrollo, de transformación
y también proporciona conocimiento de los procedimientos automáticos de
cada persona que le permite al 'coach' ayudar a su cliente a que se
conozca mejor", subraya.
El eneatipo de cada persona se forja durante la infancia y no cambia durante la vida,
aunque sí que dentro de cada tipo de personalidad se puede estar en un
estado más sano o, por contra, más pegado a la neurosis propia de cada
número. Además, todas las personas tienen en mayor o en menor medida
características de los nueve eneatipos, pero lo que le mueve en la vida
es su pasión dominante. Así por ejemplo un 8, cuya pasión es la lujuria
es también orgulloso y vanidoso, como los 2 y los 3, pero el motor de su
vida es la lujuria y su personalidad se forja en torno a esa pasión y
hace de la búsqueda de la intensidad su objetivo vital.
Pero el conocimiento personal no es el único campo en el que se usa el eneagrama. La Fundación Claudio Naranjo está convencida de que aplicado al ámbito escolar puede contribuir a la educación emocional de los alumnos. Para ello desde hace un par de años lleva el programa SAT, las iniciales en inglés de buscadores de la verdad, a las comunidades escolares.
Ese SAT, diseñado para que cada uno bucee en su forma de ser, ha
tenido ya miles de alumnos en España, Italia y en varios países de
Latinoamérica, mucho de ellos terapeutas, y ha servido a la actriz
Candela Peña de fuente de inspiración para su primer cortometraje como
directora, '9' en la que se ve a
un grupo de amigos, todos ellos desnudos, que charla sobre el
eneagrama, sobre este curso y se preguntan unos a otros qué número son.
En el cine
Candela Peña no es la única que ha usado el eneagrama como fuente de
inspiración: el mismísimo Tim Burton ha producido una película de
animación, también titulada '9'
y dirigida por Shane Acker, en la que nueve muñecos de trapo, cada uno
con su propia personalidad, tienen que luchar para sobrevivir en un
mundo devastado y controlado por unas máquinas.
El 8, el lujurioso. | Ana Roldán
Los actores también usan el eneagrama para construir sus personajes, según cuenta la actriz y 'coach' de intérpretes Lorena Bayonas,
quien es colaboradora del programa SAT y dirige el Centro del Actor en
Madrid. Bayonas explica que cada vez hay más actores que siguen ese
programa diseñado por Claudio Naranjo.
"Uno de los motivos por los que entran es porque a la hora de crear un personaje es un instrumento súper potente",
explica Bayonas, quien detalla que la potencia del eneagrama radica en
que hace posible que se profundice en un personaje, en quién es y en qué
es lo que lo mueve. "En el arte hay algo que es mostrar el alma del ser
humano, el corazón, poder llegar a lo profundo", señala.
Con el eneagrama también se puede ver el ego del personaje: por
ejemplo, explica esta actriz, "las princesas suelen ser todas orgullosas
[pasión correspondiente al eneatipo 2] y físicamente se les ve el
orgullo en el pecho, son como pavos reales, mientras que un carácter más
cobarde, como el 6, hace todo lo contrario, que es hundir el pecho".
Ana Roldán, pintora cuyos
cuadros sobre el eneagrama ilustran este reportaje, también vio en este
sistema de identificación de tipos de personalidad que conoce desde
mediados de los 80 una fuente de inspiración. "Desde el punto de vista
creativo ha sido una fusión entre mis dos pasiones que son el arte y la
psicología", cuenta.
Su propósito al hacer una serie de cuadros en 2004 sobre el eneagrama que tituló '9 pasiones' fue plasmar de una forma visual lo que había aprendido sobre este sistema. Para ello se inspiró tanto en conocidos suyos como en personalidades famosas
y, por ejemplo, para pintar el cuadro correspondiente al eneatipo 7, el
guloso, usó la cara del pintor mexicano Diego Rivera o para pintar el
del eneatipo 9, el perezoso, se inspiró en Winston Churchill.
Los nueve eneatipos
Ésta es la clasificación realizada por Claudio Naranjo de los nueve caracteres que componen el eneagrama:
- Eneatipo l: Su pasión es la ira,
aunque la reprimen porque los aleja de la perfección que desean
alcanzar y la disfrazan de benevolencia. En su estado sano son
tolerantes y benévolos. Ejemplos de 1 son Juana de Arco y Margaret
Thatcher.
- Eneatipo 2: Los orgullosos
usan la estrategia de dar, de ayudar para seducir y elevar su propia
imagen. Necesitan ser el centro de atención y esconden una profunda
necesidad de ser amados. Cuando están en su estado sano son tolerantes y
benévolos. La Madre Teresa de Calcuta o Elvis Presley son este
eneatipo.
- Eneatipo 3: Los vanidosos
se suelen centrar en brillar en su trabajo. Buscan su ser a través del
éxito. Son máscara pura y muy camaleónicos. Tom Cruise y Oprah Winfrey
son ejemplos.
- Eneatipo 4: Su pasión es la envidia
y tienen una sensación profunda de carencia. Se suele comparar con los
otros y usan el sufrimiento propio para resaltar su importancia. Michael
Jackson y Frida Kahlo.
- Eneatipo 5: Los avaros
tienden a acumular conocimientos y viven con distanciamiento emotivo.
Son muy intelectuales y tienen una gran necesidad de independencia.
Stephen Hawking y Tim Burton son ejemplos de 5.
- Eneatipo 6: El miedo
es su pasión dominante. Son personas que suelen dudar continuamente.
Buscan la autoridad pero al mismo tiempo huyen de ella. En su estado más
sano conectan con la valentía. Woody Allen y Adolf Hitler son 6.
- Eneatipo 7: Los gulosos
suelen ser personas alegres, con multitud de planes de futuro para
pasárselo bien y que huyen del sufrimiento. Peter Pan es un ejemplo de
7.
- Eneatipo 8: Los lujuriosos
son buscadores de la intensidad a los que no les importa meterse en
peleas con tal de no parecer débiles. Suelen dar miedo al resto de la
gente, pero detrás de esa armadura ocultan una gran inocencia. Tony
Soprano, el mafioso protagonista de 'Los Soprano' o Robin Hood son este
eneatipo.
- Eneatipo 9: Los perezosos
suelen ser personas, aparentemente felices, pero con una gran
dificultad para mirarse a sí mismos y saber qué es lo que desean. Se
funden con su entorno y son grandes pacificadores. Winston Churchill o
Nelson Mandela son 9.
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