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sábado, 31 de diciembre de 2011
Génesis (El árbol de la vida)
Publicado por Lampuzo
Cilindro
de Adán y Eva", Arte sumerio-acadio (año 2200-2100 a.c,). British Museum
El primero de los cinco libros de la Toráh o Pentateuco es el Génesis. Etimológicamente su nombre nos llega del griego gené-sis (γένεσις) desde el siglo V a.c. , que pasó al latín durante el siglo I d.c. como génesis y cuyo significado en castellano es generación. Su nombre en hebreo, B’reshit (בְּרֵאשִׁית), se puede traducir como “En principio” ó como “Primeramente” y proviene del primer verso del Génesis “B’reshit bara Elohim et ha’shamaim v’et ha’aretz”, siendo este primer adverbio el que le dá nombre.
El
Génesis, según traducción de la biblia vulgata latina, en su primer
capítulo, nos narra la creación del mundo en seis días, como descansó
en el séptimo y como el creador contempló su obra. Pero es en el segundo
capítulo donde el Génesis se centra en la creación del Paraíso, su
ubicación, de como dá un alma a Adam, como crea a Varona/Eva (Génesis II, 23) de su costado y por último, la curiosa ubicación de dos árboles:
El árbol de la Vida y el árbol de Bien y del Mal.
6
.”Sino que subía de la tierra una fuente que regaba toda la superficie
de la Tierra” 7. “Formó pues el Señor Dios al hombre del barro de la
tierra y inspiro en su rostro soplo de
vida, y fue hecho el hombre en
ánima viviente” 8. Y habia plantado el Señor Dios un paraíso de deleyte
desde el principio: en el que puso el hombre, que había formado”9.”Y
produxo el Señor Dios de la tierra todo árbol hermoso á la vista y suave
para comer: el árbol también de la vida en medio de Paraíso, y el árbol
de la ciencia del bien y del mal” 10. “Y salia un río del lugar del deleyte, para regar el Paraíso, el cual se reparte desde alli en quatro cabezas” 11. “El nombre de uno, Phisón: este es el que cerca toda la tierra de Hevilath, en donde nace el oro:” 12. “Y el oro de aquella tierra es muy bueno: allí se encuentra Bdelio, y piedra cordelina” 13. “Y
el nombre del segundo río, Gehón: este es el que cerca toda la tierra
de Etiophia” 14. “Y el nombre del tercero río, Tigris: este corre hacia
los Asirios. Y el cuarto rio es el Eufrathes” (Génesis II, 6-14)
Esta
traducción nos proporciona dos aseveraciones: Por un lado, el árbol de
la Vida como fuente vivificadora del Paraíso (Génesis II, 6) y por
otro, el árbol del Bien y del Mal.
El primero tiene unas fuertes
connotaciones míticas mesopotámicas - como se puede apreciar en la foto del sello sumerio que encabeza éste texto -, mientras que las del segundo son propiamente hebreas.
He escogido una impresión de “La Vulgata” del año 1.823 - Universidad de Columbia, USA – porque tiene ciertos “añadidos” de tipo social, como por ejemplo: 15. “Tomó pues el Señor Dios al hombre, y pusole en el Paraíso del deleyte, para que lo labrase y lo guardase” que me recuerda a ciertos pasajes de Yasna zoroástrico,
ya hace tiempo comentados, ó de determinadas incongruencias en las
condiciones de la “expulsión”, así como otras “rarezas” históricas como
el nombrar a los asirios, etc.
El término “Elohim” es un término semítico que designa a los “seres divinos” , que a su vez deriva de “El”/”Il” – dios supremo semítico-mesopotámico (el creador desde el caos primigénio..) – y donde la partícula “ohim/im” da un valor de plural.- el
término “Eloah/Eloha” semítico-hebreo es un apónimo (lugar ó
concepto que define/representa el valor intrínseco de una naturaleza
determinada. En este caso divina) - ¿Habla la Biblia de: “Primeramente crearon los dioses …” ó otra supuesta alternativa: “Primeramente (“bara“, raíz “bar” que significa hijo) “nacieron” los dioses con los cielos y con la tierra…“? (“Shama”/”Shamaim” significa brillo/brillantes .“Shapash”/”Shamash” es el dios/a-sol semítico. “Aretz”, significa “Tierra”)
En curiosidad sería lógico anotar también que el dios “Enki”/”Ea”, de la mitología mesopotámica, fué el “creador de los hombres” y que en sumerio “ti” significa tanto “costilla” como “costado” (en posible relación con el “corazón” (¿?) como “fuente de la vida”). En el mito sumerio de “Enki y Ninkhursag“, el dios Enki cedió una “dolorosa costilla” para crear a la diosa Ninti (“la que dá la vida..”) - ó lo que pudiera ser lo mismo:
La diosa sirio-hurrita “Hebat”, cuyo nombre aparece también en la ciudad de Ebla como “Ha-a-ba-du”, en los jeroglificos luvitas anatólicos como “Ha-pa-tu/He-ba-tu”, en inscripciones lícias como “Hba-eni” (“madre Heba”..), en los himnos órficos como la nodriza de Dionisios y en hebreo como “Hawwa” (Génesis 3, 20, etc..) a través de su forma semítica, “Hawwat”. En definitiva.., posiblemente: “Eva”
El árbol de la vida
En
los trabajos realizados por Grotefend, Rawlinson, Hincke y Oppert
durante la segunda mitad del siglo XIX, a la hora de descifrar y
catalogar los documentos cuneiformes descubiertos en el Medio Oriente,
con antigüedad aproximada de 4.500 años, disponemos de la suficiente
información sobre las creencias y costumbres durante ese periodo
histórico, así como de las condiciones climáticas, medioambientales y
culturales de la civilización urbana establecida sobre una anterior
sociedad agraria donde la influencia semítica fue progresivamente
introduciéndose en un sustrato sumerio.
Hasta hace muy poco se pensaba
que el dios supremo sumerio Dumuzi-Tammuz era una personalización divina
de los ríos Tigris y Eufrates, como pudieran ser los casos de Osiris en
Egipto, Adonis en Fenicia ó Attis en Frigia, siendo la representación
de un nuevo primigénio dios del declive y resurrección anual de la
naturaleza, pero de tipo asiático-oriental. Esta suposición no fue del
todo exacta. Recientes investigaciones sobre el mito sumerio de dios
protector de Eridú, Dumuzi, nos indican que su “vuelta a la vida”
no concuerda exactamente con lo que hasta ahora se nos proponía. Así
pues, aunque Jacobsen mantiene que aún tratándose esencialmente de un
dios protector, se podría admitir una segunda representación del dios
como “la fuente de vida” y cuando al final de primavera éste “motor vivificador”
desaparece, éste muere. Hoy es incuestionable que los ritos por la
muerte del dios caracterizados en los cultos a Dumuzi, provienen del
mito sumerio de “Inanna y su descenso a los infiernos”.
En
aquellos tiempos, en Babilonia, predominaba el sentimiento de fatalidad
en relación con la muerte, los enterramientos hacen referencia a la ida
a un mundo sin retorno, donde incluso los héroes, ó semi-dioses como
Gilgamesh.., están condenados a su extinción, “como la vegetación en verano”,
independientemente de sus atributos semi-divinos. Esto es así porque
los dioses decretaron que un hombre no puede ser inmortal, reservándose
esta cualidad exclusivamente para ellos, y aún así, cuando alguno
visitaba “la casa del no retorno” se les suponía un azaroso y complicado periplo. - como por ejemplo Isthar/Inanna y Gilgamesh no relata los poemas pudieron comprobar -
Dumuzi, que originalmente fue un rey de Eridú en el tercer milenio
a.c., aún poseedor de atributos divinos, sufrió una suerte similar en
el “Kur” ó “Casa de las tinieblas”.
De ésta forma la leyenda nos cuenta como Dumizi fue privado de la vida eterna por intentar seducir a la diosa Inanna, reina de los cielos. Fué entonces cuando ella le miró, con el “ojo de la muerte”,
ordenó fuera conducido por los demonios a los abismos infernales,
ocasionando la desaparición de los tiempos de abundancia que
representaba. Bien es cierto, que en algunos otros finales de esta
historia se incluye versiones que hablan sobre el perdón de Inanna y la
consiguiente resurrección de Dumuzi.
En caso del mito sumerio de “Inanna y su descenso a los infiernos”, Inanna volvió a la vida por intermediación de Enki que para la ocasión moldeó dos criaturas Lugarru y Kalatarru a los que posteriormente envió al “mundo de las tinieblas” con “el agua de la vida” y “los frutos de la vida” para rociarla y frotarla con ellos, para revivírla. En otro mito que tiene como protagonistas a Adapa, Tammuz y Ningishzida, estos dioses son representados como los custodios de las puertas del cielo, y se matiza que Tammuz y Shamash afirman ser los guardianes del árbol de lapislázuli “Kiskanu” en Eridú.
“Eridú,
donde la raza humana ha sido bendecida por el dios de los cielos Anú y
propiciados en el verdor de la vida por Enki, señor de la aguas
profundas, cuyo templo “La casa del buen consejo” fué allí levantado y
en su jardín se guarda el sagrado árbol Kiskanu “El árbol de la vida” (
posteriormente se asimiló al pino negro del Paraíso babilónico… ) de donde mana un agua vitalizadora y cuya vitalidad se materializa en sus frutos”
Él
árbol “Kiskanu” , por tanto, combina los poderes del cielo y de la
tierra, ya que se erige sobre la Tierra, Ki, se alza hacia el Cielo,
An/Anu, y hunde sus raíces en las profundidades del Kur.
Referencias: “Tree of life” E.O. James.
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