Los arqueólogos anunciaron el descubrimiento de las elaboradas esculturas, de tamaño natural, que muestran a dos guerreros sentados con las piernas cruzadas y sus manos atadas en la espalda. Las piezas fueron encontradas en el sitio arqueológico de Toniná, en el sur de Chiapas, junto con dos marcadores del Juego de Pelota.
Las esculturas de 1,5 metros de alto tienen inscripciones jeroglíficas en sus taparrabos y en el pecho, las cuales dicen que los guerreros pertenecían a la ciudad de Copán, dijo el arqueólogo Juan Yadeun en un comunicado de prensa.
Yadeun agregó que el descubrimiento demuestra que los guerreros de Copán ayudaron a los de Palenque durante los 26 años de la guerra de esa ciudad contra Toniná.
"El hallazgo de los dos cautivos de Copán es evidencia física que corrobora la alianza que este último señorío tuvo con Palenque, para pelear en contra de Toniná", dijo Yadeun, quien supervisa el sitio de Toniná como representante del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Yadeun dijo que del 688 al 714 d.C. Toniná y Palenque tuvieron varias batallas por el control de diversas cuencas acuíferas locales que alimentaban el río Usumacinta, el cual marca la frontera entre México y Guatemala en la actualidad.
Muchos expertos han señalado los conflictos internos entre las ciudades de los estados mayas y la degradación ambiental como las posibles causas de la caída de la cultura maya a partir del año 820 d.C.
Una de las esculturas está completa y el guerrero tiene pedazos de tela en las orejas, en vez de las orejeras clásicas que portaban los guerreros, lo que resulta un elemento característico en las esculturas de los prisioneros. A la otra pieza le falta la cabeza, dijo Yadeun.
Los arqueólogos encontraron las esculturas y los marcadores en el extremo sur de la cancha para el Juego de Pelota en Toniná. Las inscripciones también muestran que los guerreros cautivos fueron empleados como ofrendas, junto a fogatas e incienso, durante una celebración en el campo de juego alrededor del 695 d.C., dijo Yadeun.
Los mayas creían que los templos tenían una vida propia y "nacían" cuando eran inaugurados y es por eso que se tenía que derramar sangre durante la ceremonia de apertura para marcar su nacimiento, agregó el arqueólogo.
"Posiblemente estos prisioneros de Copán fueron utilizados durante el ritual inaugural de la segunda etapa decorativa de la cancha para darle 'vida' a la estructura", dijo Yadeun.
Otros arqueólogos que no están directamente relacionados con la excavación celebraron el descubrimiento, pero evitaron decir propiamente que las esculturas son la prueba de que Copán tuvo un papel directo en las batallas entre Palenque y Toniná.
"Aunque Toniná es famosa por el virtuosismo de sus escultores al representar formas humanas y por sus múltiples imágenes de los cautivos, este nuevo descubrimiento es extraordinario", escribió Susan Gillespie, arqueóloga en la Universidad de Florida.
"Estos textos y las mismas esculturas ayudan a escribir la historia de las diversas alianzas, batallas, derrotas, capturas y sacrificios que se entretejían en las competitivas capitales mayas en el período clásico tardío".
Stuart dijo que el principal propósito de las esculturas era conmemorar una dedicación de la cancha en Toniná el 27 de junio de 696 d.C.
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