Si no distingues Nación y patria, no deberías tomar partido alguno hasta tenerlo claro.
¿Sabes por qué los mal llamados indígenas (los originarios) no pueden aceptar negociar con la vida, con los valores para la vida, con la tierra, con la soberanía alimentaria, con el agua ni con todos los valores de su cultura raizal? Porque ellos forman parte consciente de lo que conocemos como Una Nación. Nación, por si no habéis reflexionado en el vocablo, proviene de 'nacimiento', es denominación de origen como en los buenos vinos (or: luz; gen: genética; que la genética es información de Luz). No existe la nación colombiana, ni la española, ni la canadiense, ni la inglesa, ni siquiera la china, la hindú o la egipcia para nombrar aquellas que habíamos creído eran las originarias. En lo que llamamos ahora Colombia, sobreviven como marginadas, 84 naciones, de las cuales se desconocen sus orígenes topológicos porque sus raíces se pierden en las memorias del Tiempo.
Como sea, le des las vueltas que quieras darle, los que nos hacemos llamar colombianos derivamos de alguna cepa de esas comunidades matriciales que aquí florecieron por decenas y cientos de miles de años -así la ortodoxia no lo acepte-, antes de que hollara un pié cualquier europeo en estas tierras. La gran mayoría de nuestros apellidos son europeos, en especial procedentes en lo inmediato de la península ibérica, pero eso solo delata la patri-linealidad de...
nuestra sociedad que solo reconoce la marca del macho; pero más cercano de lo que crees, tu cuna matricial fue una estera o una piel disecada en el lecho de una madre india de cuya teta se alimentaron tus ancestros. Si no haces memoria sobre esta tú verdad genética, ciertamente haz perdido la idea de tu nación y por tanto no tienes nacionalidad, y aunque suene un poco fuerte, eres un desmadrado(a), no porque la tierra y la madre te hayan abandonado, sino porque no te importa el vientre materno que históricamente te hizo posible.
La gen-te de la ciudad (de la cual formo parte) suele confundir los conceptos de nación y país, porque así se lo enseñaron en la escuela y a los maestros de escuela se lo enseñaron en la universidad y a la universidad se lo impuso la versión oficial dominante que la ingenió como un mecanismo de perpetuación; así que no distinguimos la diferencia no porque no exista, sino porque no es conveniente para el sistema imperial. Hace 200 años se dice que culminó la época colonial y hace más de 500 nos dicen que llegó la civilización a esta América patirrajada –como sinónimo de salvaje-. Lo irónico es que durante miles de años, los salvajes convivieron en armonía con el medio ambiente; mientras que en cinco centurias nuestra civilización se debate al borde mismo del colapso medioambiental por no comprender las leyes de la naturaleza, que es justo lo que a esta tierra nos trajo a aprender. No somos capaces de comprender como colectivo, que la noción de país y de patria es una negación flagrante de nuestra relación matricial con el útero humano y terrenal que nos parió y alimenta. Yo puedo entender y aceptar que soy políticamente colombiano y no tengo problema con ello, pero mi nacionalidad es y siempre será Kallima-Tollima (un hídrido entre Calima y Pijao, ambas comunidades ya extintas en tanto fueron orfebres) y no obstante mis apellidos son de procedencia andaluza y lusitana. Así que da grima, da lástima y dolor por vergüenza, escuchar de personas que se creen muy cultas, inteligentes y hasta letradas, criticar a las ya de por sí marginadas comunidades o lo que queda de ellas, el hecho de que reclamen por sus legítimos derechos no solo a la vida, al respeto por su cultura, sino también al derecho de vivir en paz en el reducto al que les han arrinconado las autoridades y las oligarquías del país en las últimas décadas; al menos a principios del siglo Veinte, aún vivían en los territorios de montaña y algunos valles de sus antiguas heredades; ahora ya también les quitan sus montañas, donde nadie quiere ir a vivir, simplemente porque los listillos se han dado cuenta que las montañas contienen metales, agua dulce y son energéticamente saludables y no pueden conceder que los indígenas sean los dueños de esos lugares; en otras palabras, les están diciendo que se mueran, que no tienen derecho a existir. Y todo porque a los “Padres de la Patria”, aquellos a quien tanto amamos y respetamos por sus diligentes auto-servicios, les da la gana empeñar las montañas y las fuentes de agua de la tierra a favor de las multi-“nacionales” filiales del imperio.
No se dan por enterados mis coterráneos y tampoco la gente en otros países, que los Estados nacieron como una necesidad de dominación del imperio en expansión y para ello, tuvieron que sojuzgar, reprimir, humillar, arrinconar, marginar sino es que eliminar, a las naciones que por milenios convivieron, amaron y respetaron sus respectivos terruños; que los países son un invento determinado para conveniencia del propósito imperial y de las castas que le representan; así que sin tener en cuenta los horizontes culturales, étnicos y protohistóricos, diseccionaron los territorios, dividieron pueblos hermanados de muchas maneras, enajenaron la tierra y sus riquezas apropiándose de todo, desconocieron los modos de auto-gobierno, los valores morales y cosmogónicos que les daban sentido a sus vidas y a las comunidades apabulladas las sometieron a vejámenes, esclavitud, marginamiento y muerte política y hasta biológica. Entonces nacieron los países, a los cuales eufemísticamente llamaron naciones y se instauró el Estado de dominación para perpetuar el entuerto y el estado fue dotado de simbología y de falsa identidad, con la cual se evoca un antiguo vocablo cuyo significado era otro: Patria. Así que país y patria resultan conceptos artificiales que le rinden tributo al imperio. Pero sucede que al imperio se le acabó su ciclo de expansión y la razón por la cual instauró los Estados, -para facilitar el control sobre las naciones enraizadas en cada lugar de la tierra-; pero ya los Estados no forman parte de su necesidad, porque el imperio ya se tomó la posesión sobre todo el globo; ahora tiene que disolver los Estados, los débiles y los poderosos, porque la agenda imperial se propone el poder global bajo un solo dominio, bajo un solo Rey de Reyes. Así que el imperio en su nueva fase pretende eliminar los Estados, los cuales instauró sobre las mentiras del dinero y del poder revestido de varios ropajes: democracias, dictaduras, monarquías, etc; es la razón por la cual, los Estados, dirigidos por políticos corruptos le están endosando el dinero y las riquezas del pueblo a los representantes del imperio, los banqueros. Dinamitados los Estados desde adentro, y previamente destruidas las memorias de las verdaderas naciones, no queda piedra sobre piedra. Con pueblos desconcertados y erráticos luego de una hecatombe social tras una gran guerra inventada de la nada, les propondrán soluciones a los supervivientes, que con la soga al cuello por hambre, dolor emocional y enfermedad, aceptarán cualquier dádiva por contrato social, aceptando su esclavitud. ¿A qué país, a qué patria queréis que me refiera y defienda si todo es una y la misma mentira?
Si para ser patriota tengo que cohonestar con los atropellos a mis mayores (no por viejos, sino por antiguos y originarios) entonces me quedo sin patria; no me importará entonces no idolatrar blasones de significado oscuro, denostar himnos que no dicen verdad, desconocer banderas que no reivindican los anhelos del Alma humana. Si en beneplácito de ese invento político de patria y país, tengo que olvidar, vejar y dejar pisotear mis orígenes, entonces me quedo sin país, sin república, sin patria y reivindico mi verdadera nacionalidad raizal, la que me habla sobre mis orígenes, sobre el tejido de la vida que me dio el honor, la posibilidad y la responsabilidad de ser una célula de su tejido social, ante el cual me debo, para que llegado el día, la tierra y mis ancestros me acepten de nuevo en su nicho y en su lecho, y sea bien-venido porque cumplí con buena parte de las tareas que por allá hace sesenta giros de la tierra me encomendó.
A Colombia la liberaron parcialmente de cierto yugo los comuneros; ahora los Cabildos indígenas llaman a su pueblo los comuneros, puesto que integran la comunidad y laboran y entregan hasta su vida por ella. Ya quisiera el imperio haber logrado tal grado de compromiso e identidad de sus súbditos y lacayos, más allá de los intereses para los cuales crea ilusiones a unos y les compra la conciencia a otros. Los comuneros Nasa en el sur-occidente de lo que llamamos Colombia, se han levantado en rebeldía pacífica, con sus bastones de mando, contra todo tipo de agresiones a su cultura y a su tierra, provenga de donde provenga: policía, militares, guerrilla, paramilitares y demás elementos de distracción. Saben que en esta pelea están solos, enfrentando bastones y razones contra fusil y metralla. Si no les apoyamos, al menos no hagamos el oficio de cuervos, graznando a favor de partidos, trapos e instituciones de las cuales no tenemos de qué estar orgullosos.
Ver a continuación la nota de Gloria Gaitán y en especial la petición del Cabildo Nasa, desde sus tierras largamente olvidadas por el Estado colombiano y entregadas al despotismo de los terratenientes locales en del Departamento del Cauca.
Con amor y en servicio a la Humanidad: Guillermo Hernández B. Colombia, 20 de Julio 2012, supuesto día de independencia. En un día Uno Ben, Uno Caminante del Cielo, firma en el calendario maya de QuetzalCôatl.
El 18 de Julio, Gloria Gaitán escribió: Activista por la permanencia en la memoria colectiva del magnicidio de su padre Jorge Eliecer Gaitán en 1.948 por parte de la oligarquía criolla.
Doctor
CAMILO GONZÁLEZ POSSO
Centro de Memoria
Bogotá
Admirado y querido amigo,
Había decidido no volver a escribir correos colectivos para dedicar todo mi tiempo a terminar la escritura de mis memorias, con lo que he descubierto que, hasta ahora, me creía un volcán dormido, pero los recuerdos lo han hecho estallar y de mi memoria están saliendo piedras, fuego y lava. Pero la retoma violenta del Cerro Berlín en Toribío por parte del Ejército, me llama a invitar a la solidaridad con los indígenas nasas o paeces, que habían sacado a empujones la lucha armada de su territorio para declararlo zona de paz. El episodio protagonizado por los indígenas no produjo una sola contusión, en cambio la retoma por el ejército ya cuenta con tres indígenas heridos con arma de fuego, uno detenido y otro desaparecido, de acuerdo a los datos suministrados por la Asociación de Cabildos Indígenas del Cauca.
La guerra que vivimos no podrá conducirnos a la paz si permitimos que los dueños del poder persistan en mantener una sociedad vertical donde, supuestamente, la verdad absoluta la tienen los altos mandatarios, mientras al pueblo se le trata, a lo sumo, con espíritu paternalista y, por tanto, con criterio de inferioridad, sin reconocerle la suficiente madurez para orientar los destinos del país.
Es lo que acabamos de ver en la reacción del gobierno ante la gloriosa gesta de los indígenas nasa para expulsar a todos los actores armados de su territorio.
Los que enarbolamos la consigna de que "el pueblo es superior a sus dirigentes" podemos repetir una afirmación de mi padre, Jorge Eliécer Gaitán, que aún se conserva grabada que dice: "Nos sentimos muy orgullosos de esta vieja raza indígena...".
¡Sí! Nos sentimos muy orgullosos al ver que los miembros de la Guardia Indígena, solo armados de sus bastones de mando (como puede verse en las fotografías que anexamos) y SU DIGNIDAD, desalojaron ayer de sus territorios sagrados a uno de los sectores armados: las Tropas de la Tercera Brigada del Ejército, cuando ya habían hecho lo mismo con las FARC ¡Qué ejemplo para la sociedad civil! ¡Qué demostración del poder del pueblo cuando se organiza y practica la MINGA (verdadera participación ciudadana democrática)!
Son estos hechos de victoria, dignidad y consciencia populares los que, en mi criterio, deben ocupar al Centro de Memoria que tú diriges. Es el heroísmo popular el que debe ser el protagonista de las exposiciones que allí se realicen y no la victimización que la sociedad colombiana viene copiando, mecánicamente, del judaísmo a partir de la Shoá.
Hitler y el fascismo han sido derrotados en Europa, mientras que la clase social que en Colombia nos ha victimizado, aún nos gobierna y es por eso que a ella se le rinden permanentes homenajes, como ha sido el caso de la familia Gómez, representantes del fascismo franquista en Colombia. Por eso vemos que en la carrera 30 de Bogotá aparece desafiante el busto del dictador asesino Laureano Gómez y a su hijo - gestor de los grupos "camisas negras", cuyos integrantes le cortaban el cuello a los gaitanistas para sacarles por ahí la lengua, en un procedimiento que bautizaron corte de franela" -, ha sido convertido en una figura loable e irónicamente "ejemplar", a quien se le rinde honores a sabiendas de que nos están echando sal en la herida a quienes tenemos pruebas de que el asesino de mi padre, Juan Roa Sierra, era empleado del periódico El Siglo, bajo el mando de Álvaro Gómez, en el momento en que cometió el magnicidio.
El Centro de Memoria no puede convertirse en un campo de batalla, como se trasluce del artículo publicado ayer 17 de julio en El Espectador, entre quienes quieren sesgar la historia a favor o en contra de alguno de los grupos protagonistas del conflicto armado.
La memoria debe ser una tarea marcadamente POLÍTICA - no partidista - que exalte y propicie la recuperación de la autoestima y la dignidad del pueblo, lejos del término acomodaticio y denigrante -que comienza a ponerse de moda - según el cual habría que "dignificar a las víctimas", como si alguna vez hubieran sido indignas por el solo hecho de ser menospreciadas, concepto aberrante, cuyo análisis se extendería más allá de los objetivos de este escrito.
Hay que dignificar la valentía popular y el caso de ayer en el Cauca exige recordar a Gaitán cuando se refirió al valor de sus gestas diciendo: "Nos sentimos muy orgullosos de esta vieja raza indígena...". ¡Sí! Hoy como ayer nos sentimos muy orgullos del valor y el ejemplo que nos han dado quienes llevan con altivez y consciencia la sangre de nuestros ancestros.
Es ahora el momento de rodear con nuestro apoyo a los indios nasa y a los 2.000 indígenas y campesinos que el sábado pasado comenzaron su marcha desde Puerto Asís hacia Mocoa, donde esperan encontrarse el 20 de julio - día de nuestra independencia - con otros 6.000 habitantes del departamento del Putumayo que se han levantado para rechazar la declaración de ese departamento como Distrito Especial Minero, para que nos exploten y saqueen nuestros recursos naturales las compañías extranjeras.
Son éstos, según mi criterio, los actos que debemos conservar en la memoria, porque solo cuando el pueblo sea consciente de que puede ser protagonista directo de nuestro destino lograremos salir de la terrible situación en que nos están sumiendo nuestros dirigentes.
Gloria Gaitán, Bogotá, julio 18 de 2012.
No les pedimos que se sumen a nuestra causa que propende por el derecho a la vida, al territorio, al alimento, a la salud, a la educación, al goce…tan solo les pedimos que no se presten al juego perverso de los medios de comunicación;
No les estamos pidiendo que nos crean…tan solo les pedimos que tengan en cuenta nuestra voz a la hora de construir sus frágiles verdades;
No les estamos pidiendo que venzan el miedo y enarbolen bastones de mando exigiendo respeto…tan solo les pedimos que se hagan a un lado y nos permitan hacerlo por ustedes;
No les estamos pidiendo que levanten su más enérgica voz para que se detenga la guerra en Colombia…tan solo les pedimos que no nos hagan la guerra desde sus cómodas posiciones;
No les estamos pidiendo su solidaridad…tan solo les exigimos respeto a la causa indígena que ha visto cómo nuestros territorios son manchado con la sangre de miles de comuneros que tuvieron el valor de levantarse contra la indiferencia y el olvido;
“La única lucha que se pierde es la que se abandona”
CABILDO INDÍGENA DE CERRO TIJERAS
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