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viernes, 8 de junio de 2012
LA CINTA DE MÖBIUS
En
1858 dos matemáticos alemanes, August Ferdinand Möbius y Johann
Benedict Listing descubren en forma independiente la cinta o banda de
Möbius (Moebius), una superficie de dos dimensiones no orientable, con
solamente un lado cuando se recorre y está sumergida en el espacio
euclidiano tridimensional de la realidad subjetiva. Muchas veces comenté
que al camino que había elegido recorrer en la búsqueda de la verdad lo
llamaba “el camino de la cinta de Moebius” porque recorría dos
universos a la vez, el interior y el exterior, y estos tenían que
encajar a la perfección para que sea verdad. Si uno no se reflejaba en
el otro era ilusión, porque no tenía sustento material, o no tenía
sustento espiritual. Cada uno elige el camino más apropiado para
recorrer. El del monje (voluntad-oración), el del faquir
(esfuerzo-sufrimiento), el del yogui (contemplación-mente) o el cuarto
camino (trabajo con voluntad, esfuerzo y mente), también llamado el
camino del hombre ladino. Mi elección fue muy diferente, pues ninguno de
ellos encajaba con mis ideas ni llenaba mis expectativas.
Por suerte
después de mucho andar, sufrir e investigar, descubrí un quinto camino
(el de la luz del espíritu y el reflejo en la materia), que bauticé
como el camino de la cinta de Moebius, o el camino de Moebius.
Siempre
me interesaron las ciencias y la investigación, a tal punto que me
llevaba a cuestionar el razonamiento académico de mis profesores
universitarios, porque veía cosas que ellos no veían por su instrucción
profesional. Que los cuerpos no eran atraídos por la masa sino por el
vacío, que la configuración del sistema planetario no era como nos
enseñaban, que un acontecimiento físico es único e irrepetible y no
podía tomarse como referente o medida, que todo cuerpo celeste tenía que
ser hueco por la mecánica de los fluidos, etc.
Este proceder me llevó a
convertir en un autodidacta sin el condicionamiento de la enseñanza
tradicional. Una de las cosas que observé gracias a esto, y que era
norma inviolable en la naturaleza, era la conservación de la energía.
Ningún organismo usa más que la necesaria y sin embargo funciona
correctamente y evoluciona de forma natural. Esto me llevó a pensar, ¿No
sería entonces la clave, en el ser humano, la... acumulación de la energía
para un uso posterior determinado? Todos los demás caminos requerían
una inversión considerable de energía puesta en puntos estratégicos,
donde la acumulación era prácticamente nula. ¿Y si solo había que
dejarse fluir mientras se estaba en la búsqueda hasta que se encontrara
el rumbo, acumulando la energía para el momento indicado? Pero, ¿Cuál
era el momento indicado?, si el trabajo interior había sido arduo
durante años, con observación de sí y de lucha interior sin encontrarlo.
Lo que no pude prever fue que la energía acumulada se direccionaba
naturalmente a la esfera de consciencia. Sin darme cuenta estaba
alimentando la consciencia del “ser”. No había que buscar un momento
indicado porque no existía, automáticamente la energía era usada donde
correspondía. La luz se fue dando como el amanecer, no era necesario
ningún esfuerzo, ninguna receta preestablecida, ningún confuso trabajo
interior más que el de estar atento. Los centros superiores se fueron
activando y la comprensión fue natural, sin esfuerzo, sin
intelectualización, solo se comprendía, se sabía, como sabe un pájaro
como construir su nido o emigrar en invierno, como sabe una planta como
florecer en primavera.
El espíritu se manifestó, y aunque la consciencia
del Ser no era total, transmitía la información de forma correcta, y la
duda dio paso a la certeza. Comencé a recorrer el camino de la cinta de
Moebius, lo que decía el espíritu tenía que estar reflejado en la
materia, y lo que reflejaba la materia tenía que estar avalado por el
espíritu. Fue fácil discernir entre la paja y el trigo, la ilusión y la
realidad, la verdad del hombre y la verdad del “Do”. Los opuestos se
fusionaron, los polos se invirtieron, la verdad particular pasó a formar
parte de la verdad colectiva, y la verdad colectiva parte de la verdad
del “Do”.
Todos teníamos la verdad, porque era particular de cada uno y
general a la vez, cada uno tenía la verdad que quería y debía tener, y
todas ellas eran valederas para su universo. Porque era la que le
correspondía, la horma de su zapato, su bosón de Higgs particular.
Tal
vez el mío sea parecido al suyo aunque no es el suyo, pero podemos
compartirlo si le queda y lo desea. Usted tiene que encontrar su propio
camino, irrepetible, único, particular, marcado con el ADN de la
creación para usted. No soy un maestro, ni tengo un método de enseñanza
determinado aunque parezca todo lo contrario, solo tengo un esquema
predeterminado de trabajo y el deseo de compartir esta sabiduría. Usted
es su maestro y elige el método que quiera para enseñarse. Yo solo
transmito información, conocimiento y las herramientas necesarias para
que usted las utilice. No pongan tampoco en mi boca palabras e ideas que
pertenecen a sus emociones, yo me hago cargo de las mías, de lo que
digo y de lo que esto pueda acarrear, pero no me hago cargo de sus
conclusiones y decisiones, esas le corresponden a usted. Usted elige,
usted decide, usted camina, usted es el responsable de sus actos,
pensamientos y palabras. Es la única forma de ser un Ser libre.
Hace
más de siete meses desde que publiqué el primer artículo, una octava
completa con su respectivo choque en (mi-fa) y el comienzo de una nueva
en (si-do). Ochenta y seis (86) artículos cuya reducción es el número
cinco (5). El quinto camino, el quinto elemento, la quintaesencia, la
quinta nota musical, el cinco, “el vínculo entre el Uno y la
diversidad, el puente que une lo corpóreo con lo divino y que le da
sentido e inserción en un organismo dado… los cinco sentidos, a través
de los cuales el hombre conoce y aprehende su entorno…el puente entre el
mundo terrestre y el celeste, es el número del hombre por
excelencia, aquel hombre que se encuentra crucificado entre lo terreno y
lo divino”… (Gonzalo Pollicardo). Ochenta y seis artículos desde
los más cortos y simples, hasta los más largos y complicados. Ochenta y
seis artículos que esconden en sus palabras la forma de liberar al Ser, y
que ustedes tienen que decodificar y descubrir. Si yo les dijera cada
paso, cada forma para aprender a “volar”, no sería real, porque estaría
induciéndolos, condicionándolos, manipulándolos hacia mi verdad.
Siempre
dije que no me crean, que no crean nada de lo que les digo, que ustedes
descubran y comprueben por sí mismos este conocimiento, y hoy más que
nunca es hora de que lo hagan, pues es el fin de una etapa y el comienzo
de otra. Se termina la Instrucción para dar comienzo a la Revelación,
y algunas de estas revelaciones como las del artículo anterior, no
serán de su agrado. Muchos de ustedes comprenderán y seguirán aquí,
otros en desacuerdo, ofendidos u horrorizados abandonarán este lugar,
pero lo principal es que sigan adelante por su camino, que afronten su
destino, sea el que sea, y que pasen la tormenta y lleguen al perdón,
ese primer acto consciente que les dará la paz tan necesaria para su
Ser. He seguido a cada uno de ustedes, he visto sus glorias, sus
frustraciones, sus avances y retrocesos, las reacciones de sus egos y
las manifestaciones de su Ser, y sé lo difícil de su viaje, pero estoy
convencido que todos llegarán a su destino de una u otra manera, cuando
su luz interior se manifieste.
Cuando
decidí abrir este blog, lo hice porque mi Ser me lo pidió, sentí
profundamente que tenía que hacerlo. Sé que muchos pensarán y dirán que
es mi ego el que disfruta, y es cierto, cada mensaje, cada palabra, cada
comentario llena mi ego de placer y regocijo, por ustedes y por mí.
Pero es el “ego del Ser” el que se manifiesta. El ego manejado por la
consciencia del Ser no es el mismo que el ego manejado por la
consciencia artificial, porque no es solo alimento para mí, sino para
todos, sus alegrías son mis alegrías y sus tristezas son mis tristezas, y
el que diga lo contrario se equivoca. No hay mayor y verdadero ego que
el del Ser, porque es la “Energía del Grial Omnisciente”,
Ego, Vril y Amor, EVA, la primera mujer, el vientre procreador y la
primera revelación de esta nueva etapa que hoy comienza. El camino hacia
el infinito, el camino de la cinta de Moebius. ¿Qué le parece, lo
recorremos juntos? Si es así, entonces, adelante!!...
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