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lunes, 11 de junio de 2012
SECUESTRADORES DE RECUERDOS
Hace
tiempo observé algo que me inquietó, algo que al principio pensaba que
era una condición normal hasta que presté atención a ello. Observé que
los recuerdos que uno tiene a lo largo de su vida siempre son los
mismos. Un conjunto de pequeñas situaciones, actos o acontecimientos que
forman el recuerdo del pasado, pero nos está faltando en medio, el
recuerdo de toda una vida. ¿Dónde están esos recuerdos perdidos que ni
siquiera a veces recordamos aunque nos lo digan? Es como que algo o
alguien nos estuviera secuestrando los recuerdos de nuestras mentes para
un propósito desconocido, para bien o para mal.
Hoy nos zambulliremos
en las profundidades de la mente para tratar de dilucidar este misterio
que forma parte de nuestra realidad subjetiva, y tal vez, descubramos
algo totalmente inesperado e increíble detrás de lo aparente…
Para comenzar este buceo interior hay que remontarse al primer artículo del blog, “Comprendiendo la realidad” allá por febrero del 2011, donde desarrollé que es y como se percibe la realidad.
En ese momento dije que “El
ser humano percibe el mundo a través de sus cinco sentidos, vista,
oído, olfato, gusto y tacto, todos ellos acotados a un rango específico
de percepción que no voy a describir en este momento, los sentidos
transmiten al cerebro una serie de datos en forma de señales eléctricas y
químicas que éste interpreta y le da sentido a lo que se percibe…”
podríamos deducir con esto, que el primer paso de la formación de un
recuerdo, es la percepción del acontecimiento a recordar por medio de
los sentidos y su interpretación por parte del cerebro.
Pero éste no es
el responsable de los recuerdos, solo almacena información de los
sentidos que asocian un acontecimiento específico. Desde hace tiempo se
conoce la zona del cerebro que procesa la memoria reciente de corto
plazo, que es el hipocampo o hippocampus, que se localiza en la parte
media del lóbulo temporal del cerebro, pero se desconocía el de la
memoria de largo plazo. Estudios recientes descubrieron que la zona del
cerebro llamada “anterior cingulado” (ver imagen inferior) era la
responsable de la asociación de los recuerdos de largo plazo.
Pero
¿dónde estaban alojados los recuerdos asociados? El anterior cingulado
cortex (ACC) es el encargado de asociar una dirección física de una
neurona específica, que digamos, guarda químicamente las percepciones
visuales, auditivas, etc, como si fuera un clúster, del recuerdo, por
ejemplo, de su... abuela, pero no el recuerdo en sí. Para encontrar el
lugar específico del recuerdo tenemos que retroceder al artículo “cerebro y mente” donde dije que “la mente es la información grabada en el disco rígido”, y que luego amplié en el artículo “los sueños develados II” diciendo que “la mente es la energía cuántica ordenada e inteligente que forma la información”. Siguiendo este razonamiento podríamos suponer que los recuerdos son alojados (grabados) en algún lugar de la mente.
Si
la mente se aloja en el Quantum, y los recuerdos se alojan en la mente,
cuando nosotros tenemos acceso a un recuerdo, de alguna manera tenemos
acceso al Quantum para recuperar dicho recuerdo.
La encargada de este
proceso natural es la glándula pituitaria a través del centro motor.
Pero, ¿Qué sucede si al buscar el recuerdo en el Quantum no se
encuentra? Muy sencillo, la dirección de memoria alojada en el anterior
cingulado cortex que asocia a la neurona específica, es borrada, como si
fuera un acceso directo no válido de su ordenador. Usted olvida por
completo el suceso porque no hay asociación neuronal con el mismo, ni
recuerdo en el Quantum que lo respalde. La pregunta obligada es ¿cómo o
quién borró el recuerdo en el Quantum?
Para responder esto tenemos que
conocer el funcionamiento de la esfera de consciencia
de la cual ya hablamos en el último artículo. Cuando el torus trabaja
con la consciencia artificial su funcionamiento es en tres dimensiones y
dos energías, situándose en cada “yo” del ego que toma el mando
aleatoriamente. En este estado el torus trabaja en forma lineal
tridimensional. Los sentidos perciben la realidad subjetiva, el cerebro
traduce y registra la información, graba en una neurona de forma química
las percepciones, el hipocampo da una dirección de memoria provisoria
de corto plazo, no mayor a 36 días, luego le pasa al anterior cingulado
córtex la información, este registra y asocia de forma permanente la
dirección de memoria de la neurona correspondiente.
Mientras tanto el
torus mediante la pituitaria transmite la información a la mente donde
se graba el recuerdo y se aloja en el Quantum. Pero, como el torus en
este estado trabaja de forma lineal, y no paralela, en cuanto otro “yo”
toma el mando, la esfera de consciencia no asocia en qué lugar grabó el
recuerdo el otro “yo”, perdiendo el recuerdo del suceso en el Quantum.
Cada vez que el torus “salta” de un “yo” a otro, va perdiendo recuerdos.
Entonces ¿cómo recordamos siempre algunas cosas? y ¿Cómo es posible que
mediante hipnosis se recuerden cosas olvidadas? La respuesta a la
segunda pregunta es que el torus mediante la hipnosis, se ubica en el
“yo” correspondiente al suceso específico y recupera la ubicación del
recuerdo en el Quantum. La respuesta a la primera pregunta es más
complicada, pues entran en juego los puntos de inflexión, las realidades
paralelas y la consciencia total del torus trabajando en cinco
dimensiones y tres energías.
Bien, en esos
momentos el torus trabaja por unos segundos a niveles de la consciencia
del Ser, con cinco dimensiones y tres energías procesando la información
en forma paralela, y grabando el recuerdo de forma atemporal en el
continuo espacio-tiempo del Quantum, con acceso total a todos los
“yoes”, como si estuviera encapsulado en un pendriver que cualquier “yo”
puede usar. Podríamos decir que en ese momento usted tiene consciencia
plena del acontecimiento.
La suma de los segundos en que se grabaron sus
recuerdos, es el tiempo que usted estuvo vivo como Humano, y la suma de
sus olvidos es el tiempo que usted estuvo muerto como unidad de
carbono. Como verán, increíblemente, los secuestradores de recuerdos
somos nosotros mismos, mejor dicho nuestros infinitos “yoes” que nos
componen.
Cada vez que usted hace un esfuerzo con el centro intelectual
para comprender estos artículos, está entrenando al torus en la atención
total y la unificación de los “yoes”, porque no puede seguir el “hilo”
de esta información, si no es el mismo “yo” el que lee todos los
artículos.
No importa en realidad la intelectualización del mismo, sino
el entrenamiento y el concepto final, que es procesado por los centros
superiores de control. Cuando el torus comienza a trabajar
correctamente, usted comprende de forma natural, sin esfuerzo alguno y
recuerda cada vez más, detalles que antes no recordaba, porque es
consciente de sus palabras, pensamientos y actos y los recuerdos
secuestrados son liberados sin pagar recompensa, o mejor dicho, pagando
el costo de la liberación con su trabajo interior.
La atención
permanente es fundamental en el trabajo hacia la consciencia plena del
Ser, no puede haber liberación sin recuerdos, porque no se puede liberar
un olvido si no se recuerda a quien se tiene que liberar. Entonces,
¿cuánto recuerda usted? ¿Está seguro que no olvidó a algún ser querido
que alguna vez existió y que ahora no recuerda? ¿Se recuerda usted o es
solo un olvido?...recuérdese y DESPIERTE!!!
Por Morféo
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