Liberación AHORA
| Actualmente, tanto en España como en todo el planeta, cada ciudadano se enfrenta -consciente o no- a una elección crucial: continuar participando en la estafa colectiva “democrática” (que incluye el votar en las llamadas “elecciones”, donde sea quien sea el “elegido” siempre gana el Sistema) o abstenerse y promover -en cambio- una auténtica e integral transformación de la sociedad, que supere el vigente sistema de esclavitud global, devuelva al pueblo su soberanía y plasme los más fundamentales principios de ética, transparencia, equidad y humanidad, en el marco de un escrupuloso e incondicional cumplimiento de los Derechos Humanos.
En el siguiente artículo, el destacado autor y activista Félix Rodrigo Mora aborda y analiza en este contexto el asunto de las próximas elecciones que tendrán lugar el día 2o de noviembre en España.
Sea cual sea la respetable decisión que usted tome respecto de dicho evento electoral, deseamos que pueda tomarla en la forma más consciente y libre posible, siendo este el propósito esencial del presente post y de los que seguirán en los próximos días.
“En las actuales condiciones de progresivo desplome de Europa, de acumulación de crisis de toda naturaleza (política, cultural, educativa, demográfica, medioambiental, intelectiva, relacional, de construcción del sujeto, estética y otras varias además de la económica), centrarse en la economía para mendigar más dinero y más servicios del Estado asistencial es hacer lo que el capital espera y
desea. Ahora, ante la crisis múltiple, general y universal en desarrollo lo que se adecua a la realidad es promover la idea de revolución integral.
En efecto, sólo una revolución integral que transforme sustantivamente la sociedad, el individuo y el sistema de valores, que cree una nueva organización de la vida colectiva y una nueva persona, es capaz de elevarse a cosmovisión inspiradora de soluciones a los muchos y colosales problemas de nuestro tiempo. La economía es sólo parte, lo humano es lo más decisivo, y resolver el problema de su destrucción planeada desde arriba demanda una revolución total, regeneradora y restauradora. Ésta ha de reinventar y reformular la vida en sociedad a la vez que la condición del sujeto en tanto que ser humano que se afirma como tal, y no como consumidor, fuerza de trabajo, adoctrinado múltiple, hedonista ultra-degradado y siervo del par Estado-capital, primando lo espiritual sin desatender lo material”.
“El gran caos y declive en que se precipita Europa, en particular sus países más débiles, es un acontecimiento histórico que demanda una respuesta integral. Sucede tras 500 años de hegemonía planetaria europea y sólo puede ser respondida con una grandiosa concepción sobre cómo ha de ser el futuro, con un desarrollado sistema de propuestas y soluciones, con una interpretación del presente y del porvenir realizada con altura de miras y visión estratégica, con valentía y clarividencia, con creatividad y responsabilidad, que se proponga dejar atrás el orden social actual, una atroz dictadura de las elites del poder político, militar, funcionarial, académico, mediático, tecnocrático, religioso y económico.
En los turbulentos tiempos que corren se ha de tener en cuenta el refrán, “A grandes males, grandes remedios” y alejarse de la mediocridad, el posibilismo, la añoranza del pasado de hiper-consumo con aniquilación de lo humano y devastación medioambiental, el economicismo, la cobardía, las visiones parciales, la ruindad vital y las “soluciones” fáciles.
Eso llevará bastante tiempo realizarlo por todas y todos. Crear y popularizar la gran y magnífica idea de la revolución integral es la tarea más importante en los próximos años.
En las actuales elecciones la izquierda y la derecha son lo mismo, y sólo se diferencian en sus miserables grescas verbales por poder y dinero. Igual es el PP que el PSOE, lo mismo representa Esperanza Aguirre que el PCE-IU o UPD, o que el PNV, CiU o el BNG. Además, son unas elecciones que, como todas ellas, son no libres, al estar realizadas en condiciones de inexistencia de libertad de conciencia y con un aparato partitocrático que todo lo manipula. Asimismo se basan en un elaborado sistema de engaño, pues se elige lo que no tiene el poder real, el parlamento y el gobierno, mientras que no se elige lo que sí posee la totalidad del poder, el Estado y el gran capital.
Las elecciones legitiman una situación de dictadura, en la que el Estado, el tirano colectivo, gobierna al pueblo, impidiendo que el pueblo se gobierne a sí mismo, de la única forma posible, con una gran red de asambleas omnisoberanas que, con base en lo local, se eleven al plano de lo comarcal, regional y nacional múltiple. En ellas y sólo en ellas puede hacerse real la libertad política para todas y todos pues cualquier forma de parlamentarismo, monárquico o republicano, con estos o los otros procedimientos, es un régimen tiránico que debe ser rechazado y resistido. Por tanto, la abstención se impone”.
Extractos del artículo del Félix Rodrigo Mora
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