BLOG Y RADIO EN ESTADO PURO PARA MENTES ABIERTAS, CREATIVAS Y LIBRES DE ETIQUETAS.
lunes, 8 de abril de 2013
EL MUNDO REAL: ¿Un sueño, una alucinación, una visión, un recuerdo, una historia fantástica, una mentira o una realidad desconocida?
En una escuela privada de los suburbios de la
capital, se rompió la bomba extractora de agua. Al revisar el problema se
comprobó que hacía falta una nueva perforación. Luego de contratar el trabajo
de una empresa perforadora, se comenzó con la tarea de excavación.
Yo me
encontraba en ese momento curioseando en el lugar por motivos ajenos al mismo y
que no vienen al caso. Estaba mirando entretenido trabajar a los operarios,
cuando de pronto, toda la maquinaria, incluyendo trípode, motores, caños,
cabezal, y parte de las instalaciones, se las tragó la tierra, dejando al
descubierto un gran y profundo agujero de dos o tres metros de diámetro, donde
se veían unas escaleras rotas por la perforación, que descendían circundando
las paredes hacia la oscuridad interior.
Una incipiente claridad se percibía al
final del pozo, aproximadamente a 300 metros de profundidad. Instintivamente
retrocedí, tropecé y apoyándome sobre un árbol levanté la mirada al cielo de un
azul ultramar.
Una luz brillante, como una estrella, recorría el firmamento
cayendo en línea recta verticalmente hacia el horizonte, hasta que de pronto e
inesperadamente, cambió su trayectoria con un giro de 90º a un recorrido
horizontal, y después de emitir una bruma verdosa y fluctuar como el calor
saliendo del asfalto o el motor de un vehículo, se transformó en un avión de
línea que siguió normalmente su curso de vuelo, surcando las nubes con su
característico sonido de turbinas a la distancia, como si siempre hubiera
estado ahí.
Confundido y aturdido, una fuerza
extraña e hipnotizante me impulsó a bajar por las rotas escaleras de piedra
blanca, ¿mármol?, mientras los operarios intentaban vanamente de detenerme. Sus
voces y gritos se fueron perdiendo y apagando a medida que descendía.
Cuando
llegué al fondo me encontré en un túnel abovedado de unos seis metros de
diámetro, prolijamente construido e iluminado con una luz pareja y natural que
emitían las propias paredes y que no proyectaba sombra alguna. Su piso de un
material que parecía fino mármol, brillaba y reflejaba mi figura como pulcro
espejo. Comencé a caminar alejándome del sitio por donde había ingresado,
cuando vi gente que venía corriendo con unos extraños instrumentos en sus manos
hacia el lugar donde se había producido el derrumbe.
Extrañamente no observé
que el incidente hubiera dejado escombros en el piso, o de alguna manera habían
desaparecido. Me quedé petrificado mientras estas criaturas pasaban a mi lado
sin siquiera percatarse de mi presencia. Eran como nosotros, vestidos con unos
mamelucos enterizos de colores claros y un extraño símbolo o logotipo en el
lado izquierdo de su pecho o en la parte superior de su brazo.
Las únicas
diferencias físicas visibles que observé, fue que sus manos tenían sólo tres
dedos como Yoda,
el maestro jedi de Star Wars, y su piel era gris verdosa de un aspecto áspero
pero suave como cuero curtido. Me dio la impresión de una piel sintética como
plástico o...
cuerina.
Seguí caminando intentando
disimular, cuando me giré para ver que hacían con sus instrumentos, desde un
pasillo lateral aparecieron varios militares de aspecto normal, vestidos con
ropas de fajina y portando armas reglamentarias largas y cortas, estos si me
miraron, pero siguieron su camino hacia el lugar por donde yo había ingresado.
No volví a mirar, seguí caminando disimuladamente y llegué, no sé cómo, a una
amplia galería del tamaño de un hangar militar, pulcro, ordenado como un
quirófano, e iluminado de la misma misteriosa forma.
El lugar estaba amueblado
con una extraña y desconocida tecnología, donde unos “científicos” manejaban un
extraño instrumental virtual, pues no tenía aspecto de ser físico, mientras
militares y esas criaturas de tres dedos con mamelucos iban y venían de aquí
para allá. De pronto se acercó uno de los personajes de tres dedos, vestido con
un traje negro de saco y corbata, con un maletín tipo atache de cuero o funda
de notebook. Se paró sobre un círculo en el piso, de color azul eléctrico,
junto a uno de esos instrumentos y de golpe aparecieron, rodeándolo, unos aros
de luz muy similares a los que se muestran en la transformación de María, en la
película Metropolis,
pero de color verde. Luego de unos segundos de exposición, salió perfectamente
convertido en una persona normal, con sus manos de cinco dedos y su piel
humana, se dirigió a una especie de ascensor, o eso me pareció, y desapareció
en su interior.
Unos tras otros pasaron por el mismo proceso de transformación
y salieron supuestamente hacia la superficie, hombres y mujeres que antes no lo
eran, ahora caminaban hacia el extraño ascensor de puerta líquida.
Quiero salir, me desespera el que
me descubran, y me aterra el pensar que cientos de ellos ahora caminan
por las calles sin que nos demos cuenta de su existencia. No puedo utilizar
el ascensor, pero pienso que deben haber otros, vuelvo a recorrer el túnel, o
tal vez sea otro, no lo sé, son muy similares. Después de un tiempo observo que
un militar se dirige a una especie de puerta brillante, parece líquida, como
hecha de mercurio. No la abre, sólo la atraviesa como en la escena de Stargate.
Decido
seguirlo y paso por la puerta, es como atravesar un líquido espeso que impide
moverse de forma natural. De pronto me encuentro en el interior de un ascensor
normal, de los miles de ascensores que hay en los edificio de cualquier gran
ciudad, se abre la puerta y me encuentro en el hall de un enorme edificio,
gente que va y viene absorta en sus pensamientos, cosas y tareas, muchos
militares vestidos con ropas de oficina, salgo a la calle, miro a mi alrededor,
levanto la vista y observo la fachada, estoy en un edificio militar, el
edificio **********.
Me retiro
disimulando y confundido, llego a la acera y leo el nombre de la calle y la
dirección, *************. Estoy a más de
veinte kilómetros del lugar por donde ingresé.
Volví al colegio pensando en lo
sucedido, intentando ordenar las ideas, shockeado y aturdido. Todo estaba en
orden, nadie hablaba del hecho, los obreros seguían trabajando en la
perforación como si nada, los niños jugaban o estaban en clase y el agujero no
estaba y no había ninguna señal de que alguna vez hubiera existido. Todo
sucedió en completo silencio.
No hablé, no pregunté, me di la vuelta y me fui,
nunca más regresé a esa escuela pero sí a las instalaciones subterráneas. ¿Un
sueño, una alucinación, una visión, un recuerdo, una historia fantástica, una
mentira, un hecho real? Usted decide.
Por Morféo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Este blog ha sido creado basándose en contenidos propios y otros recopilado de blogs, webs, email recibidos de amigos y algunas otras fuentes escritas. Todo ello ha sido colocado de buena fe y no se intenta violar la propiedad intelectual o copyright de ninguna persona u organización y siempre citamos la fuente y el enlace para acceder al contenido original. En todo caso, si por alguna circunstancia ocurriera esto, ¡ por favor avisenos!, se realizarán las acciones necesarias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario