El escritor y humanista, que murió en la madrugada del lunes, quiso irse de manera "manera sencilla y sin publicidad"
Al escritor de “La sonrisa etrusca” o “La sombra de los días”, académico de la Lengua, Premio Nacional de las Letras en 2011 y uno de los más activos críticos de la actual situación social y económica le han incinerado esta mañana en el cementerio de La Almudena en la más estricta intimidad.
Comprometido con los derechos humanos y la denuncia de las injusticias, estaba convencido de que tarde o temprano llegaría el fin del capitalismo. Su edad no le impidió indignarse y convertirse en uno de los abanderados del Movimiento 15-M. Su último libro, Reacciona. De la indignación a la acción (Aguilar, 2011), está prologado precisamente por Stèphane Hessel, autor del célebre ¡Indignaos!, prologado a su vez por Sampedro.
Se trata de una obra coral en la que también participan, entre otros, Baltazar Garzón y Federico Mayor Zaragoza. Su objetivo, en palabras de Sampedro: “Dirigirnos a la sociedad en general, y a los jóvenes en particular, intentando...
concienciar y provocar una reacción frente a las medidas neoliberales impuestas como única salida posible a la crisis”.
Su voz se ha apagado pero no así su legado.
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