Al gobierno le molesta que los ciudadanos se manifiesten contra su política y aprobara una ley que impedirá por sus exageradas multas que los ciudadanos puedan expresar sus desacuerdos en manifestaciones sociales, cuando después de dos años de gobierno solo han traído más paro, más deuda y menos derechos.
Como son los recorte de las ayudas por desempleo, abaratamiento del despido, rotura de los convenios colectivos que conducen a ERES para despidos multitudinarios de los trabajadores y favorables a los empresarios, copago farmacéutico, subida de las tasas universitarias, dificultades para acceder a las becas, devaluación de las pensiones, extinción de la ley de Dependencia y de sus prestaciones… Y ahora una "Ley de seguridad ciudadana" que se convierte en una ley mordaza contra las protestas.
Pero el problema más grande no es la represión del Estado, sino el silencio del pueblo.
(Emilio)
Pero no son los únicos actos de protesta que estarán prohibidos y por tanto sancionados. He aquí otros actos que quedarán castigados como infracciones graves o muy graves con entre mil y 600.000 euros.
Grabar a agentes de Policía: Hasta 600.000 euros
La grabación y difusión de imágenes de agentes de las fuerzas de seguridad en el ejercicio de su trabajo que atenten contra el derecho a su honor o su imagen y que puedan poner en peligro su seguridad o la de la intervención policial correspondiente. En la imagen, manifestantes graban con sus móviles a los agentes durante una protesta contra los recortes en junio de 2013.
Concentraciones ante el Congreso: hasta 600.000 euros
Las concentraciones no comunicadas ante instituciones del Estado como el Congreso, el Senado, los parlamentos autonómicos o los...
altos tribunales, aunque en ese momento no tengan actividad. En la fotografía, las vallas rodeando al Congreso en abril de 2013.
Escraches: Hasta 600.000 euros
Los escraches o actos de acoso a cargos públicos. La ley contemplará que la Policía pueda establecer un perímetro de seguridad que no deben sobrepasar los concentrados. En la foto, un escrache en Madrid en abril de 2013.
Alterar el orden público encapuchado o con cualquier elemento que dificulte la identificación. En la imagen, un manifestante encapuchado y con máscara de Anonymous es identificado por la Policía en noviembre de 2013 en Madrid.
Amenazar, coaccionar, vejar e injuriar a los agentes de las fuerzas de seguridad cuando estén velando por el mantenimiento del orden público, por ejemplo en manifestaciones u otro tipo de protestas. En la fotografía, un manifestante se enfrenta a un agente en la Puerta del Sol.
Dañar contenedores: Hasta 30.000 euros
Obstaculizar la vía pública con neumáticos u otros enseres que impidan la normal circulación de vehículos y personas. En la fotografía, contenedores volcados en el campus de Somosaguas de la Complutense durante la huelga educativa de octubre de 2013.
Protestar escalando a un edificio: Hasta 30.000 euros
La oposición tacha de antidemocrática y represiva la ley de Seguridad Ciudadana
En las redes corre el hashtag: #LeyAnti15M. Y algo de eso efectivamente hay.
Mirad este señor, y mirad la media sonrisa que tiene en casi todas sus representaciones:
Y aquí os lo explica el sonriente Montesquieu, que lo hace bastante mejor que yo:
“En cada Estado hay tres clases de poderes: el legislativo, el ejecutivo de las cosas pertenecientes al derecho de gentes, y el ejecutivo de las que pertenecen al civil. Por el primero, el príncipe o el magistrado hace las leyes para cierto tiempo o para siempre, y corrige o deroga las que están hechas. Por el segundo, hace la paz o la guerra, envía o recibe embajadores, establece la seguridad y previene las invasiones; y por el tercero, castiga los crímenes o decide las contiendas de los particulares. Este último se llamará poder judicial; y el otro, simplemente, poder ejecutivo del Estado. [...] Cuando los poderes legislativo y ejecutivo se hallan reunidos en una misma persona o corporación, entonces no hay libertad, porque es de temer que el monarca o el senado hagan leyes tiránicas para ejecutarlas del mismo modo. Así sucede también cuando el poder judicial no está separado del poder legislativo y del ejecutivo. Estando unido al primero, el imperio sobre la vida y la libertad de los ciudadanos sería arbitrario, por ser uno mismo el juez y el legislador y, estando unido al segundo, sería tiránico, por cuanto gozaría el juez de la fuerza misma que un agresor. En el Estado en que un hombre solo, o una sola corporación de próceres, o de nobles, o del pueblo administrase los tres poderes, y tuviese la facultad de hacer las leyes, de ejecutar las resoluciones públicas y de juzgar los crímenes y contiendas de los particulares, todo se perdería enteramente.”
¿Y cómo es esto? Me explico. La idea no es nueva: Tengo el poder. Si con las actuales leyes algún colectivo me resulta molesto, pues las cambio. Siempre ha pasado y hasta cierto punto esto es normal. La sociedad avanza, las leyes deben evolucionar. Peeeeero…, hasta ahora no habíamos tenido en Democracia una reforma legislativa que atacara de esta forma a la Separación de Poderes. Bueno sí, la denominada Ley Sinde-Wert ya quitaba de en medio a jueces molestos “ que no sentenciaban a nuestro gusto” (con nuestras propias leyes.. ejem).
Lo que antes esa un asunto que fiscalizaba un Juez, ahora es una multa que decido e impongo yo mismo. ¿Jueces?, no gracias. El Poder Legislativo usurpa funciones del Poder Judicial.
Yo creo que el hecho de que un Parlamento en Democracia se plantee pasar una Ley como esta certifica la podredumbre del sistema actual que tenemos en el Reino de España. Empezando por eso: ser un “Reino”, okupados por la corrupción en prácticamente cada institución pública, y sin ser capaces de liberarnos de esa mentirosa Transición, que tanto daño nos hace.
Esta reacción, este coletazo desesperado de los poderes certifica el comienzo de nuestra victoria. Ahora ya sí que me lo creo. No va a ser fácil. De hecho será más difícil a partir de ahora, pero vamos bien. Vamos en la buena dirección.
Si Montesquieu levantara hoy la cabeza, me temo que dejaría de sonreír. Eso sí, mientras volvía a reclinarse en su tumba a lo mejor decía suavemente: “ Finalement! On a déjà gagné!”
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