Un buen punto de vista de la realidad es aquel que ofrece ventajas prácticas a quien lo adopte, independientemente del punto de vista que tome el resto. Si dicho punto de vista nos orienta hacia la Verdad, es requisito que, sujeto a escrutinio o análisis, cumpla con dos premisas: no sea subjetivo y no se contradiga a sí mismo (el filósofo matemático George Boole nos diría que son las condiciones lógicas para que cualquier sentencia se evalúe como cierta).
La mayoría de las religiones organizadas forman parte del Sistema de Control que busca esclavizar y debilitar mental y espiritualmente al ser humano, al anquilosar el análisis crítico de sus premisas religiosas sustituyéndolo por "fe", condicionando así el libre albedrío; contrariamente a lo que enseñan estas religiones teócratas, la fe y el pensamiento ilusorio son perjudiciales pues se interponen a la objetividad, en las palabras de Felipe Prezioso (1):
Paradójicamente, cuando más cuidado deberían poner en el camino que los lleve hacia la verdad espiritual, escogen emocionalmente sin importar si dicho camino reúne aunque más no sea algunos requisitos válidos.
En el momento de abrazar un credo, que lógicamente tendrá implicancia en sus vidas, la decisión es tomada bajo las mismas características engañosas con las que escogen un producto muy publicitado en un supermercado. Los infaltables vendedores de ilusiones, ya desde tiempos inmemoriales utilizan un mágico ingrediente, indispensable para evitar cualquier cuestionamiento por parte del "consumidor": fe; sí, fe y nada más que eso.
¿Y que hay detrás de ese impulso llamado fe? Nada que el creyente no haya colocado previamente; solo él la alimenta y mantiene evitando cualquier pensamiento que podría destruir el hechizo generado por la misma necesidad de creer. ¡Para qué razonar, si la fe lo engloba todo!¿Cómo es esto posible? Las representaciones teócratas, ya sean los etiquetados "santos", "ángeles" o "vírgenes" no son más que papeles representativos de las autoridades del mundo o arcontes, es decir, un nivel de... consciencia superior que provee de asistencialismo a cambio de devoción; mediante estas argucias, engañan a la humanidad haciéndose pasar por iconos religiosos que vibran con las enseñanzas internalizadas del solicitante. En efecto, cuando estas entidades conceden un deseo -ya sea el más excelso hasta el más objetable-, si bien el solicitante ve cumplida su realidad (aunque tarde o temprano el resultado sea tergiversado) su karma se ve incrementado, y en verdad ingresa en un ciclo de intercambios y manipulaciones, al estar en deuda con el arcontado; en Wisdom of the Rays se nos sugiere:
Estas entidades Demoníacas son aquellas a las cuales se les vende el alma en un momento de desesperación, cuando se pronuncian frases del estilo "Haría cualquier cosa por (... y complétese con lo que se anhela)". Este tipo de solicitudes que vibran con la baja frecuencia emocional de la desesperación, es la invitación para que estas entidades se les permita poner un pie en el destino y comenzar a interferir activamente en sus vidas, ya que al haber sido invocados no se viola la ley del libre albedrío. Hay que recordar que una invocación siempre recibe una respuesta, y este tipo de invocación se parece bastante a una petición u oración a las entidades angélicas de la Creación, nada más que se desvía para el otro lado.Cualquier religión que demande a sus seguidores devoción, cumplimiento de pactos o promesas, actos que involucren dolor o pasión -analizarlo con frialdad desde la perspectiva del loosh-, o que se enfoquen en una deidad particular, está ayudando al ordeñe y al consumo energético por parte de entidades parasitarias de servicio egocéntrico; religiones basadas en un ente superior que custodia, demanda u obliga al cumplimiento de pactos de sangre como sacrificios (humanos, animales o incluso prácticas como la mutilación genital masculina o femenina) a su pueblo elegido -el brazo humano del factor exógeno- están creadas específicamente para dominar y subyugar a los que no comulgan, los que se denominan como heréticos, infieles o goys.
Alien Gray (Gris) como efigie de un representante teócrata |
La proyección de energía psíquica que periódicamente emanamos en forma de devoción religiosa puede ser como la miel que fortalece y sostiene a las deidades a la que se dirige nuestra plegaria. En esta etapa de nuestro desarrollo, la adoración ciega ya no es lo que se busca, sino la comprensión consciente de nuestra relación simbiótica con las entidades multidimensionales que plantaron a nuestros antepasados en este planeta.Si pensamos más fríamente, ya en términos académicos, dentro de toda ciencia positiva la forma de pensar se rige por el costo/beneficio; si pudiésemos extrapolar este coeficiente en términos espirituales, la mejor religión sería aquella que aporte mayor libertad minimizando cualquier restricción, en definitiva, aquella que incremente el libre albedrío propio y ajeno sin restricciones ni condicionamientos. Y si volvemos a analizar ahora el concepto de fe sobre aquellas cosas cognoscibles notamos que se trata de una restricción que se impone al libre albedrío... es decir, si algo se puede conocer, analizar y corroborar, ¿para qué entonces es necesaria la fe? Además, si aquella fe dogmática contradice lo que a través de la observación o el entendimiento se percibe diferente de manera objetiva, ¿acaso no se está cercenando la capacidad de análisis y visión propia por una ajena? ¡Qué claro ejemplo de menosprecio por el libre albedrío!
El procesamiento de la información (entendida como una medida de conocimiento) que brinda la realidad, en definitiva, el trabajo consciente, podría verse como un camino hacia la verdad, una auténtica religión (la palabra religión proviene de re-ligare o volver a unir): conocer la realidad e intentar ser cada día más objetivo, aunque a veces aquello que se observa no coincida con lo subjetivamente agradable.
Joe Fisher, investigador de lo paranormal y autor del famoso libro The Siren Call of Hungry Ghosts que denuncia a las entidades reptoides que nos gobiernan (2), nos deja una frase valiosa al respecto: nunca se separe de la Verdad por aquello que le gustaría Creer.
Fides, en latín significa confianza; creencia en la revelación divina o en la verdad de determinados enunciados. Los ideólogos políticos y religiosos han procurado que Fe y Verdad se conjuguen juntas en las mentes de sus seguidores. En éste punto ya no es posible volver atrás, porque si a través de tu fe ya tienes la Verdad. ¿Qué más puedes buscar? Y la Verdad es o debería ser inmanente, es decir, debe seguir siendo Verdad, como lo fue ayer, lo es hoy y lo será mañana.
Si a nuestro feligrés le surgiese la menor duda sobre "su Verdad", desaparecería simultáneamente la fe y la verdad, para ser arrojado de nuevo al fondo del proceso cognoscitivo, donde será recibido por un señor llamado Kant que le podrá enseñar a pensar por sí mismo. Tener fe no es conocer, es ignorar. Si existiera Dios, no les pediría fe a sus criaturas; por ser Dios, es conocimiento y por ende ése será el camino que nos eleve hasta él.(2) Joseph Fisher denuncia en su libro que la mayoría de las canalizaciones son respondidas por entidades que se hacen pasar por guías elevados, pero que sólo buscan engañar, manipular y alimentarse emocionalmente de los humanos; Fischer, a los pocos meses de haber publicado The Siren Call of Hungry Ghosts según comentarios que le dejó a su editor, fue asediado desde múltiples áreas (desde problemas personales y tragedias financieras a deliberados ataques psíquicos) y puso fin a su vida curiosamente de la misma forma con que le habían amenazado las entidades durante una de las sesiones.
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