En 2 reyes 2:23-24, Dios envía a dos osos a descuartizar a 42 niños, ¿por qué? Bueno, por burlarse de un sujeto llamado Eliseo. Este hombre viajaba a la ciudad de Betel (la casa de Dios), cuando un grupo de niños aparece y se mofa de esta persona por ser calva. Esto parece molestar más a Dios que al propio calvo, puesto que cuando Eliseo los maldijo en el nombre de Jehová (Dios), un par de osos salieron del bosque y despedazó al grupo de muchachos. Por supuesto que para entonces, el término que hoy se traduce como “muchacho” refería a personas con varios años menos que lo que actualmente consideramos un muchacho, más precisamente, entre los 10 y 12 años.
“23 Después subió de allí a Bet-el; y subiendo por el camino, salieron unos muchachos de la ciudad, y se burlaban de él, diciendo: ¡Calvo, sube! ¡calvo, sube! 24 Y mirando él atrás, los vio, y los maldijo en el nombre de Jehová. Y salieron dos osos del monte, y despedazaron de ellos a cuarenta y dos muchachos. 25 De allí fue al monte Carmelo, y de allí volvió a Samaria.”
7. Le dio poderes a Sansón para matar a 30 personas inocentes
En Jueces 14:1-19, Sansón, un amigo de Dios, hace una extraña apuesta en la que le formula un acertijo a un grupo de 30 hombres del pueblo de su “novilla” (algo así como su chica) y les dice que si logran descifrarlo en 7 días, él les dará una recompensa de 30 prendas de lino y mudas de ropa, pero que si transcurrido ese tiempo no lograban encontrar la respuesta correcta, los 30 hombres tenían que entregarle las prendas a él. Luego de que los 30 hombres amenazaran a la novia de Sansón para que ésta engañe a Sansón y les cuente la respuesta (o de lo contrario quemarían su casa y la de su familia), pasan los 7 días y Sansón pierde su apuesta. Pero Sansón tenía la protección divina de Dios, quien le dio un poder mágico para que pudiera asesinar a golpes a 30 personas inocentes y al azar, robarles la ropa y así pagar su estúpida apuesta...
“18 Y al séptimo día, antes de ponerse el sol, los hombres de la ciudad le dijeron: ¿Qué es más dulce que la miel? ¿Y qué es más fuerte que un león? Y él les dijo: Si no hubiereis arado con mi novilla, no habríais descubierto mi enigma. 19 Entonces el Espíritu del SEÑOR vino sobre él con gran poder, y descendió a Ascalón y mató a treinta de ellos y tomando sus despojos, dio las mudas de ropa a los que habían declarado el enigma. Y ardiendo en ira, subió a la casa de su padre.”
6. Dios convirtió a una inocente mujer en sal
Esto ocurre en Génesis 19:26. Bien conocida es la historia de Sodoma y Gomorra, ciudades destruidas por un Dios muy enojado. De acuerdo, según los relatos del Génesis, Dios hizo arder estas ciudades por varias razones, fundamentalmente por las prácticas pecaminosas que allí se practicaban, pero Dios no sólo asesinó a los pecadores, sino a todos, completamente todos los que habitaban la ciudad, un ejemplo es la esposa de Lot. En una ocasión, dos ángeles llegan a Sodoma y se hospedan en la casa de Lot, pero los pueblerinos de Sodoma, al verlos llegar, acuden a la casa de Lot para... violar a los ángeles. ¡Violar a los ángeles!
Lot intenta evitar la situación y persuadir a la muchedumbre, pero la turba se pone cada vez más violenta e intenta entrar en su casa por la fuerza (te repito: para violar ángeles). Lot no quería que esto sucediese, y entonces propone entregar a sus 2 hijas, que son vírgenes, para que la turba haga lo que quiera con ellas. Sin embargo, empecinados en los ángeles, la gente de Sodoma sigue queriendo entrar y hacer lo suyo. A ésto, Dios advierte a Lot que escape con su familia y entonces hace arder toda Sodoma. No obstante, mientras escapan, la esposa de Lot mira hacia atrás para ver como arde la ciudad y en ese momento, ella se convierte en una pila de sal. Cabe destacar que nunca hubo advertencia de esto...
“24 Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; 25 y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra. 26 Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal.”
5. Dios odiaba a la gente “fea” y “anormal”
En Levítico 21:17-24, se hace una minuciosa descripción de la gente que no puede adorar a Dios ni entrar a sus templos, la que debe irse a adorar otro dios (algo bastante contradictorio ya que también asegura que no existen otros dioses). Pero además de enviar a las personas feas, grotescas o... “anormales” a adorar a otros dioses (que no existen), ellos serían castigados por creer en esos otros dioses... Si, bastante complicado... Se describe a estas personas así:
“17 Habla a Aarón y dile: Ningún hombre de tu descendencia en todas sus generaciones que tenga defecto se acercará para ofrecer el pan de su Dios. 18 Porque ningún hombre en el cual haya defecto se acercará: ni ciego, ni cojo, ni desfigurado, ni deforme, 19 ni hombre en el cual haya quebradura de pie ni rotura de mano, 20 ni jorobado, ni enano, ni que tenga nube en el ojo, ni que tenga sarna, ni erupción ni testículo dañado; 21 ningún hombre de la descendencia del sacerdote Aarón en el cual haya defecto se acercará para ofrecer las ofrendas encendidas para Jehová. Hay defecto en él; no se acercará a ofrecer el pan de su Dios. 22 Podrá comer del pan de su Dios, de lo muy santo y de las cosas santificadas. 23 Pero no entrará más allá del a velo ni se acercará al altar, por cuanto hay defecto en él; así no profanará mis santuarios, porque yo, Jehová, soy el que los santifico. 24 Y Moisés habló esto a Aarón y a sus hijos y a todos los hijos de Israel.”
4. Dios ordenó a Abraham a matar a su hijo
En Génesis 22:1-12, sin explicación alguna, un día Dios ordena a Abraham a matar a su propio hijo. ¿Por qué? Simplemente para...ponerlo a prueba. Este Dios, caprichoso y con un sentido del humor de lo más oscuro, decide que para confiar realmente en la lealtad de Abraham, este debe estar dispuesto a sacrificar a su propio hijo en nombre de Dios (al Dios del Antiguo Testamento le encantaban los sacrificios humanos) y todo ésto pese a que Dios sería un dios que todo lo sabe, por lo cual, ¿con qué necesidad? Bueno, la historia tiene un final feliz después de todo, ya que en el preciso momento en el que, luego de engañar a su pobre hijo, Abraham finalmente se dispone a quitarle la vida, Dios le habla y le explica que era solo una prueba.
“Y ACONTECIÓ después de estas cosas, que Dios puso a prueba a Abraham y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 2 Y Dios dijo: Toma ahora a tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. 3 Y Abraham se levantó muy de mañana, y ensilló su asno, y tomó consigo a dos criados suyos y a Isaac, su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó y fue al lugar que Dios le había dicho.”
3. Dios asesinó bebés y niños egipcios
Más allá de lo que señalan los relatos ficticios de la Biblia, gracias a la historia, sabemos que la gente del glorioso Antiguo Egipto y la de los pueblos judíos no se llevaban bien en lo más mínimo, entre otras cosas, porque los egipcios esclavizaron al pueblo judío. Pero volviendo a la Biblia, en Números 16:41-49 se narra como los egipcios habían esclavizado a los judíos, pero que éstos, a su vez, contaban con la figura de Dios en su equipo. Para darle su merecido a los egipcios, Dios envió lo que se menciona como las 10 plagas, que tuvieron comienzo con la transformación del Nilo en sangre pura y culminaron con un infanticidio a gran escala en el que Dios mató a todos los primogénitos de los egipcios y también los animales. Muchos de esos primogénitos eran adultos, pero entre 14.700, otros tantos eran niños.
“44 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 45 Apartaos de en medio de esta congregación, y los consumiré en un momento. Y ellos se postraron sobre sus rostros. 46 Y dijo Moisés a Aarón: Toma el incensario, y pon en él fuego del altar, y sobre él pon incienso, y ve pronto a la congregación, y haz expiación por ellos, porque el furor ha salido de la presencia de Jehová; la mortandad ha comenzado. 47 Entonces tomó Aarón el incensario, como Moisés dijo, y corrió en medio de la congregación; y he aquí que la mortandad había comenzado en el pueblo; y él puso incienso, e hizo expiación por el pueblo, 48 y se puso entre los muertos y los vivos; y cesó la mortandad. 49 Y los que murieron en aquella mortandad fueron catorce mil setecientos, sin los muertos por la rebelión de Coré.”
2. Mató a un hombre por no querer tener hijos con la mujer de su hermano
En Génesis 38:1-10 ocurren cosas realmente rarísimas, las cuales incluyen incesto y asesinatos por capricho otra vez. Lo que ocurre es bastante complejo: Onan tiene un hermano llamado Er, al cual Dios le quita la vida sin explicación alguna, luego todo se pone más raro aún y Judá, el papá de Onan, le ordena a éste a copular con la esposa de Er y sin casarse, pero como Onan no quiere tener un hijo con su propia hermana, Dios también le quita la vida a él. Mejor intenta analizarlo tú mismo...
“1 Y ACONTECIÓ en aquel tiempo, que Judá descendió de con sus hermanos, y fuése á un varón Adullamita, que se llamaba Hira. 2 Y vió allí Judá la hija de un hombre Cananeo, el cual se llamaba Súa; y tomóla, y entró á ella: 3 La cual concibió, y parió un hijo; y llamó su nombre Er. 4 Y concibió otra vez, y parió un hijo, y llamó su nombre Onán. 5 Y volvió á concebir, y parió un hijo, y llamó su nombre Sela. Y estaba en Chezib cuando lo parió. 6 Y Judá tomó mujer para su primogénito Er, la cual se llamaba Thamar. 7 Y Er, el primogénito de Judá, fué malo á los ojos de Jehová, y quitóle Jehová la vida. 8 Entonces Judá dijo á Onán: Entra á la mujer de tu hermano, y despósate con ella, y suscita simiente á tu hermano. 9 Y sabiendo Onán que la simiente no había de ser suya, sucedía que cuando entraba á la mujer de su hermano vertía en tierra, por no dar simiente á su hermano. 10 Y desagradó en ojos de Jehová lo que hacía, y también quitó á él la vida.”
1. Todo lo que Dios le hizo a Job
En el Antiguo Testamento, nadie la pasa tan mal como la pasa Job por culpa de Dios. A lo largo de cada relato, si analizamos la figura de Dios, nos encontramos con un personaje todopoderoso y capaz de cualquier cosa, pero actuando siempre de forma autoritaria, sádica, guiado por la ira, rencoroso, de ideales totalmente estrechos, caprichoso, asesino, infanticida y muchas otras connotaciones negativas. Obviamente, siempre en cuanto a lo que los relatos del Antiguo Testamento mencionan y nada más que eso, lo mencioné a lo largo de la publicación y quedó lo suficientemente claro como para que sólo un necio fanatizado pueda estar en desacuerdo...
Todas estas connotaciones quedan bien marcadas cuando se observa la figura de Job y todo lo que este hombre sufrió porque Dios así lo quiso y porque además... había hecho una apuesta con el Diablo, apuesta que, por cierto: fue una idea de Dios. Job era un hombre justo, simple y de buen corazón, hasta que un día, a Dios se le ocurre hacer una apuesta con el Diablo y le dice a éste que puede hacer todo lo que quiera con Job. Prosiguiendo con el juego ideado por Dios, el Diablo mata a todos los hijos, animales y seres queridos de Job, incendia su casa, destruye su riqueza y finalmente, le cubre el cuerpo de forúnculos.
Job nunca deja de creer en Dios, pero después de soportar esta tortura durante mucho y mucho tiempo, tiene la posibilidad de preguntarle a su Dios por qué le había hecho esto. Dios le dice que prácticamente no tiene que dar explicaciones, lo sana y todo vuelve a la normalidad. A excepción de que se queda sin sus hijos... Toda la historia la puedes buscar en el capítulo 1 de Job, al que puedes acceder en el siguiente enlace con el texto completo de La Santa Biblia.
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