DETRAS DE LO APARENTE
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martes, 7 de mayo de 2013
LA OSCURIDAD
En 1933
Fritz Zwicky, un astrónomo y físico suizo de origen húngaro, propuso la
existencia de la materia oscura ante la evidencia de una "masa no
visible" que influía en las velocidades orbitales de las galaxias en los
cúmulos y el universo.
Esta materia oscura dio lugar a la idea de la energía oscura.
En cosmología física, la energía oscura es una forma de energía que estaría
presente en todo el espacio, produciendo una presión que tiende a acelerar la
expansión del Universo, resultando en una fuerza gravitacional repulsiva.
Hasta
ahora hemos hablado de la materia, la consciencia, la energía, la luz, y todo
aquello que forma parte de un extremo del péndulo, pero nunca tocamos el tema
del polo opuesto, más que como soporte o introducción a conceptos e ideas del
“positivismo” del conocimiento.
Hoy veremos por primera vez, la parte del
“negativismo” del conocimiento, aquella que conocían y manejaban a la
perfección en su momento, los amos del mundo.
Según la
ciencia tradicional el universo está compuesto por un 74% de energía oscura, un
22% de materia oscura, un 3,6% de gas intergaláctico y sólo un 0,4% de materia
visible y tangible. Indudablemente la mayor parte de la creación, el 99,6% no
es materia y no refleja luz, o sea que es oscuridad. El mayor porcentaje de la
creación, es oscuridad. Pero ¿Qué es la oscuridad? La respuesta lógica es
ausencia de luz, o como dije en alguna ocasión, luz aún no manifestada. Ahora
bien, que tal si les dijera que todo concepto, paradigma y arquetipo de la
oscuridad es erróneo, que las asociaciones y energías ocultas de la oscuridad
son falacias impuestas, y que la oscuridad es algo completamente diferente a lo
que les dijeron que era.
Comencemos
retrotrayéndonos al artículo “Los creadores” donde relaté:
“El universo
consciente, Dios, el Uno, el Todo, el Absoluto o como quieran llamarle, crea
mediante su voluntad y la palabra (sonido), todo lo conocido (materia) que en
realidad es energía, a través del código fuente de la creación, los fractales u
octavas. Estas descienden desde el universo consciente que llamaré desde ahora
el primer “Do”, por medio de la luz. La primera voluntad del “Do” fue la luz,
porque sin ella no habría creación, no se podría propagar la octava. Esta
octava descendente (Do-si-la-sol-fa-mi-re-do) fue el primer sonido emitido por
el “Do” en la materia, el verbo, la voz de Dios, a partir de ahí todo aconteció
por plan divino, como una figura de piezas de dominó por la cual al caer la
primera todas las demás caen en forma sucesiva hasta terminar la figura. Pero...
para que esto suceda correctamente la secuencia de la octava no debe ser
interrumpida ni desviada, es entonces donde entran en acción los “choques
conscientes”, el primer choque consciente de la primer octava de la creación
entre Do-si (Do-choque-si), es llenado por voluntad divina, el deseo del “Do”
por manifestar la materia, y el segundo choque de la primer octava entre fa-mi
(fa-choque-mi), es llenado por la vida consciente en el universo, el “ser”
(luego llamado SER). ”
De este
párrafo deducimos que mediante la voluntad y la palabra (sonido) el Do crea la
materia (energía condensada) mediante las octavas, que se propagan por el
universo por medio de la luz, y la vida consciente (el SER) produce el choque para
que esta mantenga su rumbo y todo suceda de forma impecable. Pero también se
deduce que el Do creó la luz, por consiguiente antes de su creación esta no
existía y sólo había oscuridad.
Entonces la oscuridad es el estado original de
la creación antes que el Do decidiera manifestar el universo, y éste fue
manifestado porque la Fuente produjo un acontecimiento consciente que nosotros
tenemos de forma inconsciente. La Fuente por el deseo y la necesidad de
expandirse, revirtió su esfera de consciencia por el punto del deseo que
nosotros conocemos como Dios o el Do.
El Do es el punto del deseo por donde la
fuente revirtió su esfera y miró hacia el exterior de ella misma, dando la
posibilidad de la existencia conocida y desconocida. En ese acto de revertimiento
consciente, las infinitas miradas de la Fuente, que eran oscuridad hasta
entonces, necesitaron la luz para propagarse en el nuevo espacio matricial. La
oscuridad es la verdadera naturaleza de la creación, y es una energía que
describí en el artículo “información y vida” como “información
consciente de sí misma”, compuesta por burbujas mentales de la Fuente o
mejor dicho clusters adimensionales de información, que son automáticamente
convertidos en energía y consciencia en el momento que son iluminados. En su
momento dije: “La cadena de propagación es la siguiente:
información=>energía=>consciencia...” Esta cadena o triada
(información-energía-consciencia) es la base de la oscuridad. Podríamos
perfectamente redefinir a la oscuridad como la triada o trinidad primordial
formada por tres octavas en vez de por tres notas, la octava de la fuente
(información consciente) la de la luz (energía contenedora) y la del SER (vida
consciente) dando como resultado a la creación.
No existiría
nada sin la oscuridad, no tendría sentido la creación sin la oscuridad, porque
La Fuente es oscuridad, o sea luz aún no manifestada en la materia. No
confundan oscuridad con oscurantismo, u oscuros, siendo lo primero una
condición de los segundos que no respetan las reglas del juego, eligiendo ser
portadores de algo que no tienen, pues ningún oscuro es representante de la
oscuridad sino del oscurantismo de la inconsciencia.
La oscuridad es la madre
de la luz, como la inconsciencia es la madre de la consciencia, por tal motivo
en este universo de opuestos, le es permitido existir, pues sería imposible que
el SER se manifestara como Ser, y este como Unidad de carbono, si no existiera
un Avatar y un avatar que los contuvieran, en este caso, la luz del Do es el
AVATAR de la oscuridad de la Fuente.
En nuestro
sistema solar el astro que mayor oscuridad contiene, es el sol, y como portador
de oscuridad es portador de vida, siendo el encargado de mantener el equilibrio
en el sistema y el despertar de la consciencia del Lhumanu por la oscuridad
(información) transportada en su luz.
La semilla germina en su tiempo bajo la
oscuridad de la tierra. El útero materno es oscuro, porque porta la información
que crea la vida, y que toma consciencia sólo cuando se ilumina al nacer. La
oscuridad (información) se manifiesta en luz (energía) y se convierte en vida
(consciencia).
Reconozco que es un concepto completamente nuevo, y que ocasione
cierto malestar y rechazo, pero luego de que se destile de preconceptos y
energías ocultas, tomará la forma deseada e iluminará su consciencia. No sé si
he podido transmitir correctamente este concepto, pero creo que la forma más
efectiva de que ustedes lo procesen y comprendan, es mediante su propia
oscuridad, aquella que habita en donde sus miradas aún no están puestas, en el
silencio del interior de la esfera de consciencia de su Ser.
Por Morféo
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