En un esfuerzo por identificar estrategias para aumentar la felicidad de los niños, Holder y colegas se dispusieron a comprender mejor la naturaleza de la relación entre espiritualidad, religiosidad y felicidad en los niños de 8 a 12 años. Un total de 320 niños, de cuatro escuelas públicas y dos confesionales, completaron seis cuestionarios distintos para evaluar su felicidad, espiritualidad, religiosidad y temperamento. Sobre estos mismos términos también se preguntó a los padres de los niños.
Los autores encontraron que los niños que dijeron que eran felices eran más espirituales. En particular, el aspecto personal (es decir, el significado y valor de la propia vida), y aspecto comunal (es decir, la calidad y profundidad de las relaciones interpersonales), son los factores espirituales que más fuerte predijeron la felicidad de los niños. La... espiritualidad explica hasta un 27 por ciento de las diferencias, en los niveles de felicidad entre los niños.
El temperamento del niño también fue un importante factor para predecir la felicidad. En concreto, los niños felices son más sociables y menos tímidos. La relación entre espiritualidad y felicidad es muy fuerte, incluso cuando los autores tomaron en cuenta el temperamento. Sin embargo, en contra de lo que la gente cree, las prácticas religiosas, incluida la asistencia a la iglesia, el rezar y meditar, tuvo muy poco efecto en la felicidad de los niños.
Según los autores, "la mejora del sentir personal puede ser un factor clave en la relación entre espiritualidad y felicidad. "Se sugiere que las estrategias destinadas a incrementar un sentido de valor personal en los niños, tal como la expresión de bondad hacia los demás, así como los actos de altruismo y voluntariado y el recuerdo de estas acciones, pueden ayudar a que los niños sean más felices.
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