"Básicamente convirtió el asfalto en sopa. Transformó los caminos de grava en una gacha de avena", describe la actividad geotérmica del supervolcán el portavoz del parque, Dan Hottle.
Dado que el parque nacional se encuentra situado sobre la caldera del supervolcán homónimo, las "fluctuaciones de temperatura" que ablandan al asfalto hasta atascar las llantas no son algo insólito en este lugar, explica Hottle al diario 'Los Angeles Times'. Sin embargo, esta vez la situación es "extrema e insólita", puntualiza. Aún no se sabe por cuanto tiempo las zonas permanecerán cerradas.
La última vez que el supervolcán entró en erupción fue hace 640.000 años. Sin embargo, este año se han registrado fenómenos poco comunes asociados al supervolcán, en concreto la estampida inusual de bisontes seguida por el sismo más fuerte desde el año 1980, lo que ha dado pábulo a especulaciones sobre una posible erupción catastrófica en Yellowstone.
Descubren que el depósito de magma de Yellowstone es dos veces y media más grande de lo esperado
millones de personas se verían obligadas a abandonar sus hogares. Esto es lo que puede suceder si el volcán más grande del mundo entra en erupción por primera vez en 600.000 años, algo que podría ocurrir en un futuro próximo, según un informe de The Daily Mail.
Si bien los científicos ignoran el futuro desenlace, confirman la actividad. "Nuestra mejor evidencia es que la cámara magmática se está llenando de roca fundida", dijo Smith. "Pero no tenemos idea de cuánto tiempo continuará este proceso, ya sea hasta que haya una erupción o que la entrada de roca fundida desinfle la caldera de nuevo".
La Caldera de Yellowstone es una de las creaciones más impresionantes de la naturaleza y se asienta encima del campo volcánico más grande de América del Norte.
Los científicos que supervisan Yellowstone creen que un depósito de magma que se hincha a 9 kilómetros de profundidad podría causar las elevaciones recientes.
© Mark Thiessen, National Geographic
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Senderos hechos con madera permiten a los visitantes acercarse a las fuentes calientes de la Gran Fuente Prismática
Historia volcánica
Temblores de tierra
Verdad y ficción: el supervolcán de Yellowstone
Por : 26-06-2005 El sensacionalismo y la inexactitud son de esperar en los periódicos y en los chats y sitios de noticias de la web. Pero a veces también surgen en los documentales y en las producciones aparentemente científicas y “serias”. Así fue que nació esta nueva “lCuando se me pidió que aceptara el puesto de Científico a Cargo en el Observatorio del Volcán de Yellowstone (YVO = Yellowstone Volcano Observatory) en el año 2002, no suponía que muy pronto estaría respondiendo a una rápidamente creciente leyenda urbana (o quizás, en este caso, a una leyenda rural). Haga una búsqueda en Google para las palabras “Yellowstone” y “Día Final” y encontrará cientos de entradas de veintenas de sitios web alertando de que el mundo está próximo a desaparecer a manos del primer parque nacional (y de la más grande caldera inquieta) de los EE.UU..
Ciertamente, la caldera de Yellowstone es un volcán, y casi seguramente entrará nuevamente en erupción algún día. Es posible, aunque poco probable, que las futuras erupciones alcancen la magnitud de las tres erupciones más explosivas en la historia de Yellowstone, hace 2,1 millones, 1,3 millones y 640 mil años atrás, respectivamente. Las erupciones menores, sin embargo, son mucho más probables, y ninguna parece inminente en la escala temporal que realmente preocupa a la gente, durante sus vidas o quizás incluso a lo largo de los próximos cientos o miles de años.
Lamentablemente, estas realidades no siempre logran asomar en las coberturas que vemos en los documentales de TV, o en la internet o en la prensa popular. A veces, los medios inclinan las realidades para lograr un mejor entretenimiento en lugar de una mejor ciencia, como evidencian mis propias experiencias a lo largo de los tres últimos años evaluándolo todo, desde los filmes de ficción sobre Yellowstone hasta los mitos equívocos que aparecen en las salas de chat.
Lo que está sucediendo en realidad
Así que, ¿por qué toda esta atención actual sobre el volcán de Yellowstone?. Aunque los científicos reconocieron por primera vez la historia de las repetidas erupciones titánicas de Yellowstone allá por la década de 1960, el público en general las conoció durante los últimos cinco años más o menos. El surgimiento del interés puede ser enlazado en parte con un episodio de la serie “Horizontes” de la BBC producido en el año 2000, el cual se refirió a las erupciones volcánicas de Yellowstone y fue repetido frecuentemente en los EE.UU. y en el Reino Unido en el Discovery Channel.
Aproximadamente por la misma época, la Inspección Geológica de los EE.UU. (USGS = United States Geological Survey) redactó un memorándum de entendimiento con la Universidad de Utah y el Parque Nacional de Yellowstone para crear YVO. La idea era formalizar lo que había sido durante muchos años un observatorio no-oficial y crear un marco más fuerte para monitoreo e investigación. Unos pocos años más tarde, en 2002, cierto número de factores geológicos contribuyó para impulsar el interés público en Yellowstone y su potencial volcánico.
Primero, ondas superficiales causadas por el terremoto de magnitud 7,9 en Denali, Alaska, generaron pequeños temblores dentro del parque, a unos 3 100 kilómetros del epicentro. Luego el géiser de Steamboat (Buque de Vapor), el mayor y más impredecible de los géiseres de Yellowstone, entró en erupción en marzo de 2003 y después nuevamente en abril y en octubre. Un nuevo y vigoroso chorro de vapor de 75 metros surgió a la vista de la carretera Norris-Mammoth. Uno de los senderos de la Cuenca del Géiser Norris fue cerrado a causa del aumento del vapor y la consiguiente elevación de la temperatura del suelo. Nuestro científico coordinador Robert B. Smith de la Universidad de Utah realizó un experimento sísmico con base en GPS tratando de comprender la naturaleza de los cambios en los rasgos hidrotermales de Norris.
Al mismo tiempo, un nuevo cartografiado de la USGS de las características termales del suelo del Lago Yellowstone resultó en una cascada de artículos sobre el potencial de Yellowstone para las explosiones hidrotermales, sucesos en los que el agua subterránea geotermal se convierte en vapor, lanzando rocas a considerables distancias y formando cráteres. Estos artículos destacaban razonablemente los rasgos termales activos debajo del lago y la importancia de las explosiones hidrotermales, pero también implicaban incorrectamente que se estaban formando rápidamente unos “abultamientos” activos debajo del lago, que estaban a punto de estallar, y que podrían a continuación causar vulcanismo.
Erupción en la pantalla chica
Con toda esta atención enfocada hacia Yellowstone a fines de 2002, BBC Science decidió producir un “docudrama” de dos horas sobre el volcán y su potencial para una devastación generalizada. Titulado “Supervolcán”, es la crónica de un cataclismo en el futuro cercano modelado en base a la erupción de la Cordillera Huckleberry de hace 2,1 millones de años, que lanzó a la atmósfera más de 2.500 kilómetros cúbicos de materia (lo suficiente como para cubrir el estado de Texas bajo tres metros de restos). El filme de la BBC costó unos 5,5 millones de dólares y fue co-producido por el Discovery Channel, NHK y varias otras empresas de televisión global. Se estrenó en el Reino Unido en marzo y en los EE.UU. en abril.
Varios científicos de USGS, del Parque Nacional de Yellowstone, de la Universidad de Utah y de otras partes fueron visitados por el productor y por el escritor del filme, antes de la filmación. Nos hicieron un sinnúmero de preguntas durante el desarrollo del guión, incluyendo las siguientes: “¿Cómo monitorean el volcán?; ¿Quién es responsable de qué tareas?; ¿Cuál es su tarea en el campo?; ¿Dónde permanece?; ¿Cómo se traslada?. Más tarde, revisamos un bosquejo del guión para el drama y proporcionamos muchos comentarios y críticas. Michael Riley, el actor que realizó el papel de científico-a-cargo de YVO, me telefoneó dos veces, y mantuvimos largas conversaciones sobre temas que fueron desde “mi día típico” hasta los códigos de vestimenta, pasando por la correcta pronunciación de los nombres de los lugares y de la jerga geológica.
Al final, el equipo de BBC Science realizó un trabajo impresionante al encarar los tipos de asuntos científicos con los que nos enfrentaríamos durante el comienzo de una erupción. El drama se desarrolla como un verdadero “thriller” científico, atrapante y pleno de hechos. Los personajes, aunque ligeramente basados en gente real, tenían motivaciones e intereses similares a los míos y a los de mis colegas. Aunque hubiéramos preferido mucho más el retrato de los efectos de una erupción pequeña, su intención fue siempre proporcionar un escenario del peor caso posible, y el producto final lo logró perfectamente.
Sorprendentemente, nuestra experiencia con dos filmes documentales fue algo más negativa. Tanto la BBC como el National Geographic Channel solicitaron nuestra asistencia para documentales que explorarían los efectos de las “súper-erupciones”. El programa de BBC Science siguió a su presentación de “Supervolcán”, mientras que el programa de National Geographic integró su serie de “Ciencia Desnuda”. Mi ingenua presunción era que los cineastas entrevistarían a sus personajes y luego sintetizarían los resultados de lo que hubieran aprendido. En ambos casos, sin embargo, sentimos que nuestros guiones habían sido escritos con anterioridad y que los cineastas perseguían sin pausa varias citas claves que encajaban netamente con la narración deseada.
Nunca se nos dio la oportunidad de criticar el programa de Ciencia Desnuda, y el producto final fue altamente sensacionalista. La BBC nos permitió ver una versión inicial de su documental, una que pensamos que resultaba altamente engañosa con respecto a los peligros y riesgos geológicos reales en el Parque Nacional de Yellowstone. Su programa revisado, titulado “La verdad sobre Yellowstone“, fue emitido en el Reino Unido y en todo el mundo. Aunque era mucho mejor que el boceto inicial, tendía a enfocarse más en corroborar a Supervolcán que a proporcionar una evaluación no tendenciosa de los acontecimientos actuales y de escenarios volcánicos probables.
El Discovery Channel optó por reemplazar a “La verdad sobre Yellowstone“ con su propio documental presentado por Tom Brokaw. En general, el documental estaba bien balanceado, proporcionando tanto lo científico como lo sensacional con una perspectiva apropiada.
Explosiones en los periódicos
“¿Bajo presión?. Es posible que Yellowstone esté a punto de entrar en erupción, dicen los científicos”.
Este titular alarmante captó la atención de muchos lectores en Longmont, Colorado, en diciembre de 2003. En realidad, el artículo asociado del periódico local, el Times Call, era bastante bueno y con la excepción del titular, no mencionaba a ningún científico que pensara que Yellowstone estaba a punto de estallar. Desde entonces, ha aprendido que los que escriben los titulares no siempre se preocupan mucho de que tengan que ver con la historia. Pueden embellecer creativamente la ciencia fundamental sin consecuencias serias, al menos para ellos.
Y éso también fue verdad, en grado limitado, para la amplia cobertura que Yellowstone ha recibido en años recientes por parte de The New York Times, de Los Angeles Times y de CBS News, entre muchos, muchos otros. Los científicos coordinadores Robert Smith, Henry Heasler (el geólogo del parque) y yo mismo hemos hecho entrevistas para docenas de periódicos y revistas (incluyendo a Geotimes), así como para las noticias de la radio y de la televisión, algunas de las cuales fueron certeras y razonables, mientras que otras fueron distorsionadas y sensacionalistas.
En general, los artículos con una investigación más cuidadosa sobre el vulcanismo de Yellowstone fueron escritos por redactores de los periódicos locales en Billings, Montana, Jackson, Wyoming, y otros pueblos cercanos. Esto resultó similar a mi experiencia con el Monte St. Helens en octubre de 2004, donde los periodistas locales eran más propensos a tomarse el tiempo para conseguir una historia correcta.
Cuando se enfrentaron a una letanía de posibles escenarios eruptivos, los reporteros locales que cubrían la noticia del Monte St. Helens se autoeducaron cuidadosamente sobre el volcán, su historia y las técnicas utilizadas para monitorear la actividad volcánica. No desearon sobreestimar el peligro una vez que comprendieron que estaba ocurriendo una erupción efusiva relativamente no peligrosa.
En formar similar, en Yellowstone, los reporteros locales fueron típicamente cuidadosos, mientras que lo se encontraban a mayor distancia del parque veían a menudo que la historia estaba madura como para “centellear”. No creo que sea una coincidencia que una parte muy grande de la prensa hiperbólica provenga del Reino Unido. Al leer muchos artículos de noticias del Reino Unido, no puede evitar el sentir un regocijo no expresado cuando el autor relata el futuro destino fatal que se aproxima a sus hermanos “de más allá del charco”.
Cataclismos en internet
No resulta sorprendente que internet sea la mayor fuente de desinformación sobre el pasado y el presente volcánico de Yellowstone. Hacia mediados de 2003, las revistas noticiosas de internet y las salas de chat habían estallado con especulaciones e inventos sobre los acontecimientos actuales en Yellowstone. Un informe on-line fue armado “a partir de una serie de artículos, mensajes de correo e información oficial”. Incluía perlitas tales como “El lago (de Yellowstone) se encuentra ahora cerrado al público. Está lleno de peces muertos flotando por todas partes. Lo mismo sucede en el Río Yellowstone y en la mayor parte de las otras corrientes de agua del parque”. Más adelante, en el mismo informe se podía leer lo siguiente: “El movimiento del magma ha sido detectado justo a 500 metros debajo de la superficie abultada del terreno de Yellowstone, aumentando las preocupaciones de que este supervolcán entre muy pronto en erupción”.
No es necesario decir que estas afirmaciones no eran verdaderas, y que alguien no realizó un trabajo muy cuidadoso al comprobar la historia, pero eso no impidió la dispersión de informes engañosos por toda la internet. Igualmente, un foro on-line informó que la USGS había enviado en secreto a 200 geólogos a Yellowstone para estudiar “la situación”. ¡Sueño con que la USGS tuviera tal cantidad de recursos!.
La mayoría de los estos artículos se referían en forma genérica a “científicos” que estaban preocupados sobre una u otra cosa. Ninguno de ellos fue jamás mencionado por su nombre, y ciertamente no he conocido jamás a ninguno de estos científicos genéricos, aunque realmente parecían preocupados. Como resultado de estas historias, los entusiastas cayeron sobre nuestros datos en tiempo real sobre la sismicidad, la deformación del suelo y el flujo de las corrientes, en busca de cualquier anomalía que pudiera anticipar una próxima erupción y devastación. Sus elucubraciones probaron ser fascinantes pero disturbadoras, para los científicos de YVO. El viento, los camiones y los móviles para nieve fueron interpretados como temblores, enjambres sísmicos y otros signos de inestabilidad.
Aunque los integrantes de estas salas de chat pueden haben carecido de educación geológica, fueron apasionados. Un foro on-line nos envió una serie de preguntas agudas sobre la forma en que monitoreábamos a Yellowstone. Smith, Heasler y yo respondimos, sabiendo que nuestras palabras serían publicadas en su sitio web. Aunque no estábamos seguros de la idea de responder fuera buena, al final respondimos tan directamente como nos fue posible. Al responder sus preguntas, admitimos que nuestro sistema de monitoreo no podía predecir cierta clase de acontecimientos (por ejemplo, explosiones de vapor o hidrotermales localizadas), que no monitoreamos el flujo de gas o la composición en tiempo real, y que hay muchas cosas que los científicos terrestres todavía no comprendemos.
Nuestra carta fue analizada exhaustivamente por muchos del grupo, algunos de los cuales todavía nos acusaban de ofuscación y evasión. Pronto notamos, sin embargo, un descenso significativo en su preocupación; los mensajes a su sala de chat sobre Yellowstone casi se detuvieron. En general, pienso que les dimos lo que necesitaban, y convertimos a algunos escépticos en admiradores renuentes.
Observaciones y lecciones aprendidas
Mis experiencias durante estos últimos años me han hecho reflexionar sobre el lado público de la ciencia, la información científica y los propios científicos. Antes de mi papel en YVO, había trabajado como un investigador de tiempo completo sobre la geoquímica del magma y sus sistemas hidrotermales asociados. Reconocí que aunque mi investigación había sido relevante para la vulcanología y la geología económica, exploraba objetos demasiado arcanos como para ser de interés para el público. Me enfocaba hacia otros científicos, y cuando los reporteros se aventuraban a mi puerta, me resultaba todo un reto el comunicar la importancia de mi trabajo y mantener al mismo tiempo las cosas simples, técnicamente correctas y apropiadamente justas con el trabajo realizado por otros científicos.
De modo que fue una especie de choque cuando, a pesar de todo lo que yo había hecho como científico investigador, estaba ahora sólidamente ubicado en el rol de la persona indicada para recibir toda suerte de preguntas críticas. ¿Entrará en erupción?. ¿Por qué no?. ¿Cuándo?. ¿Cómo lo sabemos?.
Ha sido una transición fascinante, una que no fue necesariamente deseada, pero que me ha enseñado lecciones útiles para la comunicación de información técnica a un público que realmente se preocupa acerca de qué dicen los científicos, y de cómo lo dicen. Estas lecciones son verdaderas para personas que tratan con los medios en cualquier profesión, y no solamente para las ciencias de la Tierra.
La primera lección es no hablar sobre asuntos sensibles a menos que se haya meditado antes sobre el tema, se lo haya discutido con otros y se haya obtenido alguna respuesta. Afortunadamente, en YVO contamos con tres científicos coordinadores con experiencia variada y que provienen de institutos diferentes, de modo que tenemos chequeos y balances naturales cuando nos comunicamos con el público. Hemos aprendido que resulta crítico el mantener las cosas tan simples como sea posible. Si se está intentando contestar una pregunta, no hay que dar una respuesta que dispare otras dos preguntas. Y si bien puede haber diez formas diferentes de contestar una pregunta técnica, siempre hay una que es más directa y más intuitivamente satisfactoria, y ésa es la que hay que utilizar.
En segundo lugar, hay que decir la verdad y admitir cuando no se sabe algo. Si se dice la verdad tal como uno la ve, habrá muchos que todavía lo califiquen a uno de mentiroso impenitente. Si se intenta esconder algo, seguramente sabrán que sí lo es.
Y por último, no hay que confundir entusiasmo con buena comunicación: puede dar resultado en las escuelas pero no servirá para el New York Times o para los noticieros de la noche. Cuando nos ponemos muy casuales o entusiásticos, nuestras palabras vuelven para acosarnos. Nuestra emoción sobre el conocimiento de los terremotos, volcanes, huracanes e inundaciones puede ser mal interpretada. Los reporteros pueden confundir nuestra reconstrucción de los sucesos pasados con una preedición de acontecimientos futuros. Al final, es eso último lo que aviva su interés.
En última instancia, son los reporteros y los cineastas los que tienen la última palabra. Escriben los artículos y los guiones, eligen las citas y las tomas, y tienen la atención del público. Cuando trabajan duro para obtener los hechos en forma correcta, vale la pena. El drama Supervolcán fue exitoso, en gran parte, porque era auténtico, haciendo la trama más atrapante y la experiencia en general fue más educativa. Cuando se ignora la ciencia, o se la interpreta mal, todos pierden. El reto para nosotros los científicos es confiar tanto en los detalles como en el contexto de nuestro trabajo, de modo que la sociedad pueda comprender que la ciencia es en última instancia una tarea humana; a veces incierta, a menudo compleja, pero siempre emocionante.
“El término “supervolcán” implica una erupción de magnitud 8 en el Índice de Explosividad Volcánica, lo que significa que son expulsados más de 1 000 kilómetros cúbicos de magma (roca parcialmente fundida). El suceso de este tipo más reciente en la historia de la Tierra ocurrió hace 74 000 años en la Caldera de Toba en Sumatra, Indonesia. Entre los ejemplos de volcanes que han producido erupciones muy voluminosas y que han formado grandes calderas en los pasados dos millones de años se cuentan Yellowstone, Long Valley en la California Oriental, Toba en Indonesia y Taupo en Nueva Zelanda. Entre otros supervolcanes se podría incluir a los grandes volcanes de caldera de Japón, Indonesia y Sud América, según la USGS. |
Jake Lowenstern es Científico a Cargo del Observatorio del Volcán de Yellowstone y su base de operaciones se encuentra en la Inspección Geológica de los EE.UU. en Menlo Park, California. El observatorio es una asociación entre el Parque Nacional de Yellowstone, la USGS y el Programa de Peligro Volcánico, la cual opera las redes de monitoreo de sismos y deformación del suelo.
Todos son supuestos. Veremos que ocurre.
ResponderEliminarYo no supondría esos supuestos, ni vería lo que ocurre, sino lo que está ocurriendo...
ResponderEliminarhttp://www.larouchepac.com/node/18530
Eu tamen coido que istos son contos da marineria.
ResponderEliminarOu si non tes que facer a visita a:
http://www.montelouro.es
Los mayas advirtieron del sol y su fuerza en poco tiempo años el agua se acabara la comida escaseara los humanos se comerán entre ellos estallaran revueltas y revueltas nadie parara la guerra en babilonios. Sabes quien organiza la revolución los astros su influencia . el sistema corabora
ResponderEliminarHola,
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