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miércoles, 16 de mayo de 2012
CONFESION: Santo Padre, perdóname porque he pecado...
Santo
Padre, perdóname porque he pecado. He sido soberbio al creer que soy
igual a los poderosos, que mis derechos tienen que ser respetados, y mis
sufrimientos escuchados.
Santo
Padre, perdóname porque he pecado. He creído injustamente que tú,
sentado en el glorioso trono de oro y plata, que representa el poder de
tu iglesia y el título de Papa, que te distingue como representante
divino, tendrías tiempo para mi dolor y mis lágrimas.
Santo
Padre perdóname porque he pecado. Osé desear ser libre en contra de tu
voluntad sabia y justa, creyendo que todos somos iguales ante la mirada
de Dios.
Santo
Padre perdóname porque he pecado. He dudado de mi fe hacia ti, santo
representante del señor, creyendo equívocamente que mi fe era hacia el
creador.
Santo
Padre, perdóname porque he pecado. Pensando que todo tu oro era para
darle de comer a los necesitados, curar a los enfermos, y sanar las
heridas de la carne y el espíritu.
Santo
Padre, perdóname porque he pecado. Dudando de la inquisición, la
evangelización de los salvajes, el apoyo a los dictadores y genocidas,
tu participación en el holocausto y por haber bendecido las armas que en
cada guerra mataron a los que debían, infieles seguidores de la razón y
la libertad.
Santo
Padre, perdóname porque he pecado. Queriendo que los niños no sufran,
que el hambre no exista, que las familias no se destruyan, que la
juventud no se pierda en el alcohol, el sexo y las drogas, dudando de tu
gran bondad y sabiduría al no intervenir en su camino.
Santo
Padre, perdóname porque he pecado. He sido egoísta contigo, al no darte
el... diezmo en las misas, por dárselo a los sucios pecadores, locos e
indigentes que se juntan en la puerta de tus iglesias, pidiendo un
pedazo de pan que no se merecen.
Santo
Padre, perdóname porque he pecado. Por tratar de comprender al prójimo,
tratando de amarlo como a mí mismo, cuando debiera amarte a ti ante
todo, porque eres la piedra de la iglesia y mi representante ante Dios.
Santo
Padre, perdóname porque he pecado. Creyendo que la tierra era de todos,
que tenía derecho a una vivienda, a la educación y la salud por solo
haber nacido en este mundo, olvidándome que te pertenece y que yo no soy
digno de ello.
Santo
Padre, perdóname porque he pecado. Condenando la pedofilia, soberbia e
indiferencia de tus representantes, cuando tu no la condenas por tu gran
amor y comprensión hacia los hábitos y la castidad.
Santo
padre, perdóname porque he pecado. Dudé de ti y de tu iglesia, creyendo
que tus bancos, compañías e instituciones solo eran un negocio para
engordar el bolsillo y el ego de sus miembros a costa de venderles la fe
a tus feligreses, a través del miedo al infierno, con promesas de
salvación eterna.
Santo
padre, hoy me confieso pecador y pido tu perdón y mi penitencia, para
limpiar mi alma ante tus ojos que son los ojos del señor, para nunca más
dudar de tu glorioso reino púrpura y escarlata, los colores de la
sangre de nuestro señor, muerto y crucificado. Amén.
Por Morféo
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