Se ha publicado en los Estados Unidos el
libro "Petrus Romanus: The FINAL Pope Is Here", escrito por Thomas Horn
y Cris Putnam. Se trata de una extensa obra que cruza dos líneas: la
investigación periodística sobre acontecimientos internos de El
Vaticano, y las profecías que se refieren al Papa que habrá de guiar la
Iglesia durante la Gran Tribulación, último Papa de la serie romana.
El título se refiere a una de las
principales profecías respecto a los Papas, la de San Malaquías, obispo
irlandés que tuvo una revelación sobre la sucesión de romanos pontífices
desde Celestino II hasta el último Papa de los tiempos actuales. La
profecía está compuesta de lemas descriptivos correspondientes a cada
uno de esos 112 Papas.
Los lemas pueden referirse a un símbolo
de su país de origen, a su nombre, a su escudo de familia, o a alguna
característica de su pontificado o de su vida.
Los últimos Papas son:
108: "Flos florum" (Flor de las flores) Pablo VI. Su escudo contenía una flor de lis, "flor de las flores".
109: "De medietate Lunae" (De la Media Luna) Juan Pablo I. Nació en la diócesis de Belluno, conocida como de bella luna.
110: "De labore solis" (Del eclipse del sol) Juan Pablo II. El día de su nacimiento y el día de su muerte hubieron eclipses de sol.
111: "Gloria Olivae"
(La gloria del olivo) Benedicto XVI. Tomó su nombre de San Benito. Los
monjes benedictinos, conocidos como olivetanos, tienen ramas de oliva en
su heráldica.
Falta solo uno según la lista:
112: "Petrus Romanus"
(Pedro Romano) Será el último Papa que gobierne la Iglesia desde Roma,
inmediatamente antes de que acontezca el Retorno de Cristo.
El número 112 es del todo particular
pues, a diferencia de los demás, es el único que lleva un párrafo
descriptivo además del lema:
"En la
persecución final contra la Santa Iglesia Romana reinará Pedro Romano,
quien pastoreará a su grey en medio de muchas tribulaciones. Después de
esto, la ciudad de las siete...
colinas será destruida y el Juez justo
volverá para juzgar a su pueblo".
Antes de abordar el contenido del libro "Petrus Romanus" es necesario hacer algunas precisiones. Cuando se habla de "el último Papa"
no significa que nos encontramos ante el fin de la Iglesia o del mundo.
La profecía se mueve dentro del esquema escatológico lacunziano que
estipula, basado en las Escrituras, tres venidas de Cristo: 1) la de
Belén, hace dos mil años; 2) la de su Parusía, retorno glorioso al final
de los siete años de la Gran Tribulación: según San Juan y San Pablo,
Cristo descenderá en el Valle de Armaguedón para derrotar al Anticristo y
a sus ejércitos, y posteriormente llevar a cabo el Juicio a las
Naciones; 3) la del fin del mundo, en el Cielo, para llevar a cabo el
Juicio Universal.
Después de la Parusía y el Juicio a las
Naciones la historia humana continuará en este mundo, si bien totalmente
transformado, en un Reino de Dios en el que habrá paz, justicia y
santidad verdaderas. Cuando Cristo inaugure su reino en el mundo, fruto
social de la Parusía, Roma habrá sido destruida (según San Juan y
coincidiendo con el lema 112 de San Malaquías), y el Papado volverá a
ser ejercido desde Jerusalén, como lo fue en los inicios. Allí comenzará
la serie de Papas jerosolimitanos, de la que a San Malaquías ya no le
fue revelado nada.
También hay que decir, antes de abordar
el punto central del libro, que además de San Malaquías existen otras
muchas profecías sobre el futuro próximo del Papado y de la Iglesia, y
que coinciden con el pontificado de Pedro Romano. De todas ellas podemos
resumir varios elementos:
- Una elección confusa de la que surgen un Papa legítimo y un antipapa.
- Un Papa obligado a salir de Roma en circunstancias calamitosas.
- El antipapa usurpa la Silla de Pedro por la maniobra de una secta masónico-satánica que opera dentro de El Vaticano.
- Un gran cisma para la Iglesia, resultado de esa situación de dos Papas antagónicos.
Algunas de esas profecías:
- San Francisco de Asís: "Habrá un
Papa electo no canónicamente que causará un gran cisma. Se predicarán
diversas formas de pensar que causarán que muchos duden, aún aquellos en
las distintas órdenes religiosas, hasta estar de acuerdo con aquellos
herejes que causarán que mi Iglesia se divida. Entonces habrá tales
disensiones y persecuciones a nivel universal que si esos días no se
acortaran, aún los elegidos se perderían".[1]
- Juan de Vitiguero, en el Siglo XIII: "Cuando el mundo se encuentre perturbado, el Papa cambiará de residencia".
- Juan de Rocapartida, un siglo después: "Al
acercarse el Fin de los Tiempos, el Papa y sus cardenales habrán de
huir de Roma en trágicas consecuencias hacia un lugar donde permanecerán
sin ser reconocidos, y el Papa sufrirá una muerte cruel en el exilio".
- Nicolas de Fluh, en el siglo XV: "El
Papa con sus cardenales tendrá que huir de Roma en situación calamitosa
a un lugar donde serán desconocidos. El Papa morirá de manera atroz
durante su destierro. Los sufrimientos de la Iglesia serán mayores que
cualquier momento histórico previo".
- El venerable Bartolomé Holzhauser, fundador de las sociedades de clérigos seculares en el Siglo XVIII: "Dios
permitirá un gran mal contra su Iglesia: vendrán súbita e
inesperadamente irrumpiendo mientras obispos y sacerdotes estén
durmiendo. Entrarán en Italia y devastarán Roma, quemarán iglesias y
destruirán todo".
- Las palabras de la Virgen reveladas en La Salette a Melania: "Roma perderá la fe, y se convertirá en la sede del Anticristo".[2]
- La revelación recibida por la Madre Elena Aiello, famosa estigmatizada que fuera consultada con frecuencia por el Papa Pio XII: "Italia
será sacudida por una gran revolución (...) Rusia se impondrá sobre las
naciones, de manera especial sobre Italia, y elevará la bandera roja
sobre la cúpula de San Pedro".[3]
- La beata Ana Catalina Emmerick, religiosa Agustina, en 1820: "Vi
una fuerte oposición entre dos Papas, y vi cuan funestas serán las
consecuencias de la falsa iglesia, vi que la Iglesia de Pedro será
socavada por el plan de una secta. Cuando esté cerca el reino del
Anticristo, aparecerá una religión falsa que estará contra la unidad de
Dios y de su Iglesia. Esto causará el cisma más grande que se haya visto
en el mundo".
- Elena Leonardi, asistida espiritual del Padre Pio: "El
Vaticano será invadido por revolucionarios comunistas. Traicionarán al
Papa. Italia sufrirá una gran revuelta y será purificada por una gran
revolución. Rusia marchará sobre Roma y el Papa correrá un grave
peligro".[4]
- Enzo Alocci: "El Papa desaparecerá temporalmente y esto ocurrirá cuando haya una revolución en Italia".[5]
- La Beata Ana María Taigi: "La religión será perseguida y los sacerdotes masacrados. El Santo Padre se verá obligado a salir de Roma".[6]
- La mística María Steiner: "La santa Iglesia será perseguida, Roma estará sin pastor".
- Las revelaciones en Garabandal: "El Papa no podrá estar en Roma, se le perseguirá y tendrá que esconderse".[7]
- Al P. Stefano Gobbi, místico y fundador del Movimiento Mariano Sacerdotal, la Santísima Virgen le reveló: "Las
fuerzas masónicas han entrado a la Iglesia de manera disimulada y
oculta, y han establecido su cuartel general en el mismo lugar donde
vive y trabaja el Vicario de mi Hijo Jesús. Se está realizando cuanto
está contenido en la Tercera parte de mi mensaje, que aún no ha sido
revelado, pero que ya se ha vuelto patente por los mismos sucesos que
estáis viviendo".[8]
- Sor Agnes de Akita: "La obra del
demonio se infiltrará hasta dentro de la Iglesia de tal manera que verán
cardenales contra cardenales, obispos contra obispos".
- Sor Sofía María Gabriel: "Habrán dos Papas rivales y una gran crisis centrada en el papado vaticano, y la Iglesia quedará dividida en dos bandos".
- Cardenal Mario Luigi Ciappi: "La pérdida de la fe en la Iglesia, la apostasía, saldrá de la cúspide de la Iglesia".
- Papa San Pío X: "He tenido una
visión terrible: no sé si seré yo o uno de mis sucesores, pero vi a un
Papa huyendo de Roma entre los cadáveres de sus hermanos. Él se
refugiará incógnito en alguna parte y después de breve tiempo morirá una
muerte cruel".[9]
- Padre Paul Kramer: "El antipapa y
sus colaboradores apóstatas serán, como lo dijo la Hermana Lucía, los
partidarios de Satanás, quienes trabajan para el mal y no tienen miedo
de nada".
- Sor Lucía dos Santos, revelando el Tercer Secreto de Fátima: "Vimos
a un obispo vestido de blanco, que temíamos fuera el Santo Padre, huir
de una ciudad en ruinas, tembloroso y con paso vacilante, apesadumbrado
de dolor y pena, rezando por los cadáveres que encontraba por el camino".
- Cardenal Karol Wojtyla, ante el Congreso Eucarístico de Pennsylvania, en 1977: "Estamos
ante la confrontación histórica más grande que la humanidad haya
tenido. Estamos ante la contienda final entre la Iglesia y la
anti-iglesia, el Evangelio y el anti-evangelio. Esta confrontación
descansa dentro de los planes de la Divina Providencia y es un reto que
la Iglesia entera tiene que aceptar".
En diversas secciones, el libro "Petrus Romanus"
menciona como la masonería iluminista (satánica) logró introducirse
dentro de la Iglesia con el objeto de manipularla, destruyendo su fe,
para poder convertirla en instrumento colaborador del gobierno mundial
que en su momento ejercerá el Anticristo.
Esa tarea de infiltración lleva casi un
siglo, y obedece a la estrategia del Caballo de Troya: introducirse para
destruir desde dentro.
Si bien ya muchos miembros de la
masonería eclesiástica han llegado hasta el nivel de obispos y
cardenales, nunca han podido lograr su objetivo esencial, que es
posicionar como Papa a uno de sus miembros.
La infiltración formal data de 1926
cuando, en Aix-La Chapelle de Aachen, los sacerdotes jesuitas Herman
Gruber y Berteloot se reunieron con los tres eminentes masones Kurt
Reichl, del Consejo Supremo de Austria, Eugen Lenhoff, gran maestre de
la Logia Austriaca, y el doctor H. Ossian Lang, secretario general de la
Gran Logia de Nueva York.
Posteriormente, en 1937, los dignatarios
del Consejo Supremo de Francia emprendieron, con el cabalista Oswald
Wirth y con el gran maestro grado 33 Albert Lantoine, del Supremo
Consejo Escocés, la tarea explícita de propiciar el acercamiento entre
sacerdotes católicos y la corriente espiritualista de la masonería
negra. Participaban, entre otros, los sacerdotes Gruber y Mukermann.
Todos coincidían en el empeño por crear un "socialismo cristiano global" vinculado al Marxismo.
El libro "Petrus Romanus"
recuerda el caso significativo de un cardenal adherido a la masonería
que estuvo a punto de llegar a ser Papa, el Cardenal Mariano Rampola.
A la muerte del Papa León XIII, todos
daban por segura la elección del cardenal Mariano Rampolla, Secretario
de Estado, como sucesor al trono pontificio. Sin embargo, durante el
cónclave, el cardenal metropolitano de Cracovia marcó el alto mediante
un telegrama de Su Majestad Franz Josef, del imperio Austro-Húngaro
vetando esa nominación. Años después se supo que la objeción se debió a
la notificación de que Rampolla pertenecía a la Gran Logia del Ordo
Templis Orienti, en la que había sido iniciado en Suiza, llegando a
escalar hasta el grado de Gran Maestro.
El libro también menciona el extraño
caso del cardenal Giuseppe Siri mencionando que él ganó la mayoría de
votos en los cónclaves de 1958 y 1963 pero, por presiones
incomprensibles de la masonería, rechazó asumir el papado. Se cita la
respuesta de Siri cuando veinte años después se le preguntó si era
cierto que en ambos cónclaves él había sido inicialmente electo: "Estoy
obligado al secreto. Ese secreto es horrible. Podría escribir libros
acerca de lo que sucedió en esos cónclaves. Cosas verdaderamente serias
acontecieron, pero no puedo decir nada"[10]
En Petrus Romanus se narra un
acontecimiento que ya había sido dado a conocer en 1998 por el Padre
Malachi Martin, la entronización de Satanás dentro de El Vaticano. Pero
el libro lo relaciona con el tema de los Papas al subrayar que en esa
misa negra fue consagrado a Satanás el sacerdote que habrá de ser el
último Papa (antipapa) coincidiendo con Pedro Romano.
En efecto, en su libro "Windswept House"
(Casa Azotada por el Viento), Malachi Martin (q.e.p.d.), sacerdote
irlandés jesuita, cultísimo, gran teólogo, exorcista por 30 años y
experto en Iglesia Católica, secretario del Cardenal Bea y consultor de
varios Papas, dio a conocer que apenas electo Paulo VI se llevó a cabo,
el 29 de junio de 1963, en la Capilla Paulina de El Vaticano, un ritual
satánico en el que se entronizó a Satanás, y en el que participaron
varios cardenales y obispos.[11]
Según Martin, se estaba cumpliendo una profecía del satanismo que anunciaba el comienzo de la "Era de Satanás dentro de El Vaticano"
cuando un Papa tomara el nombre de Paulo. El último había sido Paulo V,
Camilo Borghese, muerto en 1621. Montini fue electo el 21 de junio de
1963, y a los ocho días se llevó a cabo el ritual satánico, entre la
noche del 28 y del 29. Se invocó a Satanás, afirman Horn y Putnam,
siguiendo a Martin, no solo para entronizar a Satanás, sino para que
éste invistiera con su poder a un joven sacerdote destinado a ser el
antipapa que será el coincidente con Pedro Romano.
Se combinaron dos rituales que se
llevaron a cabo simultáneamente, en El Vaticano, que fue incruento, y
otro en una iglesia parroquial en Charleston, Carolina del Sur, que fue
sangriento, los dos intercomunicados telefónicamente. Según Martin, el
ritual en Charleston incluyó la violencia sexual contra un niño, en
primer lugar drogado y abusado, y posteriormente sacrificado. A partir
de esa misa negra simultánea comenzó a difundirse el abuso sexual de
menores por parte de sacerdotes, así como otra serie de actos
homosexuales y satánicos entre miembros del clero.
En otro 29 de junio, pero de 1972, el Papa Paulo VI admitió públicamente con amargura: "El humo de Satanás se ha introducido por las grietas de la Iglesia", refiriéndose sobre todo a la desacralización que se estaba llevando a cabo en la liturgia.
La Capilla Paulina, donde se llevó a
cabo el ritual satánico, fue clausurada, y se reabrió en junio de 2009
cuando, después de haber sido restaurada, el Papa Benedicto XVI la
volvió a consagrar a Dios.
El Padre Gabriele Amorth, experto exorcista y autor del libro "Habla un Exorcista" coincide con todo lo anterior y añade: "En El Vaticano hay cultos satánicos. No se ven, pero están en el mismo centro de la Cristiandad".
El hecho es que a partir de los años
sesenta y posteriormente al Concilio Vaticano II, comenzó a fraguarse un
cisma dentro de la Iglesia. Clérigos comenzaron a realizar todo tipo de
cambios en la liturgia y en la disciplina, hasta llegar a nuestros días
en que se promueve la abierta rebeldía contra el Papa y se presiona
para que éste derogue el celibato sacerdotal, acepte los métodos
anticonceptivos y abra las puertas al sacerdocio de la mujer y al
gobierno colegiado de los obispos.
Pero ese cisma de la Iglesia, que hoy es
soterrado, llegará a cristalizarse y a hacerse público, el día en que
Pedro Romano ascienda al trono y un antipapa reclame el pontificado con
un grupo de cardenales y obispos. Volvamos a la profecía de la beata Ana
Catalina Emmerick, religiosa Agustina: "Vi una fuerte oposición
entre dos Papas, y vi cuan funestas serán las consecuencias de la falsa
iglesia, vi que la Iglesia de Pedro será socavada por el plan de una
secta".
En la historia de la Iglesia han habido
38 antipapas, es decir, Papas que han ejercido ilegítimamente el
pontificado por una elección irregular. Pero la gravedad del antipapa
que será reinante con Pedro Romano es del todo singular, pues es la
primera vez que se da como infiltración de una secta masónico-satánica, y
porque atacará directamente la doctrina con el fin de que la Iglesia
sea puesta al servicio del gobierno mundial del Anticristo.
Dice el Catecismo de la Iglesia Católica, en su número 675: "Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes". Y en el número 677 especifica: "La
Iglesia sólo entrará en la gloria del reino a través de esta última
Pascua en la que seguirá a su Señor en su muerte y su Resurrección".
El libro menciona la predicción de
Ronald Conte con relación al Papa Pedro Romano. Ronald L. Conte Jr. es
teólogo, traductor de la Biblia, escritor experto en Iglesia Católica y
en escatología. En el año 2002, Conte predijo correctamente que el Papa
después de Juan Pablo II tomaría el nombre de Benedicto XVI.
Ahora en cambio, Conte afirma que el próximo Papa, al que tocará el lema de "Petrus Romanus", llevará el nombre de Pío XIII.[12]
Conte escribe que el nombre de Pío está asociado históricamente a Papas
que han enfatizado la autoridad doctrinal y disciplinar de la Iglesia, y
sostiene que el Cardenal Francis Arinze reúne esa cualidad. Y añade: "Durante
el reino del Papa Pedro Romano comenzará la gran apostasía, y este Papa
marcará la primera parte de la Gran Tribulación".
Sin embargo, en su libro "Petrus
Romanus", Horn y Putnam evitan casarse con la premonición de Ronald
Conte respecto a Pío XIII, y señalan también como posible Papa bajo el
lema "Pedro Romano" a los cardenales Peter Turkson, Angelo Scola y otros "papables"
que bien pueden caer bajo la figura de un Papa que, en medio de la
apostasía, defenderá la doctrina y la supremacía y disciplina de la
Iglesia Católica.
El libro, apoyado por 722 notas, ofrece
un buen acercamiento para conocer la historia de la Iglesia y de los
Papas, así como aspectos doctrinales esenciales. También para adentrarse
en el tema de la infiltración de la masonería satánica en la Iglesia,
comprender el contenido de la segunda parte del Tercer Secreto de
Fátima, y tratar de visualizar lo que será un acontecimiento próximo: el
último cónclave.
[1] Culleton, Gerald, El Reino del Anticristo.
[2] El secreto de La Salette fue publicado en 1879 con permiso del Obispo de Lecce, Italia.
[3] Adams-Bonicelli, Alerta Humanidad, Madrid 1974.
[4] Adams-Bonicelli, Op. Cit. P. 204.
[5] Idem, p. 177.
[6] López Padilla, La Traición a Juan Pablo II, México, p. 180.
[7] The Workers of Our Lady of Mount Carmel, Nueva York,
[8] A los Sacerdotes, 20 Ed, España, p. 331.
[9] Thompson, Damian, Das Ende der Zeiten, Hildesheim, 1997, p. 240. Y Vacquié, Jean, Benedictions et Maledicions, Paris, 1987.
[10] Malachi Martin, "The keys of this blood", NY, Touchstone 1991, 607).
[11] Entre los participantes, Martin
menciona al Cardenal Villot, al Cardenal Casaroli, a diversos obispos,
sacerdotes y laicos, así como un embajador luterano de Prusia.
[12] Conte, Ronald, "The future and the Popes", Catholic Planet, 2004.
Ya han identificado al último papa, se llama Prieto Bertone.
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