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jueves, 4 de diciembre de 2014

LA VERDADERA MARIA MAGDALENA Y EL EVANGELIO APÓCRIFO DE MARÍA

La verdadera María Magdalena – y el evangelio apócrifo de María

     
Durante más de 1800 años la Iglesia Católica  ha divulgado una imagen de María Magdalena que no correspondía con la realidad, ha ultrajado su nombre, nos ha mentido deliberadamente al alimentar una  imagen distorsionada y vejatoria de María Magdalena, y lo que es más grave, ha tolerado durante cientos de años  que la comunidad cristiana mantuviese la creencia falsa de la vulgar prostituta arrepentida en contra de las enseñanzas que Jesús nos ofreció.       
Por un momento, deténganse a pensar  en el sentimiento que tendría Jesús si supiese que su iglesia no sólo no reconoce a una persona tan querida por él como fue María Magdalena, sino, que para desacreditarla y pos de unos intereses la impusiera  un rol jamás reflejado en las escrituras.       
No obstante la Iglesia Católica en 1969 reconoció fugazmente la injuria sobre María Magdalena e intentó rectificar retirando el apelativo de penitente de su Santo, pero claro, no se realizó con  la fuerza  suficiente, ya que esta visón de mujer pecadora se siguió popularizando en muchas de sus diócesis años después de la enmienda, siendo a día de hoy   predominante para muchos católicos.       
  • ¿Pero por qué se dice que fue prostituta?
  • ¿Qué se dice de María Magdalena en el Nuevo Testamento?
  • ¿Y qué se dice en los textos apócrifos?
  • El evangelio apócrifo de María
  • ¿Pero entonces por qué se distorsionó tanto su imagen?
¿Pero por qué se dice que fue prostituta?       
Aunque tengamos otra ida muy distinta, en la Biblia nunca se menciona a María Magdalena  como prostituta, ni tan siquiera,  se menciona que alguna María lo fuera,  pero no por ello se dejó de confeccionar un falso  pasado  a partir de débiles razonamientos bíblicos e históricos de aquella época.       
 
Según se ha investigado, el nombre de María Magdalena  parece provenir de “María la de Magdala”,  nombre  arameo de la ciudad  de origen de  Magdalena, identificada  a su vez con la ciudad pesquera de Migdal Nunnaya del Talmud.       
A partir del anterior precepto y del  texto judío sobre la ciudad de Magdala  “Lamentaciones, que se narra el juicio de Dios y la destrucción de la ciudad por considerarse ciudad de paganismo y fornicación, se establece un paralelismo entre ambos hechos, que unido...

la interpretación del evangelio de Lucas 8:2-4, otorgan finalmente  el rol pecadora a María Magdalena.       
De hecho, la existencia de burdeles por todo el mediterráneo estaba contrastada, y Galilea no debía ser ninguna excepción, pero claro, de ahí, a otorgar tal rol a María por considerarse  que al vivir en aquel lugar pudo ejercer la prostitución, no deja de ser una suposición injuriosa.       
Como hemos mencionado antes, a partir de evangelio de Lucas 8:1-4, el Papa Gregorio I realiza una solemne proclamación en la Basílica  de San Clemente en el siglo VI, manifestando que los 7 demonios que poseyeron a María representaban todos los pecados del hombre, entre ellos la fornicación.       
 
8:1 Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él,        
8:2 y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios       
(Texto  completo al final del artículo. Lucas 8:1-4 Los siete demonios de María)       
Igualmente, otro evangelio utilizado para dar coexistencia a su proclama, es el evangelio de Lucas 7:36-50, en el que se  hace referencia únicamente a una María pecadora. Pero ello no es problema para atribuirle sin más que este pasaje a María Magdalena y por lo tanto conferirle el rol de pecadora. Pero se continuó rizando el rizo, y sin ninguna referencia bíblica e histórica se decidió que tal pecado no fuese otro que la prostitución. Sí, un cúmulo de despropósitos.       
7:36 Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa.        
7:37 Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume;        
7:38 y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.       
7:39 Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora.        
7:40 Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro…        
 (Texto  completo al final del artículo. Lucas 7:36-50 – Unción a Cristo por  María la pecadora)       
  Y así,  sin más se convierte en María Magdalena en la prostituta arrepentida       
¿Qué se dice de María Magdalena en el Nuevo Testamento?      
Si se estudia bien la Biblia, María Magdalena aparece nombrada en los acontecimientos más importantes de la vida de  Jesús, y tras su muerte adopta un papel protagonista. Aparece en la Crucifixión, en el Entierro y es parte fundamental de la Resurrección, ¿casualidad?, no, pero sí difícil de explicar si no hubiese sido  alguien muy importante en la vida de Jesús. A pesar de ello, no se indica en ninguna parte de  La Biblia que relación tenían entre ambos, al menos en estos escritos  canónicos, aunque también es verdad que el Nuevo Testamento ha pasado por muchos procesos de edición y  traducción, donde quizás se han manipulado datos importantes sobre María Magdalena.      
      
Crucifixión        
María Magdalena junto con otras mujeres estuvo presente en la crucifixión, a diferencia del resto de discípulos, tal vez éstos ahuyentados por el miedo o inhabilitados para presenciar su muerte. Fuera como fuese, aquellas mujeres se convirtieron en los testigos del pasaje más importante de la cristiandad.       
Marcos 15:45-47       
15:45 E informado por el centurión, dio el cuerpo a José…        
15:46 …el cual compró una sábana, y quitándolo, lo envolvió en la sábana, y lo puso en un sepulcro que estaba cavado en una peña, e hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro.       
15:47 Y María Magdalena y María madre de José miraban dónde lo ponían.       
Mateo 27:55-56         
27:55 Estaban allí muchas mujeres mirando de lejos, las cuales habían seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndole,        
 27:56 entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.       
Juan 19:25       
19:25 Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena
 .       
 Resurrección       
María Magdalena se convirtió en uno de los personajes principales tras la crucifixión, velándole en su  tumba, y presenciando el milagro de la Resurrección.       
Mateo 28:1-5       
28:1 Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro.       
 28:2 Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y…        
Juan 20:1-2       
20:1 El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro.       
20:2 Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.       
 20:18 Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que  había visto al Señor, y que él le había dicho estas cosas   
  Marcos 16:1-5       
16:1 Cuando pasó el día de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirle.       
16:2 Y muy de mañana, el primer día de la semana, vinieron al sepulcro, ya salido el sol.        
16:3 Pero decían entre sí: ¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?        
16:4 Pero cuando miraron, vieron removida la piedra, que era muy grande.        
16:5 Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron.        
Lucas 24:1-10       
24:6 No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea,       
24:7 diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día.        
24:8 Entonces ellas se acordaron de sus palabras,        
24:9 y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los demás.        
24:10 Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles.        
¿Y qué se dice en los textos apócrifos?       
 
Ante de todo recordemos que los evangelios apócrifos son aquellos  escritos sobre la vida de Jesús descartados y prohibidos por la ortodoxia católica, entre ellos  los textos gnósticos de Felipe y Tomás, encontrados en Nag Hammdi, y que mencionan a   María Magdalena como un discípulo muy importante de Jesús.       
Evangelio de Felipe: María Magdalena parte como una figura clave en la vida de Jesús, tanto, que se la considera la compañera más cercana del Salvador. A pesar de que el texto aparece incompleto y que existe, párrafos y palabras no recuperables, existe un pasaje que se ha podido reconstruir,  en el que se narra extraordinariamente la relación entre.       
“Una mujer que no ha dado luz a sus hijos puede volverse la madre de los ángeles. Tal era la compañera del Hijo, María  Magdalena. El la amaba”, lamentable, parte del texto que a continuación completaba la frase quedó carcomido por hormigas del desierto, pero que pudo reconstruirse a partir del texto de la página siguiente “los discípulos preguntaron al Salvador por qué amaba a María Magdalena más que a ellos”, restaurándose aproximadamente en la siguiente  frase:       
 …Tal era la compañera del Hijo, María Magdalena. El la amaba más que a los otros discípulos        
Reconstruida la anterior frase, las siguientes palabras que se podían leer en el texto constituían la certificación definitiva de una relación más importante y casi intima entre María Magdalena y Jesús, “y el la beso en la…” y nuevamente el hueco en la palabra clave, vacío que ha sido objeto de mucha especulación, ya que no se desvela donde la beso exactamente pero lo más probable y basándose en la gramática copta  y la longitud del espacio que falta, la palabra clave podría coincidir con la “boca”, por lo que la frase completa quedaría restaurada en:       
“y el la beso en la boca”       
No obstante y aunque la palabra clave sea ésta, la frase no se debe contemplar como un pasaje carnal, sino más bien y como apuntan muchos investigadores como una escena de  trasmisión divina del conocimiento, en el que el “beso” se convierte en un símbolo intimo de  enseñanza.       
Independientemente del significado de ese beso, ya sea carnal o de conocimiento, en la boca o en cualquier otra parte del cuerpo, queda innegablemente certificado la existencia de una relación especial y  extraordinaria entre ambos.       
Igualmente, del evangelio se desprende que María Magdalena recibió enseñanzas privadas de Jesús, por lo que pudo acceder a doctrinas que el resto de discípulos nunca escucharon,  ¿por qué?, ¿quizás  la confianza que tenía en ella era mayor que con el resto?, o  tal vez con ella tuvo un mayor grado de entendimiento. Según los textos, esta última hipótesis parece la más probable, ya que en ellos Magdalena  no aparece únicamente como el discípulo al que Jesús más amaba, sino como una figura simbólica de la sabiduría celestial.       
Tres (eran las que) caminaban continuamente con el Señor: su madre María, la hermana de ésta y Magdalena, a quien se designa como su compañera. María es, en efecto, su hermana, su madre y su compañera.       
En este último párrafo Felipe indica que María Magdalena era su “compañera”, término que en aquel tiempo tendía a  utilizarse para designar a la compañera sentimental o comprometida, por lo que también queda abierta esta posibilidad.       
Evangelio de Tomás: Se trata de un compendio de 114 dichos coptos atribuibles la mayor parte a Jesús. Tan sólo en un par de ellos aparece mencionada María Magdalena        
21 Dijo María a Jesús: ¿A qué se parecen tus discípulos?. Él respondió: Se parecen a unos muchachos que se han acomodado en una parcela ajena. Cuando se presenten los dueños del terreno les dirán: Devolvednos nuestra finca. Ellos se sienten desnudos en su presencia al tener que dejarla y devolvérsela. Por eso os digo: Si el dueño de la casa se entera de que va a venir el ladrón, se pondrá a vigilar antes de que llegue y no permitirá que éste penetre en la casa de su propiedad y se lleve su ajuar. Así, pues, vosotros estad también alerta ante el mundo, ceñid vuestros lomos con fortaleza para que los ladrones encuentren cerrado el paso hasta vosotros; pues si no darán con la recompensa  que vosotros esperáis. ¡Ojalá surja de entre vosotros un hombre sabio que —cuando la cosecha hubiere madurado— venga rápidamente con la hoz en la mano y la siegue! El que tenga oídos para oír, que oiga.       
Quizás en el último párrafo “Ojalá surja de entre vosotros un hombre sabio…”, ¿se estaba refiriendo a ella?, no lo sabemos pero no sería descabellada la idea.       
114 Simón Pedro les dijo: ¡Qué se aleje María de nosotros!, pues las mujeres no son dignas de la vida. Dijo Jesús: Mira, yo me encargaré de hacerla macho, de manera que también ella se convierta en un espíritu viviente, idéntico a vosotros los hombres: pues toda mujer que se haga varón, entrará en el reino del cielo.       
El evangelio apócrifo de María       
En 1896 un investigador alemán halló en El Cairo un antiguo papiro escrito en copto, una antigua lengua del Egipto cristiano basada en el alfabeto griego. A pesar de los orígenes  misteriosos de este manuscrito, se cuenta que apareció en  un  nicho de la población de Akhmim al norte de Egipto, ciudad, que fue hogar de una comunidad cristiana perseguida durante los primeros siglos. Posteriormente, dos fragmentos griegos del siglo III se hallaron en Oxyrhynchus, junto con fracciones del Evangelio de Tomás.       
La primera traducción no llegó hasta 1955, y en ella se desvela mayoritariamente acontecimientos posteriores a la  resurrección de Jesús. La primera mención a María se inicia después de la muerte de Mesías, cuando las dudas y el miedo a proclamar el evangelio se apodera de los apóstoles.
        
Ellos, sin embargo, estaban entristecidos y lloraban amargamente diciendo: ¿Cómo iremos hacia los gentiles y predicaremos el evangelio del reino del hijo del hombre? Si no han tenido con él ninguna consideración, ¿cómo la tendrán con nosotros?        
Entonces María se levantó, los saludó a todos y dijo a sus hermanos: No lloréis y no os entristezcáis; no vaciléis más, pues su gracia descenderá sobre todos vosotros y os protegerá. Antes bien, alabemos su grandeza, pues nos ha preparado y nos ha hecho hombres. Dicho esto, María convirtió sus corazones al bien y comenzaron a proclamar  las palabras del Salvador.        
Pedro dijo: María, hermana, nosotros sabemos que el Salvador te apreciaba más que a las demás mujeres. Danos cuenta de las palabras del Salvador que recuerdes, que tú conoces y nosotros no, que nosotros no hemos escuchado. María respondió diciendo: Lo que está escondido para vosotros os lo anunciaré.        
María relata la visión que tuvo de Jesús, les habla del desarrollo espiritual y de la ascensión del alma, pero ello turba el entendimiento de Andrés, al que le parece muy extraño que estás enseñanzas sólo se las haya transmitido a ella.       
Después de decir todo esto, María permaneció en silencio, dado que el Salvador había hablado con ella hasta aquí. Entonces, Andrés habló y dijo a los hermanos: Decid lo que os parece acerca de lo que ha dicho. Yo, por mi parte, no creo que el Salvador haya dicho estas cosas. Estas doctrinas son bien extrañas.       
Y  Pedro, que ya comenzaba a ver en María un rival  en el liderazgo del grupo, arremetió contra ella:        
Pedro respondió hablando de los mismos temas y les interrogó acerca del Salvador: ¿Ha hablado con una mujer sin que lo sepamos, y no manifiestamente, de modo que todos debamos volvernos y escucharla? ¿Es que la ha preferido a nosotros?. Entonces María se echó a llorar y dijo a Pedro: Pedro, hermano mío, ¿qué piensas? ¿Supones acaso que yo he reflexionado estas cosas por mí misma o que miento respecto al Salvador?        
Leví, más conocido como Mateo, defiende a María       
Entonces Leví habló y dijo a Pedro: Pedro, siempre fuiste impulsivo. Ahora te veo ejercitándote contra una mujer como si fuera un adversario. Sin embargo, si el Salvador la hizo digna, ¿quién eres tú para rechazarla? Bien cierto es que el Salvador la conoce perfectamente; por esto la amó más que a nosotros. Más bien, pues, avergoncémonos y revistámonos del hombre perfecto, partamos tal como nos lo ordenó y prediquemos el evangelio, sin establecer otro precepto ni otra ley fuera de lo que dijo el Salvador».        
Luego que Leví hubo dicho estas palabras, se pusieron en camino para anunciar y predicar       
Pero uno de los aspectos fascinantes de este evangelio  es que nos obliga a replantearnos la historia del cristianismo. ¿Entendieron todos los discípulos a Jesús?, ¿Le comprendieron y predicaron realmente la verdad?       
Tal vez el evangelio de María es demasiado contundente al presentar a María Magdalena como la maestra y guía espiritual de los demás apóstoles, o tal vez no. Sin duda, fue algo más que una seguidora de Jesús,  probablemente fue su compañera más querida   y líder del movimiento.       
¿Pero entonces por qué se distorsionó tanto su imagen?       
A pesar que el evangelio no fue escrito por ella, sí se tiende a especular con razonamientos lógicos que la clave del mismo reside en que fue escrito por otra mujer.       
Los orígenes de las primeras iglesias cristianas se encuentran en las propias casas de los seguidores, feudo por antonomasia de las mujeres, y que les garantizó un papel predominante dentro de la comunidad. Allí, los amigos, familias y partidarios del movimiento  se reunían en torno a la celebración de la comida para aprender y escuchar el evangelio.       
Y así, las mujeres adquirieron toda clase de roles en las comunidades cristianas, fueron amas de casa, apóstoles, maestras,  cabezas de familia y hasta profetas, tal y como se atestigua en la carta de Pablo a los Corintios.       
Sin embargo ya en el siglo II y III empezaron a surgir diferencias entre los grupos liderados por mujeres y hombres, tal y como ocurrió con María Magdalena  y Pedro, prototipos cristianos de la figura  femenina y masculina respectivamente, y que quedaron reflejados en gran cantidad de textos del Nuevo Testamento y documentos   cristianos  del primer periodo.       
Y siglo a siglo, y a medida que  la iglesia se fue institucionalizando fueron prescindiendo de las lideres femeninas hasta expulsarlas totalmente de los roles significativos de la comunidad,  llegándose a considerar herejía allá por el siglo IV y V el simple hecho que las mujeres ejercieran un liderazgo público, negándoselas por ley a que pudiesen ser nombradas cargos eclesiásticos de relevancia. La mujer por fin había sido relegada y acallada.       
Por lo tanto, es fácil entender desde este punto de vista de la comunidad católica que María Magdalena resultase un verdadero problema, al poder utilizarse su figura  para reclamar y validar el liderazgo de la mujer en la iglesia. Por lo tanto, esta imagen de María Magdalena no resultaba popular entre los líderes masculinos de la creciente iglesia romana, y así la compañera más querida de Jesús iba a experimentar su caída y su lapidación histórica.       
Pero no podían hacer que María Magdalena desapareciera definitivamente de la vida de Jesús,  ésta aparecía como  seguidora de Jesús en los cuatro evangelios canónicos de La Biblia y era nombrada en sus  textos más importantes, por lo tanto se tenía que encontrar otro papel para ella. Una historia alternativa, una falsa que la ocultara y la hiciera pasar desapercibida.       
Y de esta manera, manipulando ciertas interpretaciones de los evangelios y atribuyendo un pecado que nunca se indicó explícitamente en el nuevo Testamento, se convierte a María Magdalena en la prostituta arrepentida salvada por Jesús.       
Sin duda alguna, en aquella época la mejor forma de denigrar y destruir a una líder femenina  era atribuirle conductas sexuales inapropiadas o la prostitución, por lo que el objetivo estaba claro y cumplido.       
Ahora tan sólo le  restaba a la iglesia cristiana limitar la doctrina religiosa a La Biblia, por lo tanto, era primordial deshacerse de todas las ideas no ortodoxas que no comulgasen con su canon, y así, los documentos que podían convertirse en un gran problema como los de  de Nag Hammdi y el evangelio de María entre otros muchos, fueron desapareciendo.       
QUIZÁS,  como reclaman muchos investigadores es el momento de revisar el legado histórico de María Magdalena, de ubicarla correctamente en la historia del cristianismo y hallar si fue ella la verdadera líder que sacó adelante dicho movimiento y sobre todo, liberarla de las mentiras y calumnias vertidas sobre ella, aunque tantos siglos de campaña en contra de María Magdalena  hacen casi imposible reclamar la verdad…       
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Evangelios      
Lucas 7:36-50 (María la pecadora – unción de los pies de Cristo, por una  “pecadora”)       
7:36 Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa.       
 7:37 Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume        
7:38 y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.        
 7:39 Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora        
7:40 Entonces respondiendo Jesús, le dijo:Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro.        
7:41 Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta;        
7:42 y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más?        
7:43 Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado.        
7:44 Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos.        
 7:45 No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies.        
7:46 No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies.        
 7:47 Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama.        
7:48 Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados.        
7:49 Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona pecados?        
7:50 Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, marcha en paz.       
Lucas 8:1-4 María Magdalena y los 7 demonios       
8:1 Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él,        
8:2 y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios,        
8:3 Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes.       
8:4 Juntándose una gran multitud, y los que de cada ciudad venían a él, les dijo por parábola:     
Autor : Ivan Montoya

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