Nuestro incalificable expresidente del gobierno José María Aznar, como buen católico que es, ha decidido usar la estrategia que con tan buenos resultado lleva practicando su querida santa madre iglesia desde hace siglos: darnos lecciones de ética cuando es el macho alfa de la podredumbre que asola esta nación.
"La corrupción siempre menoscaba la democracia y debe ser atajada decididamente en cualquier circunstancia. Aplicar la ley y exigir responsabilidades es muy importante."
Bien haría este señor en mantenerse calladito y prepararse para lo peor, puesto que cualquier día de estos algún juez diligente lo mismo encuentra su nombre en la lista de Bárcenas o en cualquier otro de los innumerables chanchullos que se destapan constantemente y que están descabezando a toda la cúpula de su partido.
¿O es a estas alturas alguien puede pensar ni siquiera por un momento que este dictadorzuelo del tres al cuarto, que hacía y deshacía en el PP a su antojo y que impedía que nadie respirara sin su consentimiento, era el único que no sólo no se enriqueció saqueando las arcas públicas sino que además no se enteró de nada como ahora nos cuenta con su habitual desfachatez la lideresa Aguirre? ¿se cree este señor que somos oligofrénicos profundos?
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