A lo largo de la Historia conocida, siempre han existido objetos sagrados deseados por los distintos pueblos, sobre todo aquellos que supuestamente confieren poderes especiales a sus poseedores, quizás el más conocido de ellos por las gentes, por su carácter romántico y épico, sea la famosa espada EXCALIBUR, de la leyenda del Rey Arturo, que solo el más “puro” de los hombres, solo “el Elegido”, podía extraer de la piedra donde estaba incrustada y con ella, forjar un “Nuevo Reino”, donde todos los hombres y mujeres podrían vivir en Paz, Libertad y Justicia.
Sin duda el más codiciado de los objetos sagrados y buscado por todos, es el ARCA DE LA ALIANZA, llamada por los judíos Arón HaBerit, el Arca de Dios, Urna Sagrada, Arca de la Ley, nombrada más de 200 veces en la Biblia y descrita en el Antiguo Testamento en el capitulo 25 del Éxodo, titulado:
“El Arca del Conocimiento”.
El Arca estaba en el Templo de Jerusalén, dentro del Tabernáculo, en el recinto más sagrado, en el "Sancta Sanctorum" .
Según diversas fuentes, este arcón de madera de acacia y revestido de planchas de oro puro, contenían en épocas de...
Moisés, el Testimonio, es decir las Lujot HaBerit, las Tablas de la Ley, las primeras rotas por Moisés y las segundas de piedra tallada.
También contenía el primer rollo de laToráh, el original escrito por Moisés por orden de Yahvé. Estaban también en el Kodesh HaKodashim, el bastón de Moisés y la vara de Aarón, un jarro conteniendo una muestra de Man maná, otro jarro con shemen hamishja, aceite de unción y en épocas de los Jueces se añadieron los presentes que los filisteos ofrecieron, como al poder inmenso que provenía del Arón.
La última mención del Arca en el Antiguo Testamento es en el capitulo 2 del II Libro de los Macabeos, donde el profeta Jeremías esconde el Arca y la Máquina de Mana en el Monte Nebo en el año 585 A.C. Después de eso la Biblia no dice nada más, y en ninguna parte de ella, podremos encontramos ningún rastro.
Así lo narra la Biblia en el Antiguo Testamento:
2: 4 Se decía en el escrito cómo el profeta, advertido por un oráculo, mandó llevar con él la Carpa y el Arca, y cómo partió hacia la montaña donde Moisés había subido para contemplar la herencia de Dios...
2:5 Al llegar, Jeremías encontró una caverna: allí introdujo la Carpa, el Arca y el altar del incienso y clausuró la entrada.
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