varios textos egipcios, datados entre el siglo XIV-XIII a.c. , aunque, y esto es significativo, nunca en propia relación con los hebreos, mas si vinculándolo con el topónimo “S’rr”, el supuesto “Seir” de los escritos bíblicos. Éstos textos, correspondientes a los reinados de Amenophis III y Ramsés II, hablarían de una región denominada “‘Yahu’/YHW en la tierra de los beduinos shashu” (Weippert, 1974, Hermann, 1967, H.W. Fairman, 1939) . Aunque, por otro lado, decir que el término “Yahū”, ya como alternativa a Yahweh, volverá a aparecer en papiros y otros documentos de una colonia hebrea en la egipcia isla de Elefantina en los siglos V-IV a.c., lo que en definitiva, y en contra de otras posibles explicaciones, no hace mas que indicar una relación entre el dios y una determinada zona geográfica, lo que es de usual significancia semita.
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domingo, 19 de octubre de 2014
El tetragramatón YHWH. Una conjetura sobre el origen de la religión yahwista
«En ese día, cantaron entonces Devorah y Barak Ben Avinoam, diciendo: ¡Barachu/Bendito Hashem, que el poderío de Yisroel aparezca inabordable, para que la población voluntariamente no ofrezca resistencia! ¡Escuchad, oh Melachim/Espíritus Ancestrales (mensajeros)! , ¡Escuchad, oh rozenim/príncipes (ancestros)!, ¡Yo, cuando yo, alabe a Hashem, yo estaré cantando al Hashem Elohei Yisroel/ dios de Israel! ¡Hashem, cuando tú dejaste Seir, cuando tú abandonaste el Shadeh/país de Edom, tembló la Eretz/Tierra, los Hashomayim/Cielos se desbordaron, (y) las nubes también derramaron mayim /agua! ¡La Montaña se estremeció ante la presencia de Hashem, ése Sinai anterior al Hashem Elohei Yisroel!
Jueces 5: 1-5 Biblia Ortodoxa Hebrea
Éste pasaje bíblico, que tal vez pueda parecer oscuro, nos relata, fundamentalmente, el canto de alabanza a Hashem de la cuarta jueza del Antiguo Testamento, y del general Barak, con posterioridad al asesinato en sus aposentos de Sisra, jefe de las fuerzas kena’ani, y la consecuente rendición de la población asediada. En principio, éste texto podría ser considerado como un pasaje más de la épica hebrea en la conquista de la “Tierra Prometida”, pero sin profundizamos un poco, es posible que su lectura nos facilite alguna adicional información. Una referencia añadida al texto anterior:
«Y esta es la berakhah/bienaventuranza con la que Moshe el Ish HaElohim/Enviado de Dios bendijo a los Bnei Yisrael/ Hijos de Israel antes de su muerte, diciendo: Hashem vino de Sinai, y se erigió desde Seir. Él se alzó desde el monte Paran, viniendo de entre diez millares de kodesh/santos lugares desde su diestra (del Oeste) (y) fue una ardorosa/cautivadora Ley (enseñanza) para ellos. »
Deuteronomio 33:1-2 Biblia Ortodoxa Hebrea.
Como nota a los pasajes anteriores decir que durante el periodo aqueménida, siglo V-IV a.c. aprox., el nombre del dios de los hebreos, YHWH, y debido a estrictos dogmas religiosos, se inició la regla de no pronunciar su nombre ni en la liturgia ni en la vida cotidiana, siendo sustituido por alusiones tales como “HaŠêm”, el “Nombre” o” ‘Aedōnāy”, “Señor”. Nombre , el de YHWH o “Yahweh”, éste último procedente de las asimilaciones griegas “Ιαουε/Ιαουαι” o “Ιαβε/Ιαβαι” , que como referencia extra-bíblica mas antigua, y que actualmente se conoce, aparece en la “Estela de la Victoria” del rey moabita Mesha, siglo IX a.c. (KAI ,181).
Independientemente de lo anterior, un hecho harto estudiado e interpretado, la realidad es que no existe una evidencia clara del origen de la divinidad hebrea. Es cierto que, incluso en éste blog, se ha hablado de la relación de las creencias del patriarca Abram con los generales cultos semíticos occidentales, de la asimilación, relación, de Yahweh con el dios semítico occidental El y su consorte la diosa Asherah, textos de Khribet El Gom y Kuntillet ‘Ajrud del siglo IX-VIII a.c., así como de la propia estructura del relato bíblico, pero lo que ya no resulta tan evidente es la procedencia del ente aplicado al denominado “tetragramatón” YHWH.
«Y Yehoshua/Josué dijo a las Kol HaAm/Voces de su Pueblo, así dice Hashem Elohei Yisroel: Hace mucho tiempo , los Avoteichem/ancestros habitaban a la otra orilla del Río , incluyendo Terach, Avi Avraham, and Avi Nachor, y ellos sirvieron/adoraron a elohim acherim/dioses extranjeros.»
Josué 24:2 Biblia Ortodoxa Hebrea.
Si bien, y como hemos comentado con anterioridad, podemos afirmar que la religión practicada por el patriarca Avraham/Abram se correspondía con los generales creencias canaaneas, no es menos cierto que actualmente no se dispone de ningún pretérito texto semítico en la actual Siria y Palestina que apunte la existencia de un culto a un dios denominado Yahweh, fuera de lo que es el ámbito israelita y en éste no existe hasta el siglo XIII a.c. Por el contrario, si se tiene constancia de su nombre en...
varios textos egipcios, datados entre el siglo XIV-XIII a.c. , aunque, y esto es significativo, nunca en propia relación con los hebreos, mas si vinculándolo con el topónimo “S’rr”, el supuesto “Seir” de los escritos bíblicos. Éstos textos, correspondientes a los reinados de Amenophis III y Ramsés II, hablarían de una región denominada “‘Yahu’/YHW en la tierra de los beduinos shashu” (Weippert, 1974, Hermann, 1967, H.W. Fairman, 1939) . Aunque, por otro lado, decir que el término “Yahū”, ya como alternativa a Yahweh, volverá a aparecer en papiros y otros documentos de una colonia hebrea en la egipcia isla de Elefantina en los siglos V-IV a.c., lo que en definitiva, y en contra de otras posibles explicaciones, no hace mas que indicar una relación entre el dios y una determinada zona geográfica, lo que es de usual significancia semita.
varios textos egipcios, datados entre el siglo XIV-XIII a.c. , aunque, y esto es significativo, nunca en propia relación con los hebreos, mas si vinculándolo con el topónimo “S’rr”, el supuesto “Seir” de los escritos bíblicos. Éstos textos, correspondientes a los reinados de Amenophis III y Ramsés II, hablarían de una región denominada “‘Yahu’/YHW en la tierra de los beduinos shashu” (Weippert, 1974, Hermann, 1967, H.W. Fairman, 1939) . Aunque, por otro lado, decir que el término “Yahū”, ya como alternativa a Yahweh, volverá a aparecer en papiros y otros documentos de una colonia hebrea en la egipcia isla de Elefantina en los siglos V-IV a.c., lo que en definitiva, y en contra de otras posibles explicaciones, no hace mas que indicar una relación entre el dios y una determinada zona geográfica, lo que es de usual significancia semita.
Dicho esto, me gustaría hacer un inciso para comentar una realidad harto borrascosa a la hora de contrastar topónimos, gentilicios, etc. cuando nos adentramos en el ámbito bíblico, un ejemplo: El termino hebreo ” כְּנַעַן “/”Kena’an” o su gentilicio “כְּנַעֲנִי”/ “kena’ani”, “Canaan” y “Canaanitas”, no son aplicados, en su generalidad, a un pueblo en concreto, si no a una región o población dominada por comerciantes (S. Schwartz, 2011). De igual manera, el supuesto gentilicio “shasu”, ” šꜣśw” en egipcio, y que se corresponde, en su significado, con el término semítico “šasah”, viene a definir a “poblaciones de merodeadores” que habitaban el desierto. Interpretación similar, por tanto, debemos hacer con la inscripción del siglo XIV a.c. del templo de Soleb mencionando a grupos de shashu, caso de los shashu de S’rr o los shashu de Yhw, y donde exclusivamente nos situaría en relación a una zona de influencia. Lo que parece innegable es que incluso los propios textos bíblicos hablan de Hashem como originario de una región que se extendería por el desierto del Néguev, el golfo de Aqaba y las costas del Mar Rojo y que limitaría por el norte con el Mar Muerto, como así lo atestiguan las referencias geográficas de Seir, Paran, Sinai y Teman, ésta última según el texto de Kuntillet ‘Ajrud, a lo que habría que añadir que el nombre de YHWH era conocido por los edomitas, los pobladores de esa región, en el siglo IX a.c.
En 1872, el estudioso religioso holandés C.P. Tiele propuso lo que se denomina como “hipótesis kenita” como explicación del origen de la religión Yahwista. De igual manera, a finales del siglo XIX, K. Budde, describió las premisas de esta teoría diciendo: “En su premisa clásica, la hipótesis asume que los israelitas se familiarizaron con el culto a Yahweh a través de Moisés. Personaje, Moisés, quien probablemente adquirió el conocimiento sobre tales creencias de las enseñanzas de su suegro kenita Yitro, un sacerdote madianita, quien, y según la tradición del Éxodo, adoraba a YHWH”.
«Y los hijos de Keni, (del) suegro de Moshe, dejaron Ir HaTemarim junto a los hijos de Judah en dirección al desierto de Judah, el que se extiende por el Neguev desde Arad, y se quedaron departiendo con la gente. » Jueces 1: 16 Biblia Ortodoxa Hebrea.
«Estando pastoreando Moshe las ovejas de Yitro; su suegro, el sacerdote de Madian, dejó el rebaño a espaldas del desierto y se encaminó a Chorev/Horeb, Har HaElohim/ La Montaña de Dios » Éxodo 3: 1 Biblia Ortodoxa Hebrea.
Los keni’ fueron. posiblemente y al igual que en el caso interpretativo de los “kena’ani” , los componentes de una o varias tribus semi-nómadas, tal vez madianitas, que tenían el oficio de herreros y de tratantes en metales, y que habitaron o se desplazaron en el II milenio a.c.. por una zona montañosa de lo que se conoce actualmente como HaArava o Wādī ʻAraba. HaArava es un valle anexo al del río Jordán, con orientación norte-sur, que discurre entre el sur del Mar de Galilea en dirección al Mar Muerto y que finaliza en el golfo de Aqaba y en cuyo vértice superior es Tel-Arad. El término “kenita”, ” קֵינִי֩”, proviene de la raíz hebrea “qyn” y que viene a significar “lanza”, si bien ésta raíz en semítico arábigo y arameo tomaría el significado “forja”, y que concordaría con la profesión de Ishbi-benob, un “qênōw/keino”, ” קֵינוֹ֙ ” , Samuel 21: 16, y al que se define en el pasaje como un herrero del bronce. Por otro lado, sería importante reseñar que Tell-Arad o Tel-Arad es un asentamiento poblado desde el Calcolítico por culturas levantinas mediterráneas hacia el IV milenio y que fue abandonado hacia la mitad del III milenio a.c., siendo posteriormente repoblado en el siglo XI a.c. por semitas, como nudo de comunicaciones con el Neguev, y en donde se ha rescatado un templo dedicado a YHWH y a Asherah (Y.Goberin, 2007)
Llegados a éste punto y recapitulando, tenemos como premisa primera que los cultos yahwistas no son de procedencia semítico occidental, sino que al parecer provienen de la relación de los hebreos con pueblos semitas procedentes del noroeste de la península arábiga, que podemos denominar como madianitas. Por otro lado, parece ser que “hipótesis kenita”, si bien parece acertada al tomar el personaje de Moisés como el hilo conductor de las creencias hebreas a YHWH y que le transmite su suegro Yitro, la asumpción de una supuesta ” religión kenita” no debería ser aceptada, ya que parece no corresponder a un grupo étnico y si a un gremio artesano. El hecho que no se pueda hablar propiamente de “israelitas” hasta el siglo VIII a.c. es una evidencia a añadir. Los hebreos fueron pastores semi-nómadas que comenzaron a efectuar una amplia transformación de sus modos de vida durante la Edad del Hierro I y que pasaron de habitar en tiendas a vivir en aldeas, así como del pastoreo a la agricultura, poblando las zonas fronterizas de Transjordania, así como los márgenes del desierto, entorno al siglo XII a.c. (I. Filkenstein, N.A. Silberman, 2002) Fechas que concordarían con la “progresión histórica” de las referencias arqueológicas hacia el dios Yahweh.
Como ya hemos comentado, los grupos semi-nómadas shashu aparecen asociados con el topónimo egipcio “S’rr” y a su vez con el término “Ja-ha-wa”. El papiro Anastasi VI de Merneptah, siglo XIII a.c., cita una frontera oficial egipcia en referencia: “Nosotros hemos permitido a las tribus shashu de IDM/Edom sobrepasar la fortaleza de ‘Merneptah-hotep-her-maat’, la cual está en Tjekou, hacia las albercas de Pi-tum/Pe-atoum de M, con la intención que se provean ellos y sus rebaños para la mayor gloria del faraón”. (Barlett, 1969), y donde Tjekou está indentificado al este de la ciudad Tell Maskhoutah en el Delta. (Redford, 1963), disponiendo así de una referencia directa entre los shashu, Edom y los habitantes de Sinai/Neguev en el Reino Nuevo . También y durante el Antiguo y Reino Medio se dispone de información escrita sobre los shashu en la zona Wadi Magharah y Serabit el Khadim al sudoeste de la península del Sinai, a lo que habría que añadir que se desconocen migraciones étnicas hacia el Sinai/Neguev en la Edad de Bronce Final (Beit-Arieh, 1984) Por otro lado, existe la posibilidad de relacionar Shashu y Edom con Moab, si tenemos en cuenta el término “Mw- í-b” reflejado en un texto de la época de Ramsés II (Kitchen, 1964)., por lo que exclusivamente no quedaría por vincular los anteriores gentilicios y zonas con el término bíblico “madianita”.
« Bien el faraón oyó éstos propósitos, procuró matar a Moshe, pero Moshe huyó de la presencia del faraón y emplazó su morada en la Eretz Midyan/Región de Madian; y se estableció junto a sus pozos »
Éxodo 2:15 Biblia Ortodoxa Hebrea
Según Knauf, si obviamos las alusiones bíblicas y coránicas, no existen evidencias arqueológicas de un pueblo nómada al que se pueda relacionar con la palabra hebrea ” מִדְיָן֙”, “Madian”, y cuya discusión se centra en aceptar el término “Kašu” como su sinónimo egipcio – no confundir con la palabra “kâsu”, “cementerio”o con un dios Kâs relacionado con Osiris , y si con “Kši”/Kš”, “País de Kush”, así como con sus diferentes acepciones a lo largo de la historia egipcia - , mas si existen indicios de un conjunto de tribus semitas-bedû al noroeste de la península Arábiga y cuya consistencia cultural está basada en un tipo de alfarería denominada de “Hejaz-Qurayyah”, siglos XIII-XII a.c. (Rothemberg, 1983). La variante conocida como “Cerámica Pintada de Qurayyah” o “cerámica madianita” es extiende desde el noroeste de Arabia, el mencionado anteriormente valle de Wādī ʻAraba, y en menor medida al norte de la Península de Sinai y al sur del Levante meridional Mediterráneo. Se estima su datación inicial en el siglo XII a.c. (L. Singer-Avitz, 2008), considerándose el abandono de su uso/tráfico en el siglo X a.c. aprox. y cuya interrupción concordaría con el fin de la extracción de minerales y su comercio a Egipto y al Levante Mediterráneo desde el Valle de Timna. Hecho éste último que concuerda con el inicio de la Época Oscura” en Oriente Próximo y Egipto, es decir: El retroceso de los egipcios hacia sus primigenias posesiones africanas, y el abandono de su provincia asiática, como consecuencia de la presión ejercida sobre sus fronteras por los “Pueblos del Mar“. Un episodio éste que se considera el inicio del tránsito entre la Edad del Bronce final y la Edad del Hierro I, y así como el inicio de la expansión de las tribus shashu hacia la Transjordania.
Dicho esto, tal vez podríamos conjeturar que tanto la profesión de los madianitas, la influencia de sus creencias, y su “desaparición histórica”, así como las rutas tomadas por Moisés y la situación de los asentamientos de la tribu de Judah en la Transjordania, se ajustarían con los hechos históricos descritos y con una posible influencia cultural de alguna tribu semita arábiga en los posteriores cultos hebreos. Diferentes tribus semitas que en su conjunto serían denominadas por los egipcios como “shashu”. Influencia que, y como ejemplo, aparece en los textos bíblicos, Éxodo 4: 24-26. y que será defendido contra las religiones semítico-amorritas establecidas en Canaan. Por último nos quedaría por dilucidar tanto el origen de nombre de Yahweh, y que yo deduzco que procede del trigramatón “Yæhu”/”YHW” y éste a su vez, de su vinculación con un determinado monte sagrado semita, tal vez el monte Seir o el monte Yhw/Horeb/Sinai. Monte sagrado y su región que estaría asociado con una pretérita tribu de Judah/”Yæhudah” que tendría como origen tales lugares,” יְהוּדָ֜ה” en hebreo, y que parece tener una aceptable similitud etimológica con el tetragramatón “YHWH”/ ” יהוה”.
Referencias:
“Dictionary of the deities and demons in the Bible” Edited by K. Van der Toorn, B. Becking, P. W. van der Horst (1999)
“Pastoralism in southwest Asia: The second millenium BC” in “The Walking Larden” J. Zarins (1990)
“The Qurayyah Painted Ware” L. Singer-Avitz (2008)
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Imágenes:
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